Hasta Israel han viajado, entre otros, Emmanuel Macron, presidente de Francia; Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido; o Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Este jueves hará lo propio el presidente español, Pedro Sánchez, que hasta ahora había limitado su incursión en el conflicto que el Estado hebreo mantiene con el grupo terrorista Hamás desde el pasado mes de octubre a llamadas telefónicas y reuniones en la Moncloa. El traslado, que también incluirá una visita a los territorios palestinos, se produce en mitad de la tregua que se han dado ambas partes.
El presidente ha querido esperar a ser investido para realizar este viaje, que será el primero con el que estrenará su nuevo mandato en la Moncloa. Y llevará varios mensajes. Sánchez condenará de nuevo, como lleva haciendo semanas, el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre que causó alrededor 1.200 muertos y en torno a 240 rehenes llevados a Gaza. Sin embargo y sin dejar de "reconocer" el derecho a la legítima defensa de Israel, también pedirá mesura para que la respuesta se realice dentro de lo marcado por el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional.
El jefe del Ejecutivo está preocupado por las cifras de muertos que ha provocado la respuesta del Ejército israelí: más de 14.000 fallecidos, de los que casi 6.000 son menores. Además de la existencia de un millón y medio de desplazados. "No se puede confundir Hamás con Palestina. Hamás es un grupo terrorista, Palestina, no", apuntan fuentes de Moncloa, que añaden que condenarán todos los ataques dirigidos a la población civil sin dejar de apoyar el derecho a la legítima defensa.
Según estas fuentes, la Unión Europea no puede permitirse un nuevo conflicto abierto en su vecindad más inmediata, toda vez que sigue sin resolverse la guerra que mantienen, desde hace más de un año y medio, Rusia y Ucrania. Es por ello por lo que quieren empezar ya a trabajar en una solución política que ponga fin al conflicto. Y esa solución pasa, para el Gobierno, por el reconocimiento de Palestina como Estado para que cohabite en paz con Israel. Sin ir más lejos, ese fue el "primer compromiso" que lanzó en su debate de investidura, aunque no era la primera vez que lo hacía: la promesa viene de 2015. En Moncloa apuntan a que esperarán a que haya consenso en el marco de la Unión Europea.
Y es que, Sánchez realizará este viaje como presidente rotatorio del Consejo de la Unión Europea, un puesto que recibirá Bélgica a partir de enero. Es por ello por lo que le acompañará Alexander de Croo, el primer ministro belga. Ambos se reunirán con el presidente israelí, Isaac Herzog, y con el primer ministro Netanyahu, en Jerusalén; y con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. en Ramala. También harán lo propio con el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, en El Cairo, donde también se reunirán con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit. La visita que no se concretará finalmente será la que tenían previsto hacer a uno de los kibutz asaltados por Hamás, pero lo apretado de la agenda ha provocado que descarten este destino. El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, sí lo hizo.
La posibilidad de acoger una cumbre de paz
Otro de los asuntos que podrá tratar Sánchez con los implicados es su propuesta de celebrar en España una conferencia de paz entre Israel y Palestina, lo que defendió en el último Consejo Europeo, en el que aseguró que podría celebrarse "en seis meses". También hizo suya la propuesta el ministro de Exteriores, José Manuel Albares: "Queremos que no sea una conferencia como hemos visto en otras ocasiones sino que pueda suponer una paz definitiva. Esa paz definitiva, para toda la región, solo llegará a través de la solución de los dos Estados. Es la solución que he puesto encima de la mesa".
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