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Ana Redondo, la apuesta desconocida de Sánchez para calmar las aguas del feminismo

Ana Redondo, nueva ministra de Igualdad del Gobierno de Pedro Sánchez.
Ana Redondo, nueva ministra de Igualdad del Gobierno de Pedro Sánchez.
Carlos Gámez
Ana Redondo, nueva ministra de Igualdad del Gobierno de Pedro Sánchez.

Sin polémicas y con un talante dialogante: así es Ana Redondo, la nueva ministra de Igualdad elegida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para sustituir a Irene Montero. Un nombramiento sorpresa que se ha hecho esperar hasta el último momento y con el que aspira a rebajar la tensión enquistada en el movimiento feminista en los últimos años. Vallisoletana (1966), la socialista retoma la cartera más controvertida del nuevo Gobierno de coalición sin una trayectoria muy vinculada al movimiento, pero con tres facetas que para Sánchez han sido clave a la hora de incorporarla a su Consejo de Ministros: académica, experta en Derecho Constitucional y con experiencia en la administración local tras su paso por el Ayuntamiento de Valladolid. 

Ha sido, además, la mano derecha de Óscar Puente otra nueva apuesta del presidente para liderar el Ministerio de Transportes—, a quien acompañó desde la concejalía de Turismo y Cultura durante el mandato del socialista como alcalde de Valladolid. A nivel nacional, Redondo no es una personalidad conocida. Sí lo es en su comunidad autónoma, Castilla y León, donde ha asumido diversas responsabilidades políticas en las últimas décadas: secretaria de Formación del PSOE de Valladolid entre 2004 y 2008; procuradora en las Cortes desde 2007; portavoz de su partido en el parlamento autonómico entre 2008 y 2011; y concejal de Cultura y segunda teniente de Alcalde con el equipo de Puente desde 2015 hasta las pasadas elecciones del 28 de mayo. Su entorno dentro del partido destaca precisamente este recorrido como uno de sus puntos fuertes, por su "experiencia de gestión" en el consistorio y con un "nivel político y parlamentario de mucho nivel" al frente de la portavocía. "Lo hará muy bien", auguran. 

Licenciada en Derecho y Doctora en Derecho Constitucional —fue profesora titular en la Universidad de Valladolid entre 1990 y 2009—, Redondo ha mantenido un perfil bajo en general, pero también en los asuntos feministas que más ampollas levantan, como la ley trans. Por no tener, no tiene ni redes sociales de las que desenterrar alguna declaración polémica del pasado que pudiera pasarle factura en su nuevo cargo. Lo contrario a su predecesora, Irene Montero, quien fue diana de críticas en más de una ocasión, por el impulso de leyes como la del 'solo sí es sí', cuyo redactado conllevó la rebaja de condena a más de un millar de agresores sexuales. 

"Dialogante y concienzuda"

En su tiempo al frente de la Concejalía de Cultura, Redondo ha colaborado activamente con asociaciones de defensa de las mujeres y del colectivo LGTBI, como la Fundación Triángulo de Castilla y León, que celebra su nombramiento a los mandos del Ministerio de Igualdad. "Ha sido claro su apoyo a las personas LGTBI tanto para servicios de atención como en el apoyo a iniciativas más culturales que tienen ese componente", asegura a 20minutos la presidenta de la Fundación en la comunidad, Yolanda Rodríguez. Su perfil, dice, es "más conciliador" y "más pedagógico". "Es dialogante y concienzuda", detalla Rodríguez, quien también pone en valor su formación jurídica: "Eso, en el ámbito de igualdad de género y derechos LGTBI, puede ser muy importante".

Dos atributos que, sin duda, serán clave para impulsar las políticas de su departamento en los próximos años. Sánchez busca con Redondo cerrar una etapa de confrontación y abrir un nuevo horizonte que coseche más consenso del que se alcanzó en la pasada legislatura. Si no es entre los grupos parlamentarios, al menos entre los socios de la nueva coalición: PSOE y Sumar. 

Entre los retos que asumirá desde que jure o prometa este martes el cargo, destaca la ley de trata, que quedó a las puertas del Congreso de los Diputados al convocarse elecciones anticipadas; la renovación del dictamen del Pacto de Estado contra la Violencia de Género; o el desarrollo legislativo pendiente de la ley de libertad sexual (la del 'sí es sí'). Tendrá también que elaborar la prometida ley de paridad —que el nuevo Ejecutivo cumple con creces con 12 mujeres entre los 22 ministros— y lograr el Pacto de Estado por los Derechos LGTBI a los que se comprometió el líder del Ejecutivo durante el discurso de su investidura. 

Bajar el tono en torno a las polémicas feministas será, en definitiva, su principal cometido, en un contexto de fuerte negacionismo y reacción contraria a los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBI; y un preocupante repunte de la violencia machista en nuestro país. 

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