Albert Lladó, neurólogo: "En los próximos meses se espera aprobar algún fármaco que ralentice la progresión del alzhéimer"

Albert Lladó
Albert Lladó, neurólogo
FRANCISCO AVIA
Albert Lladó

Se estima que en España hay alrededor de 800.000 personas que padecen alzhéimer. En 2050, se calcula que la cifra rondará los 1,5 millones. Esta enfermedad neurodegenerativa, la más común y principal causa de demencia, suele manifestarse en edades avanzadas, pero en algunos casos, los denominados "alzhéimer de inicio precoz" surge antes de los 65 años. Su detección y tratamiento tempranos son decisivos en su evolución y pronóstico.

El doctor Albert Lladó Plarrumaní, neurólogo de la Unidad de Alzhéimer y otros trastornos cognitivos del Hospital Clínic-IDIBAPS (Barcelona) e investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer, cuenta con una amplia experiencia en el estudio de esta enfermedad. Precisamente hace apenas unas semanas, ha sido premiado por la Sociedad Española de Neurología (SEN) en reconocimiento a sus trabajos de investigación sobre biomarcadores diagnósticos y pronósticos en alzhéimer de inicio precoz esporádico.

¿Por qué se prevé que aumente tanto la incidencia del alzhéimer en los próximos años?Son todo estimaciones y hay algunos estudios ahora que dicen que, a lo mejor, se estabiliza un poco. El principal motivo para que aumente es el incremento de la edad. En España tenemos una población que se prevé que cada vez esté más envejecida y el factor de riesgo más importante que tenemos para sufrir alzhéimer es la edad. Sin embargo, también hay estudios que demuestran que cada vez las personas nos cuidamos más: tenemos niveles educativos más elevados, hacemos ejercicio físico, tenemos más estimulación cognitiva... también controlamos mejor algunos factores de riesgo vascular durante edades medias y esto podría frenar un poco el aumento de la incidencia del alzhéimer, pero son todo especulaciones.

¿También influye que se diagnostique más o de forma más precoz que antes?Sin duda, es una enfermedad que, en muchos casos, se diagnostica antes. También es verdad que la población conoce más sobre ella. Es frecuente cuando hacemos historia familiar de los pacientes que tengan padres o abuelos diagnosticados de alzhéimer. A veces es una demencia senil, han tenido esclerosis, perdió la memoria… No hay un diagnóstico claro, pero hoy en día ponemos nombre y apellido con más facilidad que hace un tiempo.

En general, ¿cuándo suelen aparecer los primeros síntomas del alzhéimer?La enfermedad aparece habitualmente en edades avanzadas de la vida. Nosotros diferenciamos alzhéimer de inicio precoz o de inicio tardío más o menos a partir de los 65 años. Prácticamente el 90% de los casos aparecen más tarde de los 65 años. Además, el número de personas que la contraen prácticamente se duplica cada 5 años.

¿Qué se consideraría, entonces, alzhéimer de inicio precoz esporádico?El alzhéimer de inicio precoz es aquel en el que los síntomas aparecen antes de los 65 años. La mayoría de estos casos, alrededor del 90%, son esporádicos, pero es verdad que hay un porcentaje con causa genética, probablemente un 10-15%. La prevalencia de este tipo de alzhéimer podría ser de 1 persona por cada 1.000 en la franja de edad entre 50 y 65 años más o menos.

Sabemos que, en gente que tiene un nivel educativo más alto, a veces los síntomas aparecen más tarde o que, si hay factores de riesgo vascular, existe más riesgo

¿Qué otras causas existen, además de las genéticas, para definirlo como "esporádico"?La enfermedad empieza porque hay un disbalance entre la producción y eliminación de la proteína beta mieloide, pero por qué pasa este disbalance, en los casos esporádicos, todavía no queda muy claro. El principal factor de riesgo es la edad, el resto sabemos que puede haber cierta predisposición genética y ciertos factores de nuestra actividad en la vida diaria que podrían favorecerla, pero no hay ningún factor de riesgo claro. Sabemos que, en gente que tiene un nivel educativo más alto, a veces los síntomas pueden aparecer más tarde o que gente que tiene factores de riesgo vascular tiene más riesgo de desarrollar la enfermedad.

