El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, pone este domingo rumbo a Nueva York. Lo hace para participar en la 78º Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se celebra en la ciudad estadounidense. Allí tendrá la posibilidad de verse con Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y de tener reuniones bilaterales con otros mandatarios internacionales. En este caso, con los líderes de Libia, Irak y Mauritania. Todo ello, una semana antes de que el Congreso de los Diputados celebre la sesión de investidura del popular Alberto Núñez Feijóo, que se prevé fallida y que dará paso a que Sánchez intente volver a ser jefe del Ejecutivo con plenas funciones.

El presidente cogerá el avión este domingo, tras participar en un acto en Galicia con los socialistas de dicha autonomía. Se prevé que aterrice en Nueva York por la noche y dé comienzo a un viaje largo con diversos y diferentes actos. Por ejemplo, participará en una cumbre organizada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que busca analizar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible y en una mesa redonda organizada por España y Francia junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para analizar la reforma de la arquitectura financiera internacional.

Asimismo, estará presente en una cumbre sobre ambición climática para explicar los compromisos que pretende asumir España y en otro foro económico organizado por la Cámara de Comercio de España en Estados Unidos. Todo ello sin olvidar la recepción que protagoniza Biden y las bilaterales con el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouni, y con el primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani. También con el primer ministro del Gobierno de unidad de Libia, Abdul Hamid Dbeibé. Según fuentes de Moncloa, este último encuentro ha sido solicitado por el Ejecutivo libanés y permitirá a Sánchez conocer de primera mano la situación en el país después del paso de la tormenta Daniel, que ha dejado más de 10.000 desaparecidos.

Sánchez dice que se dedicará "en cuerpo y alma" a su investidura con un proyecto "que sea consecuente con la Constitución"

Con todo, el punto álgido de la visita de Sánchez a Nueva York será el discurso que protagonizará frente a la Asamblea. Es una oportunidad única para situar al país en los ámbitos de actualidad. El año pasado, por ejemplo, anunció que España destinaría 237 millones de euros al área de la salud, de los que 130 millones irían destinados al Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. En 2019 aprovechó el hecho de que el Tribunal Supremo autorizó la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de Cuelgamuros para recalcar la calidad de la democracia española, cuya sociedad "eligió paz y libertad". 

Da la casualidad de que ese año, como este, el presidente hilvanó su discurso estando en funciones. El PSOE había sido la fuerza más votada en las elecciones que se celebraron en abril de ese año, pero no llegó a acuerdos ni con Unidas Podemos -que pedía formar un gobierno de coalición- ni con Ciudadanos, con quien podía sumar mayoría absoluta. Sánchez se presentó a una investidura fallida y dejó correr el tiempo para que se volvieran a convocar los comicios, que se celebraron en noviembre y que dieron a luz a la coalición entre socialistas y morados.

Esta vez la situación es diferente. Sánchez acude a Nueva York una semana antes de que se celebre el intento de Feijóo, que no tiene vías para salir adelante. Una vez pase la oportunidad del líder popular -como es predecible-, sería el turno de Sánchez, que el pasado viernes ya anunció su intención de dedicarse "en cuerpo y alma" a intentar que su investidura sea exitosa. Para ello, hablará "con las formaciones" -necesita el sí de Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG-, pero también "con la sociedad civil" con el objetivo de presentar un proyecto "de progreso y convivencia" que garantice "estabilidad" y que sea "consecuente" con la Constitución Española.

En este contexto, fuentes de Moncloa explican que tratará de dar una imagen de seriedad y estabilidad pese a estar en funciones. Las mismas fuentes añaden que este viaje cuenta con normalidad institucional y defienden el interés nacional para España que tiene el hecho de que el presidente en funciones viaje a este evento.