Si convives con un perro te habrás fijado que este siempre se despierta a la misma hora todos los días, que sabe también a qué hora le toca comer, dar un paseo e incluso sabe cuándo tú u otro miembro de la familia va a volver a casa antes de que ocurra. ¿Sabías que es porque son capaces de saber qué hora es?
Aunque muchas personas piensan que es una cuestión de rutina y costumbres, la realidad es que nuestros compañeros de cuatro patas son capaces de saber cuándo les toca hacer ciertas cosas o en qué momento va a ocurrir algo concreto, ya que pueden percibir el tiempo.
Tal y como explica la doctora en Ciencia Cognitiva y autora de varios libros sobre comportamiento canino en declaraciones a la revista National Geographic, los perros son capaces de oler el tiempo.
El motivo por el que pueden oler el tiempo
"El aire caliente se eleva y, por lo general, circula en corrientes a lo largo de las paredes hasta el techo, se dirige hacia el centro de la habitación y cae. Si pudiéramos visualizar el movimiento del aire a lo largo del día, lo que realmente estamos visualizando es el movimiento del olor a lo largo del día", expresa.
Debemos recordar que el olfato de los perros es entre 10.000 y 100.000 veces más potente que el de los seres humanos y que cuenta con alrededor de 250 millones de partículas olfativas, lo que les permite detectar cambios en el ambiente de los que las personas no son ni remotamente conscientes.
De esta forma, nuestros peludos pueden detectar el olor único de cada individuo de la misma manera que huelen las corrientes de aire caliente y frío de una habitación a lo largo del día. Estos ciclos les permiten saber cuántas horas han transcurrido desde una actividad concreta y conocer cuándo toca repetirla o hacer otra nueva.
Además, también nosotros les ofrecemos pistas y, ellos, que son tan observadores y disfrutan pasando el tiempo mirando con detalle cada movimiento que hacemos, también aprenden a adelantarse a ciertos acontecimientos.
Un ejemplo de esto es lo que ocurre cuando vamos a salir a pasear. Normalmente, antes de salir, nos pondremos las zapatillas, cogeremos las llaves, guardaremos el móvil e iremos a por el arnés y la correa de nuestro peludo. Antes de que esto pase, tan solo con el simple gesto de ponernos las zapatillas, nuestro compañero de cuatro patas ya sabe que vamos a salir de casa.
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