Sánchez rebaja las prisas para su investidura mientras se prepara para recibir el encargo del rey: "No nos ponemos límite"

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez a su llegada este viernes al Congreso donde se celebra la segunda votación a la investidura del candidato popular Alberto Núñez Feijóo.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez a su llegada este viernes al Congreso donde se celebra la segunda votación a la investidura del candidato popular Alberto Núñez Feijóo.
EFE/Sergio Pérez
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez a su llegada este viernes al Congreso donde se celebra la segunda votación a la investidura del candidato popular Alberto Núñez Feijóo.

Derrotado Alberto Núñez Feijóo, se abre el tiempo de Pedro Sánchez. Aunque entre medias, la pelota se sitúa de nuevo en el tejado del Palacio de la Zarzuela. El rey Felipe VI recibe a partir de este lunes a los representantes de los partidos políticos que tienen diputados en la Cámara Baja para designar a un nuevo candidato que deberá formar gobierno y que será, con toda probabilidad, el actual presidente en funciones. La incógnita, pues, pasará por ver cuándo fija Francina Armengol, presidenta del Congreso, la investidura de Sánchez, cuyos colaboradores rebajan la euforia al asegurar que "no tiene sentido" ponerse un límite de tiempo, aunque insisten en que siguen pretendiendo que sea rápido.

El pasado viernes, y tras certificar la Cámara Baja por segunda vez su rechazo a investir como presidente del Gobierno al líder del PP, Armengol se trasladó a Zarzuela para comunicárselo al monarca. La Casa Real convocó entonces la ronda de consultas, que se celebrará entre este lunes y este martes. La ronda, la décima que realiza Felipe Vi tras su coronación en 2014, la inaugurará a las 11.00 horas del lunes el presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Javier Esparza, y a las 12.00 horas acudirá la diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido. Una hora más tarde será el turno del portavoz del PNV, Aitor Esteban. 

Ya por la tarde, a las 16.30 horas, acudirá la líder de Sumar, Yolanda Díaz, quien irá en solitario en representación de los ocho partidos que integran la coalición. El último en reunirse con el rey en Zarzuela será el líder de Vox, Santiago Abascal, cuya cita está prevista a las 16.30 horas. El martes, Felipe VI se reunirá con Pedro Sánchez a las 10.00 horas y a las 11.00 completará la ronda con Feijoó.

Así, se prevé que al finalizar dichas reuniones el rey tome una decisión, que a todas luces será la de encargar la investidura a Sánchez. El presidente en funciones ya se postuló en la última ronda -a la que no acudieron ni ERC, ni Junts, ni Bildu-, aunque el encargo fue a parar a Feijóo. El presidente del Partido Popular solicitó tiempo a Armengol para negociar sus apoyos y la decisión de la presidenta del Congreso fue ubicar la investidura para los días 26 y 27 de septiembre, más de 30 jornadas después de que se le nominara candidato.

En el caso de Sánchez todavía es una incógnita cuánto tiempo pedirá. Los socialistas criticaron desde el primer momento que Feijóo solicitara tanto tiempo al provocar, dijeron, "una parálisis" para una "investidura 'fake'". La idea de Moncloa siempre ha sido la de ir a una investidura rápida. Se habló, incluso, de mediados de octubre, con el objetivo de llegar a la jura de la Constitución de la princesa Leonor -que se producirá el último día del mes- con un gobierno con plenas funciones.

Y es que las conversaciones con los grupos en los que Sánchez pretende apoyarse -véase ERC, Junts, EH Bildu, PNV o BNG- están "encarriladas", dicen. Eso sí, argumentan "no tiene sentido ponerse un límite". Sobre todo, si no tienen atado el de la nueva 'mayoría de la investidura'. "No es cuestión de ponerse deberes para dentro de 15 días", argumenta otra fuente de Ferraz. Al fin y al cabo, las negociaciones son de alto voltaje. Las fuentes consultadas no descartan ahora que el debate de investidura se pueda retrasar hasta noviembre.

Toda vez que conseguir el apoyo de los grupos vascos -EH Bildu y PNV- parece que no será excesivamente difícil, las trabas se sitúan en los partidos catalanes. ERC, socio preferente del Gobierno en la legislatura pasada, ha perdido foco. Y no solo, sino que también cosechó unos malos datos electorales, tanto en las municipales de mayo como en las generales de julio. Además, será difícil arrebatarle la bandera de la amnistía -si es que la consiguen- a Carles Puigdemont, huido en Bélgica. 

"ERC y Sumar se parecen en una cosa y es que ambos necesitan el foco", reflexiona otra fuente, que enmarca en esa necesidad de acaparar titulares la resolución del Parlament aprobada la pasada semana en la que pedían, junto a Junts, garantías para avanzar en el referéndum, una línea roja para el PSOE, que también espolea la repetición electoral: si no hay gobierno antes del 27 de noviembre, habrá elecciones el 14 de enero

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