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El empleo, clave para que las personas con discapacidad intelectual: "Quiero trabajar, seguir aprendiendo y probar cosas nuevas"

  • La asociación Asprona, en Albacete, trabaja para "promover la inserción social y laboral de las personas con discapacidad intelectual". 
Sergio, director del centro ocupacional, junto con Abdel, usuario de Asprona, y Encar, terapeuta ocupacional y apoyo de Abdel en su integración.
Sergio, director del centro ocupacional, junto con Abdel, usuario de Asprona, y Encar, terapeuta ocupacional y apoyo de Abdel en su integración.
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Sergio, director del centro ocupacional, junto con Abdel, usuario de Asprona, y Encar, terapeuta ocupacional y apoyo de Abdel en su integración.

Las personas con discapacidad intelectual, al igual que todas las personas, también buscan tener su proyecto de vida independiente. Una de las claves para conseguirlo es lograr una buena integración en todos los aspectos de la vida cotidiana, como por ejemplo en el laboral. En este sentido, es importante el papel que desempeñan entidades como Asprona, la Asociación de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo y sus familias en la provincia de Albacete.

Asprona nació en 1962. Según nos cuenta su actual presidenta, Amalia Serna, "surgió de la iniciativa de un padre de familia que tenía un hijo con discapacidad. Junto con un amigo médico, este padre se lanzó a la aventura de crear una asociación para luchar por los derechos de las personas con discapacidad intelectual y ayudarlas a tener una vida plena, Y también para apoyar a las familias de estas personas, dándoles la atención y todos los recursos que necesitan". 

Así, además de ayudar a la integración laboral de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, gestionan varios servicios en nueve localidades de la provincia de Albacete, como los relacionados con la educación inclusiva, atención temprana, servicio de residencia, pisos tutelados o los relacionados con la atención y conciliación de las familias.

Trabajar para sentirse realizados

Para sentirse realizados y conseguir un proyecto de vida, una de las partes más importantes es el aspecto laboral. Esto Asprona lo sabe muy bien, y por eso dispone de una serie de servicios para la integración laboral de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.

Por un lado, están los centros ocupacionales. Uno de ellos es el centro ocupacional Eloy Camino, de Albacete. Aquí se atiende a 158 personas con discapacidad intelectual, con edades comprendidas entre los 21 y 50 años, que reciben una formación para que, en un futuro, puedan pasar a tener un empleo en empresas ordinarias, fuera de la asociación.

Así, el director del centro, Sergio Lezcano, explica que "vendría a ser un centro de prácticas y formación para el empleo para las personas con discapacidad intelectual. "Aquí se les enseña una serie de habilidades, como la importancia de adquirir responsabilidades, cumplir con un horario o con unas normas básicas".

En estos centros, prosigue Sergio, "se ofrece formación interna relacionada con el empleo, para que aprendan a desarrollar determinadas actividades, así como formación externa, es decir, que aprendan a actuar con los distintos agentes comunitarios". Así, los usuarios realizan su actividad en distintos talleres, como los relacionados con el montaje de piezas. Por ejemplo, uno de sus clientes más importantes es la multinacional Datamars, dedicada al montaje de jeringuillas veterinarias.

Pero también nos podemos encontrar con usuarios con distintos intereses fuera de los talleres. Para estos casos, Asprona dispone de la metodología del 'aprendizaje por servicios'. Dicha metodología consiste en "detectar necesidades en la comunidad, que puedan ser cubiertas por las personas con discapacidad intelectual, realizando una serie de servicios, mientras aprenden distintas habilidades". 

Uno de los proyectos incluidos en esta área es el proyecto ‘A pleno sol’. Se trata de un puesto de intercambio de libros, gestionado íntegramente por usuarios de Asprona, por medio de un convenio con el ayuntamiento de Albacete. Con esta iniciativa, "los usuarios aprenden habilidades sociales, como el trato con el público, y rutinas como mantener un puesto limpio y ordenado", explica Sergio.

"Quiero seguir trabajando, seguir aprendiendo y probar cosas nuevas. Me gustaría trabajar en algo de hostelería"  (Abdel)

Uno de los usuarios del centro ocupacional, y que también trabaja en el proyecto ‘A pleno sol’, es Abdel. Llegó de Marruecos hace diez años, sin conocer una sola palabra de español. Dos años después de su llegada a España, accedió al centro ocupacional, y actualmente trabaja en los distintos talleres de montaje de piezas, además de hacerlo en el puesto de intercambio de libros. Recientemente consiguió un contrato laboral fuera de los centros de Asprona, en una empresa de limpieza. Y también, por las tardes, acude a clases de español en el Instituto de Educación para Adultos.

Abdel cuenta que le gusta 'mucho' trabajar en el puesto de intercambio de libros. "Aprendo muchas cosas y la gente de los otros puestos me ayuda mucho", añade. También dice sentirse realizado profesionalmente. "Quiero seguir trabajando, seguir aprendiendo y probar cosas nuevas. Me gustaría trabajar en algo de hostelería", concluye Abdel.

