España relanza su imagen internacional tras las cumbres de Madrid y Granada: "Estamos en una etapa clave para el mundo"

Don Felipe IV y Doña Letízia, presiden la foto de familia antes de la cena oficial la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en la Alhambra
Don Felipe IV y Doña Letízia, presiden la foto de familia antes de la cena oficial la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en la Alhambra
Álex Cámara / Europa Press
Don Felipe IV y Doña Letízia, presiden la foto de familia antes de la cena oficial la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en la Alhambra

España volvió a ser el centro de Europa y lo hizo por segundo año consecutivo. En 2022 fue la cumbre de la OTAN en Madrid la que puso al país en el centro de la toma de decisiones; estos días, Granada ha sido testigo por su parte de cómo la Comunidad Política Europea y el Consejo Europeo han puesto sobre la mesa la necesidad de preparar al continente del futuro. Y con todo eso España relanza su imagen internacional no solo a nivel político sino también con estampas como las que se vivieron en el Museo del Prado o en la Alhambra. Todo cuenta.

La invasión rusa de Ucrania ha agitado el panorama internacional y en España se han puesto el mono de trabajo con un papel fundamental también de los reyes, que tanto en Madrid como en Granada reflejaron la importancia y la fortaleza de la jefatura del Estado, con discursos de apoyo cerrado a la causa de Kiev y también poniendo el valor la importancia del multilateralismo y de la cooperación para hacer frente a amenazas como la de Vladimir Putin.

"Las cosas han salido bien y la imagen de España es motivo de orgullo. Estamos en el centro en una etapa clave para el mundo y eso es lo que cuenta", resumen fuentes de la presidencia del Consejo consultadas por 20minutos. Satisfacción es la palabra tras dos días en Granada. Pero lo mismo sucedió hace año y me dio con la cumbre de la OTAN. Entonces la fotografía la encabezó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una resurrección de la Alianza que renovó su concepto estratégico y empezó a allanar el camino para la entrada de Suecia y Finlandia.

Ifema recibió a una treintena de líderes occidentales que empujaron a Ucrania cuando solo se llevaban unos meses de conflicto. Fue una muestra de firmeza frente a Rusia que se ha ido reeditando a diferentes niveles. Pero la firma de Madrid fue la primera de la nueva época que nos ha tocado vivir. Salieron todos satisfechos no solo del intercambio político, sino también de una visita y una cena en El Prado que dejó imágenes dignas de guardar: Boris Johnson alucinando con los cuadros que encontraba a su paso, Macron charlando con todos animadamente, los monarcas como guías de excepción o Mario Draghi sentado al teléfono mientras su Gobierno se venía abajo.

España se elevó a los altares de las cumbres entonces, con un encuentro planeado desde hacia años y que coincidió en el calendario con una era de guerra más que de paz; de poder duro más que de poder blando. Europa y Occidente iban aprendiendo el nuevo lenguaje de la geopolítica y en Madrid los españoles entendimos que España también puede ser anfitriona de eventos históricos para la política mundial. Aquella cumbre de la OTAN marcó un camino que todavía sigue.

Las cosas han salido bien y la imagen de España es motivo de orgullo. Estamos en el centro en una etapa clave para el mundo

Granada, de hecho, ha sido estos días una nueva parada con dos cumbres a falta de una: la de la Comunidad Política Europea y la del Consejo Europeo, apadrinada precisamente por la presidencia española del Consejo de la UE. La nazarí se ha convertido en una ciudad de primeras veces también para la política europea, como si una parte de la historia se reiniciara desde el mirador de San Agustín y con versos de Lorca. 

Hubo al fin y al cabo estrenos: la primera visita de Volodimir Zelenski a España desde el inicio de la guerra, la primera cumbre de la Comunidad Política Europea que acoge el país, la primera visita en 15 años de un presidente kosovar y casi la primera vez que Europa entiende, de verdad, que tiene un papel que jugar en el mundo. Las fotos en la Alhambra, las sorpresas de los líderes visitándola y una imagen de familia con Felipe VI en el medio fueron el colofón previo a un Consejo Europeo ya más centrado en lo técnico: migración y la futura ampliación. Dos temas que dibujarán la UE que viene. Y siempre se podrá decir que los primeros trazos se dieron en España.

Todo esto, Madrid y Granada, puede tener efectos colaterales. ¿Dónde y cómo? En la voz que tenga España a la hora de elegir a los próximos altos cargos en la Unión Europea o incluso con la presidencia del Banco Europeo de Inversiones para la actual vicepresidenta primera Nadia Calviño. Es favorita, y todo cuenta: también la imagen que se traslada en momentos como estos. El balance, dicen, es más que positivo. Quedan dos meses largos para que termine la presidencia del Consejo y nueve para las elecciones europeas del próximo mes de junio. En la ruta hacia ellas España se refuerza como anfitriona y, aún con un Gobierno por elegir, se posiciona en el mapa internacional.

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