Vivir de alquiler acorta la esperanza de vida, según un nuevo estudio científico

Imagen de archivo de un portal en Madrid con un cartel de 'se alquila'.
Imagen de archivo de un portal en Madrid con un cartel de 'se alquila'.
CARLOS LUJÁN / EP
Imagen de archivo de un portal en Madrid con un cartel de 'se alquila'.

Vivir de alquiler quita años de vida, más que fumar o que estar en el paro. Lo dice la ciencia: un nuevo estudio publicado el martes en la revista Journal of Epidemiology and Community Health, revela que los que viven alquilados sufren un mayor envejecimiento biológico. Aunque la cosa cambia si se trata de un alquiler social, es decir, de una vivienda pública.

La investigación es mérito de la doctora Amy Clair, del Centro Australiano de Investigación sobre Vivienda, centrada en Reino Unido. Ella, junto con su equipo, analizó datos de metilación del ADN -un proceso para medir la edad biológica de un individuo- de 1.420 personas del biobanco de Reino Unido y de la Encuesta del Panel de Hogares Británicos. 

Las condiciones de vida

Para realizar el estudio, además de las muestras genéticas, los participantes rellenaron unas encuestas donde indicaban qué tipo de problemas tenían en sus viviendas: ruido, frio, niveles de moho, luz o contaminación acumulada. Todos estos datos se cruzaron con el Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido y se obtuvieron conclusiones como que estos factores -la exposición a la contaminación o el retraso en los pagos del alquiler- agravaban el envejecimiento biológico. 

“Esto encaja con la literatura conocida, donde sabemos que el estrés financiero, la inseguridad residencial o la exposición a contaminantes dentro del hogar pueden llevar a una peor salud”, señala el epidemiólogo social y especialista en medicina preventiva Pedro Gullón, en declaraciones al Science Media Center.

Propietarios e inquilinos de viviendas sociales

El estudio encontraba una asociación clara entre vivir de alquiler y un envejecimiento biológico más rápido, sin embargo, existen algunas excepciones: los alquileres públicos y los propietarios de viviendas. "No se encontró que el alquiler social, con su menor coste y mayor seguridad, difiera de la propiedad”, lo que parece hablar de un mismo concepto: la seguridad financiera, y cómo esta influye en la salud. 

De hecho, los investigadores encontraron que "el impacto del alquiler en el sector privado, a diferencia de la propiedad absoluta, fue casi el doble que estar sin trabajo en lugar de esta empleado". Asimismo, encontraron que vivir de alquiler tenía un 50% más de impacto que haber sido haber sido exfumador en comparación con no haber fumado nunca. En concreto, los alquilados sumarían cada siete años uno 'extra'.

Medidas para revertir este envejecimiento biológico

“Nuestros hallazgos demuestran los impactos epigenéticos de la vivienda”, indica el estudio, que hace hincapié en que “la mejora de la vivienda debería ser un objetivo de las intervenciones de salud” porque ese envejecimiento biológico es reversible si mejoran las condiciones de vida.

Además, los investigadores aseguran que es importante atajar este problema social desde las instituciones públicas y los gobiernos, "Políticas para reducir el estrés y la incertidumbre asociados con el alquiler privado, como poner fin a los desalojos 'sin culpa', limitar los aumentos de alquiler y mejorar las condiciones puede contribuir en cierta medida a reducir los impactos negativos del alquiler privado", concluye.

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