El siguiente paso para la inserción laboral son los centros especiales de empleo. Esta área está gestionada por la fundación ASLA, creada por Asprona para el desarrollo de sus proyectos de integración laboral. Pero el objetivo final de Asprona es que sus usuarios se integren en la empresa ordinaria. Por este motivo, fomentan iniciativas para que los trabajadores realicen prácticas laborales en empresas ordinarias. Un ejemplo reciente lo tenemos en Óscar, que ha realizado prácticas en una conocida carnicería de Albacete. Según comenta Sergio, el trato hacia Óscar fue "espectacular", y "el propietario del negocio se sintió muy satisfecho con su trabajo". 

El servicio de capacitación, la puerta hacia el trabajo 

Después de los centros especiales de empleo, el siguiente paso para la integración de las personas con discapacidad intelectual es la capacitación para la entrada en el mercado laboral ordinario, además de darles herramientas para conseguir una vida lo más independiente posible. Para este fin, Asprona creó el servicio de capacitación.

Según explica la coordinadora del área de formación y capacitación de Asprona, Ana Rosa Manzanares, estos servicios surgen en 2017, y tienen sedes repartidas por distintas localidades de la provincia de Albacete. Este servicio atiende a 156 personas entre las distintas localidades en las que está presente, y tiene como objetivo "promover la inserción social y laboral de los usuarios, dependiendo de sus inquietudes". En este caso, no se trabaja en un centro de Asprona, sino que se utilizan los recursos comunitarios, para que los usuarios aprendan a integrarse como un ciudadano más.

En cuanto a la integración sociolaboral, Ana Rosa explica que lo hacen "a través de itinerarios profesionales que incluyan el acceso a la formación y al empleo en igualdad de oportunidades, que contemplen el desarrollo de competencias y las oportunidades del entorno, pero también las preferencias y el talento de las personas". 

Ángela ha conseguido trabajo gracias a Asprona.
Ángela ha conseguido trabajo como pinche de cocina gracias a Asprona.
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Una de las usuarias de este servicio es Ángela. Actualmente, trabaja en un restaurante como pinche de cocina. En su caso, se utilizó la metodología del empleo con apoyos. Ángela nos cuenta cómo fue el proceso para acceder a este empleo: "en el servicio de capacitación me ayudaron a preparar la entrevista de trabajo, y después, una preparadora laboral me acompañó para ayudar a integrarme, y a veces estaba conmigo en el puesto enseñándome a hacer las diferentes tareas". 

En este sentido, Ana Rosa añade que "los preparadores laborales acuden a los centros de trabajo y apoyan in situ a la persona con discapacidad, para que aprenda a realizar las funciones del puesto de forma autónoma. Poco a poco se va retirando este apoyo, pues la idea es que surjan los llamados apoyos naturales, como cuando llegas a un nuevo trabajo y los compañeros te dan la formación. Aun así, ni la empresa ni el trabajador se quedan abandonados y, junto con la empresa, se hace un seguimiento y una evaluación continua de la integración del trabajador". 

Hace falta sensibilizar a las empresas, pero también a la administración pública

En cuanto al comportamiento por parte de las empresas, Ana Rosa explica que, "generalmente, en un principio nos encontramos con muchos obstáculos y muchas etiquetas. Pero, a medida que van conociendo a la persona, poco a poco estos prejuicios van desapareciendo, pues se dan cuenta que pueden desarrollar correctamente el trabajo". 

Ana Rosa hace mucho hincapié en que hay que tener en cuenta el talento de las personas y de lo que pueden llegar a conseguir, y comenta el caso de un usuario que ha llegado a crear su propio negocio: una empresa de reparto sostenible.

Asimismo, señala que "el trato hacia una persona con discapacidad no ha de ser diferente al de otra persona", y considera importante "la acogida que se les dé a los nuevos empleados para que se sientan parte del equipo".

En este sentido, comenta que "hay empresas que solicitan que la asociación ofrezca una charla informativa sobre discapacidad intelectual antes de que entre el nuevo trabajador", lo cual para ella ya es "algo bueno". 

Las empresas "No deben tener miedo. Esto hará que sean más diversas y que el equipo esté más unido"

Además, recuerda a las empresas las ventajas que van a tener al contratar a una persona con discapacidad intelectual, como "disfrutar de beneficios fiscales y tener subvenciones más altas". Y añade: "No deben tener miedo. Esto hará que sean empresas más diversas y que el equipo esté más unido". 

Finalmente, Ana Rosa dice que "todavía queda mucho recorrido" para conseguir una integración laboral plena de las personas con discapacidad intelectual. "Hace falta sensibilizar a las empresas, pero también a la administración pública. Hay casos de personas que trabajan dos horas diarias y que también cobran una pensión no contributiva. Y cuando se plantean ampliar la jornada, han de elegir entre el sueldo del trabajo y la prestación". Por este motivo, invita a "realizar una revisión de las prestaciones y de las políticas de empleo". 

"Seguimos en el camino, se han conseguido muchas cosas, pero esperamos lograr mucho más con la sensibilización de todos", concluye Ana Rosa.

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