Dirigentes del PP han asegurado este lunes que su partido es el que tiene el derecho a formar gobierno al ser la primera fuerza política y la lista más votada. Los populares han coincido en resaltar el notable incremento de escaños respecto a 2019, y han asumido que tienen el "respaldo" de los españoles para presentarse a una hipotética investidura con el objetivo de conformar gobierno.

Borja Sémper, Cuca Gamarra y Elías Bendodo han reaccionado a los resultados electorales del pasado domingo, en los que el PP se ha erigido en la nueva fuerza política en el Congreso, superando al PSOE por 14 escaños y mejorando en 47 diputados sus resultados de noviembre de 2019, pero con una mayoría insuficiente.

Sémper ha sostenido que los 136 escaños obtenidos por su partido son un resultado "extraordinario" respecto a los 89 que consiguieron en los anteriores comicios. Sin embargo, ha reconocido que es "insuficiente para un gobierno claro y limpio", en comparación con las expectativas que tenía el Partido Popular. El portavoz popular ha afirmado que es una "obviedad" que las expectativas en su partido estaban "por encima" de la realidad , según las encuestas y el objetivo que se habían marcado durante la campaña.

Al ser preguntado por los motivos de estos resultados, Sémper ha confesado que se puede deber tanto los pactos con Vox como a las propuestas dirigidas al PSOE, además de la fragmentación del voto en la derecha. " Con una política tan polarizada, hay gente a la que probablemente no le haya gustado las interpelaciones a posibles acuerdos con el PSOE. Y otros han tenido muchas prevenciones también a posibles pactos con Vox", ha razonado.

Cuca Gamarra ha resaltado que el PP gana "en votos y en escaño" al Partido Socialista y en España ha gobernado "siempre quien ha ganado". La número dos popular ha reprochado que se pueda hacer "depender el futuro del Gobierno de España, no habiendo ganado las elecciones, de un partido que tiene al frente a Puigdemont, huido de la Justicia. Además, ha advertido de la reedición del gobierno de coalición sería con una "debilidad parlamentaria mayor".

Por su parte, Elías Bendodo ha declarado que el PP "ha ganado con claridad las elecciones", al contar con catorce escaños más que la segunda fuerza. El dirigente popular ha subrayado la victoria del PP en 40 de los 52 provincias y ha asumido que ahora "toca cumplir el mandato de los españoles, como ha sucedido durante los últimos 45 años de democracia (...), otra opción sería romper con la tradición democrática de nuestro país".

Bendodo ha revelado que hay "opciones reales de formar gobierno", y ha ha hecho referencia a los resultados de 1996, en los que ganó José María Aznar y Felipe González se abstuvo para facilitar el primer gobierno del Partido Popular. Asimismo, ha señalado que el proyecto de su partido es un proyecto "transversal": "El PP ha demostrado que puede pactar con más partidos, no sólo con Vox".

Igualmente, el coordinador general popular ha advertido de que el PSOE ha reconocido la victoria del PP, pese a que no haya habido felicitación por parte de Pedro Sánchez. Concretamente, Bendodo ha comentado que fue Sánchez quien envió el primer mensaje a Alberto Núñez Feijóo para comentar la jornada electoral. "El PSOE reconoce que el PP ganó las elecciones, ahora el siguiente paso es respetar la voluntad mayoritaria de los españoles", ha sostenido el popular.

Por otro lado, Miguel Tellado ha avisado de que Vox tendrá que decidir si deja gobernar al PP o "se pone del lado de Sánchez", y permite que siga gobernando. "Si el voto de centro derecha se divide, al final el que saca mayor rédito electoral es el PSOE y Pedro Sánchez", ha declarado el vicesecretario de organización popular, que ha añadido que, acudiendo a las urnas divididos, el PP ha perdido escaños que podían haber consolidado "la mayoría del cambio".

En cualquier caso, los dirigentes del Partido Popular han confirmado que en las próximas semanas Feijóo comenzará la ronda de contactos, empezando por Pedro Sánchez, para buscar "fórmulas alternativas", que tengan como objetivo que la gobernabilidad de España no dependa de "los que no creen en la convivencia entre españoles".