¿Cuáles son los primeros signos de alerta del alzhéimer de inicio precoz esporádico?El primer síntoma de la mayoría, entre un 60-70% de los casos, suele ser una pérdida de memoria, pero a veces, en un 30-40% de los casos, puede ser un trastorno del lenguaje, un cambio de carácter o incluso trastornos a nivel visual. Muchas veces la persona en sí es poco consciente de estos déficits, por eso es importante que las personas de alrededor se den cuenta y acuda a su médico de familia. Todos los médicos tienen que ser conscientes también de que en estas edades no todo es estrés o depresión y a veces pueden ser los primeros síntomas de un proceso neurodegenerativo, por lo tanto, hacer una pequeña valoración puede ser muy interesante.

¿Qué herramientas existen para diagnosticar este tipo de alzhéimer?En los casos esporádicos, en los que suele empezar a partir de los 50 años, las herramientas que tenemos son, primero, hacer una buena historia clínica con el paciente y los familiares para ver el patrón, qué quejas cognitivas y déficits tiene y, a partir de aquí, empezamos a realizar pruebas de neuroimagen, resonancia, escáner cerebral... Después, tenemos los biomarcadores, pruebas biológicas que marcan el depósito de las proteínas implicadas en la causa en este caso del alzhéimer y que han ayudado bastante a mejorar su diagnóstico. Hay varias maneras de poder identificar estas proteínas, a través del líquido cefalorraquídeo, por la sangre... También tenemos otras pruebas de medicina nuclear, algunas específicas como el PET de amiloide.

Forma parte del equipo de investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS que han desarrollado un biomarcador por análisis de sangre. ¿En qué consiste?En los últimos años se está investigando muchísimo en los biomarcadores plasmáticos, que sacamos de una analítica sanguínea. Estos biomarcadores son mucho más rápidos y menos costosos y molestos para el paciente que una punción lumbar. Hasta ahora no habían dado muy buen resultado, pero nuevas técnicas de análisis nos han permitido poder analizar algunas proteínas que tienen una buena sensibilidad y especificidad para ver estas enfermedades. Todavía no los tenemos de uso práctico en el día a día de la clínica, pero sí que parece que podrían aplicarse pronto si los estudios acaban de dar los frutos que esperamos. Quizás no sean tan específicos como los de líquido cefalorraquídeo, pero si pueden ser útiles para hacer una primera aproximación y podrían tener cierta validez diagnóstica. 

Los biomarcadores permiten diagnosticar con cierta seguridad y esto evita que el paciente tenga un vía crucis de pruebas, además de poder hacer un tratamiento específico

¿Los biomarcadores facilitan el diagnóstico precoz del alzhéimer?Sí, antes no te quedaba más remedio que ver la evolución de la enfermedad y eso te podía dar una orientación sobre si era un proceso degenerativo o no. Ahora los biomarcadores nos permiten poder hacerlo con cierta seguridad ya que podemos tener una confirmación biológica de la enfermedad en estados muy iniciales y esto evita que el paciente tenga un vía crucis de pruebas y médicos y le permite organizar un poco su futuro; también poder hacer un tratamiento específico de la enfermedad. En estos momentos empiezan a haber ensayos clínicos que comienzan a dar resultados sobre la posibilidad de que puedan evitar un poco la progresión de la enfermedad.

¿Puede influir, entonces, en la evolución y el pronóstico del alzhéimer de inicio precoz esporádico?Así es, actualmente tenemos fármacos sintomáticos que hacen que el paciente puede estar un poquito mejor y ya estamos desarrollando muchos ensayos clínicos de medicamentos que podrían modificar el curso de la enfermedad. Se espera que en los próximos meses o un año a lo mejor puede haber ya la aprobación de algún fármaco que pueda modificar la enfermedad.

¿En qué sentido la modificaría? Lo que conocemos hoy en día es que, probablemente, podrían enlentecer la progresión de la enfermedad. Los fármacos que tenemos ahora todavía no han demostrado que puedan curar la enfermedad.

Cambiaría mucho, por tanto, la evolución de los pacientes con alzhéimer de inicio precoz…Sí, estos fármacos en fases moderadas o avanzadas de la enfermedad no han demostrado ninguna eficacia, pero sí serían muy relevantes en pacientes incluso antes de que tengan una demencia, en fases que llamamos de “deterioro cognitivo leve”. Con estos medicamentos, el paciente podría estar mucho más tiempo antes de progresar a una fase ya de demencia, por lo tanto, tienen una relevancia muy importante. 

