Los embalses de las cuencas internas de Cataluña continúan en niveles de alerta por la falta de lluvia. Según datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el nivel actual del conjunto de pantanos es del 21,03%, una cifra inferior a que se alcanzó en el momento más critico del episodio de sequía de 2008: en marzo de ese año los pantanos se situaron en el  21,05%

Con estos datos se observa que el nivel de reservas de los pantanos tramitados por la ACA se encuentra por debajo del umbral de excepcionalidad (25%) por segunda vez en la historia; la primera vez fue en la sequía del 2008. En estos momentos se acerca una situación de emergencia (16% de reservas) a la que no se había llegado anteriormente. De todas formas, la ACA señala que las desalinizadoras han atrasado “unos seis meses” los efectos de la sequía.

Los niveles no han parado de bajar desde mayo del 2021, exceptuando dos repuntes que coincidieron con episodios de lluvia: la primavera del 2022 y en junio de este año. Los temporales ayudaron a que las reservas subieran del 75% al 100% de su capacidad.

Embalses como el de Darnius Boadella (15,9%) y el de Riudecanyes (4,5%) se encuentran al nivel más bajo desde la recopilación existente de dichos datos. Otros, como el de la Baells, la Llosa del Caballo, Siurana y Susqueda se acercan también a los mínimos.

En el caso del embalse de Foix, las cifras nunca fueron muy alarmantes. Su moderación fue constante hasta el 2017, donde descendió al 57,2%. Pese a tener una recuperación rápida, en el año 2022 las cifras bajaron descontroladamente hasta reunir hoy en día un 7,4%.

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En el caso de Sau, la cifra cayó al 6,5%, siendo el porcentaje más insuficiente desde marzo, cuando el Gobierno antepuso la calidad del agua del pantano antes que su cantidad y decidió desembalsar parte de su agua. 

Así pues, el volumen subió progresivamente (31,9%) hasta el 1 de julio, pero desde entonces, el pantano ha vuelto a retroceder hasta el 16,7% actual.

Claves para retrasar la sequía

Según la ACA, “la sequía actual es mucho más larga y grave que la de hace 15 años”, puesto que durante estos 30 últimos meses, las lluvias han sido más escasas que las del 2008, donde la carencia de lluvia abundante fue de 18 meses.

Aun así, se ha podido llegar a nivelar los embalses gracias a la ampliación de capacidad de la desalinizadora de Tordera que pasó de 10 a 20hm3 por año desde el 2008. La construcción de la desalinizadora del Llobregat también fue clave en este proceso. Además, la infraestructura de la Tordera ya se encuentra conectada a la red del área metropolitana.

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Por otro lado, la Agencia Catalana del Agua ha explicado a la ACN que se han aportado unos 70 hm³ de agua regenerada en el tramo final del Llobregat en estos dos últimos años. Estas dos iniciativas han aportado alrededor de 240 hm³ adicionales entre 2022 y 2023, una cantidad equivalente a la capacidad del pantano de Susqueda.

El órgano regulador de las cuencas internas ha confesado que el plan de sequía es "más ágil" que el decreto aprobado anteriormente, lo que hace su gestión más "anticipada".

Las cuencas del Ebro, cerca del mínimo histórico

Así pues, la situación también es alarmante en los embalses de las cuencas del Ebro gestionados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Se sitúan alrededor del 31%, cerca también, de su mínimo histórico.

Pese a que el nivel de agua no sea tan bajo como la de las cuencas internas, tres de sus pantanos sí que se han visto gravemente afectados este septiembre: Caños (12,5%), Caballeros (2,7%) y Guiamets (4,8%). 

Otros como Talarn, o bien, Rialb, también se han aproximado a este estado de emergencia, aunque Rialb, después de vaciarse hasta el 4,1% hace un año, consiguió recuperarse hasta llegar al 17,2%.

No descartan traer agua con barcos

Del episodio de sequía extrema de 2008 se recuerda la llegada de barcos con agua para hacer frente a la sequía. Esta es una opción que está sobre la mesa según ha explicado a TV3 el director de la ACA, Samuel Reyes, quien ha asegurado que en una situación de emergencia como el escenario actual “no se puede descartar nada”. "Hay que analizar todas las posibles soluciones", ha respondido cuando se le ha preguntado si se está barajando esta medida.

Reyes ha admitido que la falta de lluvias durante el mes de septiembre, a excepción de las que afectaron a las Terres de l'Ebre, y la baja probabilidad de nuevas precipitaciones, conducirán a la entrada en situación de emergencia en diciembre. "Si llueve el mínimo histórico entraremos en diciembre", ha anticipado el director de la ACA.