La economía española creció a un ritmo del 0,4% en el segundo trimestre del año gracias al tirón de la demanda nacional. Así lo ha comunicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone una ligera ralentización respecto al dato de los tres primeros meses del año —en los que el PIB avanzó un 0,5%—, pero refleja que España ha mantenido un nivel de actividad considerable en un momento en el que la economía de la eurozona está prácticamente congelada. De esta forma, el PIB nacional acumula ya cinco trimestres seguidos en positivo.

Para el Ministerio de Asuntos Económicos, el dato conocido este viernes señala que la economía española "continúa demostrando su solidez y resiliencia" en un contexto "de elevada incertidumbre y subida de tipos". Destacan en particular el avance de la demanda nacional, que avanzó un 1,9% en comparación con los tres primeros meses del año, "gracias a la importante mejora de la inversión en construcción, bienes de equipo y consumo de los hogares".

El consumo de los hogares volvió a tirar de la economía con un aporte de nueve décimas al crecimiento de este trimestre. Así, el gasto final de los hogares vuelve a contribuir al avance del PIB tras dos trimestres en los que se había contraído con fuerza. La bajada de la inflación en los tres meses anteriores, la recuperación de los salarios y el fuerte avance del empleo —con más de 600.000 nuevos puestos de trabajo— han permitido que este indicador recupere algo de pujanza. Además, también ha recobrado impulso la inversión —que aporta seis décimas al crecimiento en el segundo trimestre—, con especial protagonismo de la construcción, que ha logrado levantar el vuelo tras nueve meses de estancamiento.

La inflación repunta cuatro décimas en julio y vuelve a superar el objetivo del 2% marcado por el BCE

La sorpresa negativa está en las exportaciones, que sufren una fuerte contracción. Entre enero y marzo, el sector exterior —concretamente, el turismo extranjero— fue prácticamente el único motor de crecimiento en España. Sin embargo, en el segundo trimestre las exportaciones han restado vigor al PIB nacional, con una contribución negativa de 1,8 puntos porcentuales. 

Las ventas de bienes de las empresas españolas en el extranjero han sufrido un duro golpe y se reducen casi un 6% en comparación con el trimestre previo. Una cifra que refleja la desaceleración económica que están sufriendo los países de la UE, que representan el 62% de las exportaciones de España. Dentro del sector exterior, también pincha el turismo extranjero, que apenas contribuye con una décima al crecimiento del PIB, cuando en el primer trimestre había sido prácticamente el único motor de crecimiento económico del país.

Además, los datos de la contabilidad nacional recogen un nuevo avance en el número de horas trabajadas, que se incrementaron un 1,3% frente al primer trimestre. Entre marzo y junio, hubo casi 21 millones de españoles ocupados que trabajaron 8.545 millones de horas. Sin embargo, dado que las horas trabajadas han crecido más que el PIB la productividad por hora se ha reducido y se sitúa apenas una décima por encima de su nivel prepandemia.

Asimismo, las horas trabajadas por cada ocupado siguen todavía un 2,1% por debajo del nivel anterior a la pandemia. Este fenómeno se percibe con especial intensidad en la construcción o en las actividades de información y comunicaciones, donde las horas trabajadas están todavía a un nivel un 9% inferior respecto al cuarto trimestre de 2019.