Nagorno Karabaj cambia de patria con una mochila de pobreza: "Han llegado a Armenia niños desnutridos y mayores sin medicinas"

Refugiados de Nagorno Karabaj llegan a poblaciones armenias con sus enseres.
Refugiados de Nagorno Karabaj llegan a poblaciones armenias con sus enseres.
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Refugiados de Nagorno Karabaj llegan a poblaciones armenias con sus enseres.

Nagorno Karabaj es ya un territorio vacío. Menos de una semana después de que la autoproclamada república capitulara ante Bakú y anunciara la disolución del Estado, los habitantes han salido en masa de sus casas. Las calles vacías son el resultado de décadas de tensión y una historia de agresiones que hacen a sus habitantes escépticos a las promesas de Azerbaiyán de respetar sus derechos si se quedan. 

La misión de la ONU que ha visitado Nagorno Karabaj ha afirmado haber visto "muy poca población local". Por su parte, la Cruz Roja ha explicado cómo la organización busca a los últimos habitantes que puedan quedar por ser evacuados, muchos de ellos ancianos o enfermos. "Muy poca gente queda en la zona, por lo que nuestros equipos usan megáfonos para alertar a los residentes que puedan quedar con el fin de que sepan que estamos allí para ayudarles", afirmaron este martes ante lo que consideraron como una situación "surrealista". De los cerca de 120.000 karabajíes (culturalmente armenios) que vivían en el enclave, más de 100.000 son ya desplazados en Armenia. Entre ellos 30.000 niños.

"Toda esta población que ha llegado llevaba, además, diez meses asediada, lo que ha provocado que llegaran menores con casos de desnutrición severa que requieren hospitalización inmediata y personas mayores con problemas de enfermedades crónicas que llevan tiempo sin medicinas, provocando una descompensación de sus patologías. Hay problemas bastante graves", relata a 20minutos Lilian Grigorian, cardióloga del hospital Gregorio Marañón de Madrid que ha estado en Armenia hasta este lunes, como parte de una campaña de Cirujanos en Acción junto con la fundación Amadea.

Grigorian cuenta cómo los primeros días fueron un caos debido al accidente en una estación de combustible que provocó 170 muertos. "Uno de los equipos estaba destinado en el hospital de quemados, el único centro de referencia que tienen toda Armenia. Empezamos a trabajar el lunes atendiendo a los pacientes que ya estaban apuntados, pero rápidamente tuvimos que cambiar las prioridades", explica la doctora. "La población estaba intentando cargar los depósitos de gasolina para poder escapar cuando explotó. Fue entonces cuando empezaron a llegar decenas de quemados graves, lo cual es catastrófico para un hospital, sobre todo con capacidades limitadas", afirma.

Decenas de miles de niños y familias armenias refugiadas llegan a Syunik y se someten al registro y a la evaluación de sus necesidades básicas.
Decenas de miles de niños y familias armenias refugiadas llegan a Syunik y se someten al registro y a la evaluación de sus necesidades básicas.
UNICEF

Respuesta rápida ante una situación permanente

La marea constante de refugiados ha supuesto un desafío no solo para las autoridades armenias, sino también para los propios civiles y las organizaciones internacionales que tratan de paliar los efectos de esta situación. Más de 100.000 nuevos ciudadanos en apenas cinco días en un país de menos de tres millones.

"Los niños cuando llegan no solo están cansados, tienen hambre o están enfermos del largo trayecto, necesitan apoyo psicosocial por la tristeza y el estado de shock provocado por todo lo que han vivido", asegura a este medio Christine Wiegand, representante de UNICEF en Armenia. La ciudad fronteriza de Goris se ha convertido en la localidad receptora de este exilio masivo y punto de partida de la nueva vida de estos niños.

Desde El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia reconocen estar trabajando con el Gobierno de Ereván y la sociedad civil para dar apoyo "inmediato". "Hemos entregado medicamentos; establecido un espacio para que 300 niños puedan tener cada día un lugar donde sentirse seguros y pueden jugar; un espacio también para que las madres puedan amamantar; equipos para abordar cualquier problema de salud urgente; y estamos trabajando con el Gobierno para garantizar que los niños tengan acceso a la educación", agrega Christine Wiegand.

Niños desplazados de Karabaj juegan en un rincón infantil en Goris establecido por UNICEF.
Niños desplazados de Karabaj juegan en un rincón infantil en Goris establecido por UNICEF.
Arman Martirosyan / UNICEF

Una vivienda antes de que llegue el invierno

Muchas de las familias karabajíes recién llegadas a Armenia conocen el país y tienen familiares o amigos. No obstante, el acceso a una nueva vivienda se ha convertido en una de las grandes incertidumbres de los desplazados. "La población que llegó ya se está moviendo por en todo el país, así que realmente ahora lo urgente es trabajar con todas las comunidades en Armenia para poder dar un apoyo a todos", afirman de UNICEF.

Wiegand asegura que en Armenia "no se verán campamentos de refugiados", ya que el Gobierno está trabajando para dar soluciones habitacionales. "Están identificando edificios que puedan ser utilizados porque el invierno va a empezar dentro de poco. Por eso estamos en contacto con el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, para apoyar a esas familias y darles ropa de invierno".

El Gobierno de Armenia asegura que ya ha dado alojamiento provisional a cerca de 54.000 personas. Además, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha dicho que la decisión más importante es otorgar apoyo financiero a los desplazados. Ereván decidió proporcionar una ayuda única de 100.000 drams (unos 250 dólares) a cada uno de los refugiados, con independencia de que sean adultos o niños.

Así mismo, el Estado dará ayuda durante seis meses para los gastos de vivienda en la forma de 40.000 drams (100 dólares) al mes, más 10.000 drams (unos 25 dólares) para costear los servicios de electricidad y gas. El primer ministro también prometió ayudar con la difusión de vacantes de empleos en empresas y el sector público entre los desplazados, y garantizó el pago de las pensiones.

Este es el primer paso de un proceso que no parece reversible. Ni las autoridades de Nagorno Karabaj ni las armenias van a intentar recuperar el territorio (por lo menos en un futuro inmediato), pese a que lo consideran el corazón histórico de su pueblo. Ereván asume que los más de 100.000 karabajíes, a los que considera armenios, son ya ciudadanos de su país. Y los miles de desplazados que han abandonado sus hogares por miedo a represalias azeríes viven desde hace días en un territorio al que no solo ven como parte intrínseca de su pasado, sino ahora también de su futuro.

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