Chui, un cachorro de Golden Retriever, se prepara en Cádiz para ser el primer socorrista canino de la Cruz Roja

  • Entre sus cualidades destaca su doble pelaje que "le permite no tener hipotermia, no pasar frío en el agua".
El cuidador y preparador canino, Juan Luis de Castellví, junto a Chui, en la playa de La Barrosa en Chiclana de la Frontera.
El cuidador y preparador canino, Juan Luis de Castellví, junto a Chui, en la playa de La Barrosa en Chiclana de la Frontera.
EFE/ Román Ríos
El cuidador y preparador canino, Juan Luis de Castellví, junto a Chui, en la playa de La Barrosa en Chiclana de la Frontera.
Los socorristas de la playa de la Barrosa, en Chiclana de la Frontera, contarán con la ayuda de un Golden Retriever para las labores de rescate y auxilio a los bañistas.Chui es un cachorro de solo tres meses que cada día se familiariza con los elementos del rescate en el mar. “Se va a tener que acostumbrar a las embarcaciones, tanto a las zodiac como las motos acuáticas, los tableros de rescate”, explica Juan Luis de Castellví, guía canino y adiestrador. Cuando concluya su entrenamiento será capaz de acudir a auxiliar a los humanos. Puede resultar clave porque si el socorrista llega exahusto al rescate el perro se encargará de arrastrar a ambos, víctima y socorrista, hasta ponerlos a salvo. El pequeño Chui es un Golden y su doble pelaje “le permite no tener hipotermia, no pasar frío en el agua”. En la playa de La Barrosa, en Chiclana de La Frontera, será un complemento de drones y socorristas, pero además acompañará a personas con discapacidad o problemas de movilidad que utilizan sillas anfibias para bañarse.
Agencia Atlas.

Chui, con tan solo tres meses, se está preparando para convertirse en el primer socorrista canino de la Cruz Roja en España, aunque ya es la sensación en la playa de La Barrosa, en Chiclana (Cádiz), cuyo Ayuntamiento ha concedido una autorización especial para que este perro ayude a salvar a los bañistas a partir del próximo año.

Juan Luis de Castellví, voluntario de Cruz Roja, ha contado que presentó este proyecto gracias a su experiencia en el adiestramiento y la conducta canina, convencido de que Chui, un golden retriever, “como el perrito del anuncio de papel higiénico”, puede ayudar a los socorristas en sus tareas diarias en la playa.

Consiste en un apoyo al socorrista humano, es decir, el perro nunca va a ir a rescatarte solo, sino que el socorrista humano se lanza al agua a por la víctima, pero ya no tiene que dosificar tanto las fuerzas pensando que luego tiene que volver a tierra porque puede llegar tan rápido como pueda, y después aparecerá el perro y será el animal el que los lleve a la orilla”, detalla el experto.

También ayudará en los casos en los que la víctima haya sufrido un golpe y haya sospecha de una lesión medular, por lo que con una señal el socorrista humano puede sostener a flote a la persona mientras avisa al perro, que será el encargado de traer el material de inmovilización, como el tablero espinal.

Se trata de una experiencia piloto para Cruz Roja, aunque este tipo de iniciativas se han desarrollado en otras zonas como las playas levantinas o Canarias con otras organizaciones.

La idea ha necesitado de un permiso especial del Ayuntamiento de Chiclana para La Barrosa, puesto que en esta playa, y en el resto de la localidad, no se autoriza la presencia de perros.

“Hay que destacar la agilidad con la que el Ayuntamiento se ha sumado a esta iniciativa”, alaba Castellví, quien explica que Chui, al ser tan pequeño, no puede ser considerado todavía un perro de salvamento, cuya presencia sí está permitida en la ordenanza de playas, de ahí que haya sido necesario tramitar esta excepción para facilitar el entrenamiento del cachorro.

Juan Luis de Castellví y Chui.
Juan Luis de Castellví y Chui.
Román Ríos/EFE

Su presencia ha llamado la atención de muchos bañistas, que se acercan a saludarlo y a conocer su labor, centrada en estos primeros días en el funcionamiento de las sillas anfibias, que ayudan a bañarse a las personas con movilidad reducida.

La idea, si todo va bien, es que Chui pueda estar prestando servicio como socorrista cuando haya superado el año, en el verano de 2024.

Para Castellví, que ahora se ha mudado a Chiclana tras una etapa como experto en materia de emergencias y seguridad en el Parlamento Europeo, es imprescindible que haya una mayor conciencia sobre los peligros del mar, sobre todo, entre los más pequeños y los ancianos porque “treinta segundos de despiste pueden ser fatales”.

“Los socorristas no son canguros”, subraya el voluntario, quien anima siempre a seguir las señalizaciones de las banderas, que indican el nivel de alerta, la cartelería que advierte de la presencia de corrientes y las indicaciones del personal de salvamento.

Este año -hasta el 3 de agosto- 253 personas han perdido la vida ahogadas en zonas acuáticas en España, lo que supone casi un 13 % más que en 2022, con 28 víctimas mortales más, y el peor dato desde el año 2018.

A partir del verano que viene, Chui pretende contribuir a que La Barrosa una playa aún más segura.

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