Amparo Rubiales declara ante el juez que llamó "judío nazi" a Bendodo de forma "coloquial" y lo equipara a "rojo o facha"

La expresidenta del PSOE de Sevilla Amparo Rubiales a su llegada a los juzgados de Sevilla.
La expresidenta del PSOE de Sevilla Amparo Rubiales a su llegada a los juzgados de Sevilla.
EP
La expresidenta del PSOE de Sevilla Amparo Rubiales a su llegada a los juzgados de Sevilla.

El Juzgado de Instrucción número dos de Sevilla ha acogido este miércoles la comparecencia de la que fuera presidenta del PSOE de Sevilla Amparo Rubiales, en calidad de investigada por la querella que le interpuso el PP por presunto delito de odio, después de que la socialista llamara "judío nazi" al coordinador general del PP, Elías Bendodo, en la red social X el pasado mes de junio.

Rubiales, que ha llegado a los juzgados del Prado de San Sebastián acompañada por su abogado, Adolfo Cuéllar, ha defendido que expresó sus comentarios hacia el popular en términos "coloquiales", del mismo modo que circulan recriminaciones como "facha o rojo", negando así cualquier "intencionalidad peyorativa o antisemita". Según fuentes del caso, la histórica dirigente habría insistido en que sus palabras no tuvieron nunca una "finalidad peyorativa".

Cabe recordar que Rubiales llamo "judío nazi" a Bendodo a raíz de unas declaraciones de este sobre el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio, en las que el popular llamó "tramposo" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y le acusó de buscar que los españoles no pudiesen votar al convocar los comicios en pleno verano. "¡Es realmente el discurso de un judío nazi!", fue la reacción de la dirigente socialista.

Tras el revuelo que provocaron sus palabras, Rubiales utilizó la mencionada red social para rectificar: "Jamás debe usarse la religión, origen o etnia de alguien para la crítica política aunque, como en mi caso, la intención fuese señalar una grave incoherencia", exponía. "Mis disculpas y corrijo: Bendodo es un nazi", precisaba la entonces presidenta del PSOE de Sevilla, cuyo partido se desvinculaba de estas consideraciones de la histórica dirigente socialista.

Ante el impacto del asunto, y tras reclamar insistentemente el PP su dimisión, Amparo Rubiales renunció a la Presidencia del PSOE de Sevilla para "zanjar la polémica", promoviendo los populares esta querella ante el hecho de que "algunas personas utilicen las creencias religiosas como un insulto personal, cruzando así todas las líneas rojas permitidas". 

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