¿Una alteración en los biomarcadores es un indicador seguro de que la persona va a desarrollar la enfermedad de alzhéimer?Lo que conocemos es que, si el paciente tiene pocos síntomas cognitivos y hay estos biomarcadores alterados, es altamente probable que progrese a una fase de demencia. Probablemente hay una fase preclínica en la que la enfermedad puede estar desarrollándose en nuestro cerebro muchos años antes de los primeros síntomas. Por lo tanto, se podrían diagnosticar estas alteraciones en gente sin ningún problema cognitivo, pero esto todavía hoy está en investigación ya que no sabemos cuánto tiempo antes se pueden ver estas alteraciones ni cuándo, si existen, se puede llegar a desarrollar la enfermedad. Hoy en día, utilizamos estos biomarcadores en gente que ya tiene clínica, por lo tanto, ya no es que desarrollen la enfermedad, sino que la marcan.

El alzhéimer tiene un impacto en cualquier edad, pero en gente más joven es mayor porque impacta en un momento en que la persona todavía sigue activa 

El campo de los biomarcadores del alzhéimer está en plena investigación. ¿Cuáles son los nuevos caminos a explorar?Uno de los campos que está más activo es el de los biomarcadores plasmáticos. El otro son los biomarcadores pronósticos, ya que tenemos biomarcadores muy buenos para hacer un diagnóstico, pero todavía nos faltan aquellos que puedan predecir cómo irá la enfermedad. Sabemos que es una enfermedad neurodegenerativa, pero no la velocidad a la que empeora. Hay gente que tiene una progresión bastante rápida y otras personas que lo hacen de forma más lenta y esto todavía no lo podemos predecir fácil. Un campo importante actualmente de investigación es buscar biomarcadores que nos permitan orientar cómo evolucionará el paciente y, a partir de aquí, qué tratamientos serían los más óptimos para él.

¿A qué retos sociales se enfrentan las personas con alzhéimer de inicio precoz, a diferencia de las personas en las que la enfermedad se desarrolla de forma más tardía?A retos enormes. Perder la cognición, la capacidad para razonar, recordar… en definitiva, el ser tú mismo, tiene un impacto en cualquier edad, pero en esta gente es probablemente mayor porque impacta en un momento en la vida en que la persona todavía sigue activa laboralmente y, habitualmente, con una carga de hijos. Es un momento de vida más vital, con expectativas de futuro muy elevadas y esto rompe toda la estructura. Afecta mucho a nivel económico porque la persona deja de trabajar, a veces incluso puede haber problemas legales por despidos. Es decir, hay una repercusión personal, pero también familiar, económica social… etc.

¿Cómo facilitáis los profesionales médicos todo este proceso al paciente?Poder disponer de estos biomarcadores nos ha ayudado a poder decir con más seguridad un diagnóstico catastrófico como éste. Antes era difícil poder hacerlo en una persona en la que los síntomas pueden presentarse de forma diferente y todo eso hace que el paciente de muchas vueltas. Nuestro trabajo consiste en poder diagnosticar, orientar y situar al paciente y a la familia donde está. Es una mala noticia, pero al menos sabemos dónde estamos porque la incertidumbre todavía es peor.

Y a nivel social, ¿qué necesitan?Todavía hay muchos aspectos que cuestan. Todo el tema social en personas de menos de 65 años es todavía quizá más farragoso que en personas mayores. Son pacientes que necesitarían una ayuda fácil y rápida y estamos en un país en el que esto no es así. Acudir a distintas ventanillas es difícil. Hay trabajadores sociales que ayudan mucho, pero tramitar cualquier ayuda en este país es complejo.

El desconocimiento hace que, muchas veces, el diagnóstico se retrase y que haya más incomprensión a nivel social

¿Existe desconocimiento por parte de la sociedad sobre el alzhéimer de inicio más precoz?Sin duda y eso hace que, muchas veces, el diagnóstico se retrase y haya más incomprensión a nivel social. Por eso visibilizar la enfermedad es tan importante. Tenemos una labor importante de formación a la sociedad para intentar ir haciendo visible el alzhéimer.

Dentro de esta labor de formación, ¿es importante conocer cuáles son los primeros signos de alerta de la enfermedad?Sin duda, esa es una labor que estamos intentando hacer, pero es difícil. Además, en estas edades tempranas lo más fácil es atribuirlo al estrés y es verdad que, de las consultas que realizamos por problemas de memoria antes de los 65 años, solo un 10-15% se trata de un proceso neurodegenerativo. Muchas otras veces son pérdidas de memoria relacionadas con otras patologías psiquiátricas, enfermedades a nivel sistémico, etc. Hay que hacer hincapié en esto porque muchas veces el retraso diagnóstico en esas edades puede ser incluso mayor que en gente en edades más avanzadas.

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