Luis Manuel Rubiales -padre- presenciaba el pasado viernes 25 de agosto, el principio del fin de la carrera de su hijo como presidente de la Real Federación Española de Fútbol tras la polémica del beso a Jenni Hermoso en la final del mundial. Lo hacía sentado entre los asistentes de la Asamblea General Extraordinaria de la federación, aguantando las lágrimas. A su lado, Ángeles Béjar, su mujer -que días después se declararía en huelga de hambre- y sus nietas, Lucía, Ana y Elena.

De alcalde de Motril a ser procesado por la justicia

Luis Manuel Rubiales nació en Granada en 1953. Allí le conocen bien por haber sido alcalde de Motril por el Partido Socialista durante ocho años, y más tarde, delegado de Empleo de la Junta de Andalucía en Granada.

Fue ahí donde llegó su desgracia en la política, tras ser procesado por el caso de los ERE en Andalucía. Pidieron para él tres años de cárcel y ocho de inhabilitación por otorgar ayudas a las entidades Cespa y Fomento de Construcciones y Contratas entre 2006 y 2007 "de forma injusta y arbitraria". El juicio aún está pendiente de celebrarse.

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Como consecuencia de este presunto caso de corrupción, el PSOE le saca de sus filas, y Manuel Rubiales hace un último intento por ser alcalde de nuevo, esta vez de la mano de Convergencia andaluza, pero fracasa, y dos años después deja la política. Así, como su hijo, pierde -al menos públicamente- los apoyos de quienes habían sido durante mucho tiempo 'los suyos'.

Actualmente, está jubilado, y hasta la inhabilitación de su hijo, ha formado parte del núcleo duro del expresidente. Además, ha escrito un libro ambientado en la España de posguerra, "El jardín de Fobos".