¿Qué le parece la posición del Consejo respecto a Euro 7?Creo que partimos de una posición de la Comisión Europea que era inabordable en todos los sentidos y hemos tenido que trabajar bastante para poder mejorarla y tener una solución que mejora el aire para los ciudadanos y a la vez mantiene una industria europea del automóvil competitiva. Ese es uno de los grandes retos que tenemos. Lo que he propuesto en la Comisión de Medioambiente mejora lo que plantea el Consejo y a la vez es digerible para la industria y le da los recursos que necesita. La propuesta pasa por mejorar la calidad del aire y hacer lo mismo también con todas las tecnologías.

¿Ha tenido España en el Consejo el papel que esperaba?Me hubiera gustado ver una posición más fuerte de España antes de la presidencia del Consejo, en el momento en el que los ocho países que son productores de automóviles escribieron una carta para posicionarse en contra de la propuesta de la Comisión. En ese momento España se mantuvo al margen. Lo que planteamos ahora en el Parlamento es mejor que la del Consejo.

¿Cree que la tendencia es clara hacia un transporte sostenible o esa dinámica se puede frenar?El mensaje se ha dado claro cuando la UE ha apostado por la eliminación de los coches de combustión en 2035. La señal es clara y vamos hacia una meta que es compartida por todos, incluida la industria de la automoción; lo que nos pide la industria eso sí es que no cambiemos las reglas cada poco tiempo. Por ejemplo, ahora que necesitan concentrar todas las inversiones en la electrificación o en ser competitivos con China, que no se distraigan normativas como Euro 7. La mejor forma de mejorar la calidad del aire es con la renovación de la flota; nuestro parque automovilístico tiene casi 14 años de antigüedad media y necesita esa renovación.

El Pacto Verde Europeo en cambio se ha convertido casi en un arma arrojadiza en el Parlamento, ¿cómo lo ve?No debería pasar esto, porque todos estamos convencidos de que tenemos que ir hacia una economía libre de carbono. Dicho esto, estos cuatro años hemos legislado más que nunca, porque el Pacto Verde afecta a todos los sectores. Ahora lo que necesitamos es un tiempo para poder asimilar toda esa vorágine legislativa. Es lo que la industria nos está pidiendo. El próximo mandato tiene que tener el foco en la competitividad, y eso consiste en darle herramientas a la industria para que pueda llevar a cabo esa transformación. Hay que evitar que haya países de primera y de segunda porque unos puedan aplicar la nueva normativa y otros no.

¿Y qué podría pasar con un Parlamento Europeo mucho más polarizado con esta política a largo plazo?La polarización siempre tiene lugar cuando no damos soluciones a los ciudadanos, ahí es donde crecen los populismos. Es muy importante ahora ser capaces de ofrecer respuestas: tenemos que reindustrializar Europa, y tenemos que dar respuesta a los jóvenes, a la industria. Nos hemos dado cuenta tarde de que Europa necesita su propio camino, y este no va solo de legislación, sino también de facilitar la tarea a las empresas. Ahí es donde tenemos que trabajar.

Después de todo, ¿qué balance hace de la legislatura?Ha sido una legislatura con más crisis que nunca, pero en la que ha quedado claro que necesitamos más Europa. A todas las crisis hemos respondido con más unidad y con propuestas que no hubiéramos podido hacer solos. Ahora, como digo, tenemos que caminar hacia una Europa más cercana, más centrada en los ciudadanos y en las empresas.

Todavía queda bastante por hacer. De todos los deberes, ¿qué es lo más urgente?Pues para mí es muy importante que antes de que acabe la legislatura tengamos un espacio de datos sanitarios. El Schengen de nuestros datos. Que puedas viajar por la UE y llevar tu historial médico contigo, se puedan compartir esos datos para el desarrollo de medicinas. Además hay que ver temas como las reglas fiscales, el pacto migratorio, la UE de la Salud, el futuro de la política de cohesión o incluso la ampliación.

¿Tiene la sensación de que los grandes debates están opacando otros que son digamos más cercanos a los ciudadanos?Una cosa es el debate público, que a lo mejor se centra más en esos temas amplios que decimos, es lógico. Pero hay otra parte de temas que son muy técnicos pero que son el día a día, los que nos dan de comer. Son paralelos pero quizá unos tengan más foco mediático que otros, y yo tengo la suerte de trabajar en temas que aunque no tengan tanto foco sí tienen un impacto mayor.

¿Qué análisis hace de la situación política nacional?Creo que es muy triste que la investidura en nuestro país dependa de unos prófugos. España no se puede vender y realmente nos jugamos mucho; nos jugamos nuestros estado de derecho y nuestra democracia. Es muy grave si hincamos la rodilla por lo que piden quienes están fuera de la ley.

¿Veremos a Susana Solís y a Cs otra legislatura en el Parlamento Europeo?Si soy sincera solo me planteo seguir trabajando en las legislaciones que tengo abierta. Vengo del sector privado, tengo mi excedencia, por lo que no me preocupa el futuro. Me preocupa el presente y dar todo de mí hasta el último día en el Parlamento Europeo, que para eso nos han votado los ciudadanos.