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Jesús Jarque García Pedagogo y orientador educativo
OPINIÓN

El retraso madurativo no existe

  • Jesús Jarque García es pedagogo, escritor y orientador educativo en un colegio público de Castilla-La Mancha.
Una pediatra del Virgen Macarena colabora en la Estrategia andaluza de atención a la salud de niños y jóvenes
Una pediatra del Virgen Macarena colabora en la Estrategia andaluza de atención a la salud de niños y jóvenes
EP/Archivo
Una pediatra del Virgen Macarena colabora en la Estrategia andaluza de atención a la salud de niños y jóvenes

El titular de este artículo puede parecer un tanto estridente, solo para llamar la atención del lector. Pero la realidad es que el retraso madurativo no existe, al menos, no existe como etiqueta diagnóstica en los dos principales catálogos que se emplean para este fin.

Efectivamente no aparece en el Código Internacional de Enfermedades, CIE-11, de la OMS, y tampoco en el Manual de Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría: DSM-5. Por tanto, los especialistas no deberían utilizar esta categoría para el diagnóstico.

¿Qué es el retraso madurativo?

En teoría, el retraso madurativo, en lugar de una etiqueta diagnóstica es una 'circunstancia' por la que puede atravesar un niño o niña. Una circunstancia de carácter temporal.

Se trataría de un desfase cronológico en el desarrollo de una o varias áreas, de carácter benigno y por tanto, no tendría el carácter de trastorno del neurodesarrollo.

Como tal, al ser precisamente eso, madurativo, se resolvería sin ningún tipo de intervención, de manera espontánea por la propia maduración biológica del niño o niña.

La realidad

La realidad es que algunos niños o niñas se demoran temporalmente en conseguir algunos hitos: el habla, el control de esfínteres, la marcha… pero suele ser en una horquilla de tiempo muy limitada.

Pero en la gran mayoría de los casos en lo que se etiqueta como retraso madurativo, el problema no se soluciona de manera espontánea, solo con el paso del tiempo.

Contraindicaciones del uso del término

Emplear el diagnóstico de retraso madurativo tiene, desde mi experiencia como orientador, estas contraindicaciones:

· En primer lugar, no se corresponde con la realidad. Los especialistas tienen instrumentos y criterios suficientes para discriminar, en la gran mayoría de los casos, cuando están frente a un retraso temporal y cuando están frente a un trastorno del neurodesarrollo.

· En las familias genera una falsa sensación de tranquilidad porque el problema simplemente se pospone.

· El retraso madurativo invita a no hacer nada porque la maduración es cuestión de tiempo, perdiendo un periodo muy valioso de plasticidad cerebral para estimular y tratar de rehabilitar lo más posible al niño.

· El diagnóstico de retraso madurativo enfrenta a las familias con los profesionales de la escuela, ya que muchas de ellas llegaron a los especialistas alertados desde el colegio. La supuesta tranquilidad que les dieron con el "ya madurará", provoca rechazo y desconfianza hacia los que dieron la voz de alarma.

La mayoría de los casos que recibieron el diagnóstico de 'retraso madurativo' terminaron convirtiéndose en casos de discapacidad intelectual, TEA, TEL o TDAH

¿En qué han terminado los diagnósticos de retraso madurativo?

En mi trayectoria de más de 20 años como orientador, la mayoría de los casos que recibieron el diagnóstico de retraso madurativo terminaron convirtiéndose en casos de discapacidad intelectual, en Trastorno del Espectro del Autismo en sus diferentes grados, en Trastornos del Lenguaje, funcionamiento intelectual límite, TDAH, etc.

¿Qué alternativa hay al retraso madurativo?

En primer lugar, los especialistas tienen que ser estrictos y discriminar entre el retraso madurativo y un trastorno del neurodesarrollo, aunque no se pueda precisar exactamente cuál. Cuentan con instrumentos y criterios suficientes para valorar y discriminar los signos de alerta.

En segundo lugar, no utilizar el retraso madurativo como categoría diagnóstica, porque no está reconocida como tal. Existen categorías alternativas, incluso algunas que expresan la incertidumbre diagnóstica del momento.

En el caso del catálogo DSM-5, que es el que manejamos con más frecuencia en el ámbito educativo, dispone de una categoría diagnóstica: el Retraso Global del Desarrollo. Sin embargo, mantiene unas diferencias significativas con el retraso madurativo:

· Su empleo se limita a menores de 5 años.

· Este diagnóstico supone que hay un trastorno del neurodesarrollo con una gravedad clínica que, sin embargo, dada la edad del niño o de la niña no se puede valorar con precisión utilizando, por ejemplo, test estandarizados.

· Siempre lleva consigo un programa de estimulación terapéutica.

Pido que los profesionales que se dedican a los trastornos del neurodesarrollo sean estrictos y rigurosos a la hora de establecer cualquier diagnóstico

¿Tan importantes son las etiquetas diagnósticas en niños pequeños?

Muchos especialistas consideran que emplear etiquetas diagnósticas relacionadas con el neurodesarrollo es contraproducente, ya que supone estigmatizar al niño o la niña y preocupar en exceso a las familias. A este respecto, no puedo estar más en desacuerdo.

En primer lugar, hay que ser estrictos y rigurosos en el empleo de etiquetas diagnósticas. Hay que usar la etiqueta que cumpla los criterios y que se ajuste a la realidad de un niño o niña.

En segundo lugar, es falso que se estigmatice a ningún niño por su diagnóstico. Las etiquetas suelen servir para explicar lo que ya se venía observando, para tomar conciencia de que se está ante un problema y obligar, en muchos casos, a actuar de manera diferente.

Finalmente, las etiquetas, lejos de ser una barrera, son una medida de protección y son la llave para que los niños reciban ayudas. Cuando hay un diagnóstico se puede poner a disposición de los niños y sus familias toda una batería de medidas, recursos y apoyos: sin el diagnóstico, en la mayoría de los casos, eso no es posible.

Para terminar

Este artículo tiene un espíritu constructivo. Simplemente pido que los profesionales que se dedican a los trastornos del neurodesarrollo sean estrictos y rigurosos a la hora de establecer cualquier diagnóstico.

He tratado de mostrar las consecuencias negativas de un uso inapropiado del término y sobre todo, he querido mostrar la importancia, mucho más de lo que se piensa, de que los niños, las niñas y sus familias, dispongan de un diagnóstico preciso y riguroso lo antes posible.

Jesús Jarque García, pedagogo, orientador educativo en un colegio público de Infantil y Primaria de Castilla-La Mancha.

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