Sumar se va de vacaciones eufórico ante la posibilidad de reeditar el Gobierno mientras aparca las primeras grietas con Podemos

  • La coalición que lidera Yolanda Díaz no ha conseguido acelerar las negociaciones con el PSOE y Junts.
  • Resurgen las tensiones con Podemos, que critica los resultados de Sumar, exige estar en las conversaciones con el PSOE y se reserva el derecho a romper la disciplina de voto.
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, junto a su homóloga de Podemos, Ione Belarra, el de IU, Alberto Garzón, y el portavoz Ernest Urtasun en la noche electoral.
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, junto a su homóloga de Podemos, Ione Belarra, el de IU, Alberto Garzón, y el portavoz Ernest Urtasun en la noche electoral.
Europa Press
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, junto a su homóloga de Podemos, Ione Belarra, el de IU, Alberto Garzón, y el portavoz Ernest Urtasun en la noche electoral.

La primera semana tras las elecciones generales del 23-J ha transcurrido en Sumar entre dos aguas: la euforia provocada por un resultado inesperado que, pese a la bajada con respecto a 2019, abre la puerta a mantenerse en el Gobierno, y la vuelta al primer plano de las tensiones con Podemos. La coalición ha tratado de presionar al PSOE para iniciar ya las negociaciones para formar Gobierno, pero los socialistas han decidido dejar que pasen unos días antes de afrontar estas conversaciones, por lo que Yolanda Díaz y los suyos comenzarán agosto, el mes vacacional por excelencia, con más incógnitas que certezas.

El resultado que arrojaron las urnas el pasado domingo se vivió en la madrileña sede central de Sumar como un triunfo pese a que la coalición perdió siete escaños y 700.000 votos con respecto a la suma de Unidas Podemos y Más País en 2019, la última referencia del espacio a la izquierda del PSOE en unas elecciones generales. Y el lunes, el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, fijó el mensaje con el que la formación ha tratado de tomar la iniciativa: el de que las negociaciones con el PSOE, por una parte, y con Junts, por la otra, deben comenzar lo antes posible.

El martes, por su parte, fue la propia Díaz la que trató de elevar la presión sobre los socialistas asegurando que ya ha "diseñado un equipo" para negociar con los socialistas, mientras Sumar anunció que sería el exdiputado de los comuns Jaume Asens el encargado de iniciar las conversaciones con Junts. No obstante, los socialistas tienen claro que se van a tomar con calma la investidura, y fuentes del PSOE señalaban el lunes que dejarán que el PP "se cueza en su propia salsa" gestionando el fracaso de sus expectativas electorales.

Fuentes del espacio a la izquierda del PSOE aseguran que ya han comenzado los contactos preliminares con Waterloo, donde reside el líder de Junts, el expresidente catalán Carles Puigdemont. Pero la negativa de los socialistas a acelerar los tiempos, como plantea Sumar, ha dejado a la coalición de Díaz expuesta al protagonismo de sus tensiones internas, que han vuelto a aflorar esta semana tras la tregua que se vivió durante la campaña electoral. Lejos de cerrarse, los resultados de la formación han profundizado las grietas con Podemos, que los criticó el pasado lunes y que, además, ha avisado de que quiere estar en la mesa de negociación con el PSOE.

Apenas 12 horas después de las elecciones del pasado domingo, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, espetó públicamente que la estrategia de Díaz había conducido al espacio a la izquierda del PSOE a fracasar en el objetivo de "gobernar con más fuerza" y denunció que "renunciar al feminismo e invisibilizar a Podemos no ha funcionado" electoralmente. Y, durante la semana, varios dirigentes de primera línea de Podemos, como Pablo Echenique o el exlíder Pablo Iglesias, han apelado a la "autonomía" que, dicen, van a ejercer los cinco diputados que el partido morado ha conseguido dentro de Sumar.

Fuentes del partido morado aclaran que ese aviso tiene al menos dos significados: que el partido reclamará tener presencia en todos los espacios de poder en los que esté presente Sumar, incluida la negociación con el PSOE para conformar el Gobierno, y que se reservará el derecho a saltarse la disciplina de voto en temas sensibles. Y no solo eso: si la las conversaciones con los socialistas y con Junts tienen éxito y se reedita el Ejecutivo de coalición, Podemos pedirá mantener al menos un ministerio, algo que dependerá en última instancia de Díaz.

Por ahora, Díaz ha decidido no responder a estas advertencias, aunque sí ha rechazado las críticas de Podemos a los resultados electorales de Sumar. "Lo que hemos hecho en dos meses es brutal, los partidos son dueños de sus palabras y las tienen que valorar ellos", se limitó a contestar Díaz, que, eso sí, dejó caer que "en el último proceso electoral", el del 28 de mayo, "Unidas Podemos obtuvo un millón de votos". Precisamente ese ha sido el argumento principal esgrimido por la líder de la coalición: que Sumar no se había presentado antes a las elecciones y, por tanto, no se la puede comparar con Unidas Podemos, y que además el contexto de 2019 y el de 2023 es muy diferente.

La comparación, con todo, no es especialmente acertada puesto que, para empezar, la participación en las elecciones locales es sensiblemente menor que en las generales (un 51,5% frente al 70,4% del domingo pasado) y, además, muchos electores cambian su voto en función de si votan para el Congreso o para su ayuntamiento. No obstante, también es cierto que, en los comicios del 28-M, Unidas Podemos sufrió un durísimo correctivo que le hizo perder su representación en los parlamentos autonómicos de la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Madrid y Canarias, así como buena parte de sus concejales y diputados autonómicos.

Redactor '20minutos'

Redactor de Nacional. Me hice mayor en Infolibre y llegué a 20minutos a finales de 2019. Sigo a Sumar y a Podemos y me paso la vida en el Congreso, donde también me encargo de la crónica parlamentaria. Cosecha de 1993.

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