Viajar solo, por necesidad o por voluntad: "Es un empoderamiento brutal"

  • Cada vez más solteros, referentes en las redes sociales y nuevos valores están impulsando viajar en solitario.
  • La oferta aumenta y ya hay empresas especializadas en organizar viajes en grupo para personas que viajan solas​.
Viajar solo es algo cada vez menos exótico y aventurero y un número creciente de personas está optando por lanzarse a vivir la experiencia en solitario.
Viajar solo es algo cada vez menos exótico y aventurero y un número creciente de personas está optando por lanzarse a vivir la experiencia en solitario.
20minutos
Viajar solo es algo cada vez menos exótico y aventurero y un número creciente de personas está optando por lanzarse a vivir la experiencia en solitario.

Tras un año ahorrando "como una hormiguita", había llegado el gran día. Julia Alegre, que entonces tenía 30 años, se despedía de su trabajo, sus amigos, su casa y siete años de vida en Colombia. Cogió su mochila y se embarcó en el viaje que había querido hacer desde niña, cuando vio por primera vez a Angelina Jolie, caracterizada como la protagonista de la película Tomb Raider, disparando y dando saltos por el templo de Angkor Wat de Camboya.

"Nunca había viajado sola, pero me vi sin pareja, sin obligaciones de hijos, 30 años y me dije: 'O lo haces ahora o no lo haces nunca'. Porque luego la vida te arrastra, te vuelves a enamorar, te sale otro curro…", declara esta periodista madrileña que estuvo seis meses viajando por el sudeste asiático en solitario hasta que la pandemia puso fin, antes de lo previsto, a su aventura, que relata en el libro Crónicas de una vagabunda.

"Tiene sus momentos súper buenos de empaparse de verdad, dejarte consumir por esos países, pero también tiene la parte de la soledad", explica Alegre, que tiene ahora 35 años. "Podía pasarme perfectamente cinco días sin hablar con nadie salvo con algunos locales. Pero, lo que me pasó, es que, cuando empezaba a sentir esa soledad, me aparecía un ángel, alguien con el que empezaba a compartir, que se adecuaba a mi forma de viajar y esa conexión era impresionante".

Cuando se le pregunta si ha conservado alguna relación con esos "ángeles" admite que nunca ha vuelto a ver a nadie en persona, aunque sí mantiene contacto por redes sociales. Al rato cae en la cuenta: a su novio actual, con el que lleva dos años y con el que convive en Barcelona, le conoció en una estación remota de un pequeño pueblo de Birmania. "Nos pusimos a hablar, me acompañó a algunos viajes, pero no iba a cambiar la ruta por nadie", declara Alegre. "Luego vino la pandemia, me volví a España y él se quedó en Tailandia. Luego nos reencontramos y aquí estamos, juntos desde entonces".

Julia Alegre recorrió sola el sudeste asiático durante seis meses hasta que la pandemia puso fin a su travesía.
Julia Alegre recorrió sola el sudeste asiático durante seis meses hasta que la pandemia puso fin a su travesía.
CEDIDA

Solteros y aventureros solitarios

Viajar solo es algo cada vez menos exótico y aventurero. Según datos recogidos por la web Statista, una de cada cuatro personas planeaba aventurarse en solitario en 2022. Un dato que coincide con un número cada vez mayor de solteros -14,6 millones, según el INE, un 31,5% más que hace dos décadas-, pero también de nuevos referentes y valores. Un número creciente de cuentas de redes sociales de aventureros y viajeros solitarios comparten sus experiencias y transmiten valores en auge como la libertad de movimiento, el autoaprendizaje y la voluntad de ampliar el círculo social.

"Las redes sociales difunden experiencias de viajeros solitarios que tienen por estas vías la manera de compartir las mismas", explica Pablo Díaz, profesor de economía y empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "Dependiendo del tipo de viajeros solitarios habrá un buen porcentaje de los mismos que sean muy prolíficos en compartir sus experiencias durante los viajes para así mitigar la sensación de solitud, mantener contacto con sus relaciones, o satisfacer su ego viajero. Este compartir generará deseos de viajar de esta manera a otros individuos".

Navegando por la red social Twitter, Alejandro Gómez dio con la cuenta de un usuario que había hecho un viaje por la Cordillera Cantábrica. Él solo había viajado una vez en solitario a Londres unos días, pero estaba apunto de empezar su primer trabajo indefinido y le apetecía una experiencia más intensa, así que decidió imitar al tuitero y se lanzó él solo a la montaña, en su caso, el Pirineo oscense.

Alejandro Gómez ha viajado en solitario a Londres y ha hecho un recorrido por el noreste peninsular.
Alejandro Gómez ha viajado en solitario a Londres y ha hecho un recorrido por el noreste peninsular.
CEDIDA

"Fue un viaje de no hablar con nadie en muchos momentos, pero tiene sus ventajas como poder establecer tus horarios, el no tener limitación salvo las ganas de hacer algo, la libertad absoluta para ti y la satisfacción del 'yo puedo entretenerme sin la ayuda de nadie', porque en tu vida diaria no aprendes a disfrutar de la soledad", defiende este joven de 24 años que trabaja como testeador de videojuegos y estudia para agente forestal. "Fue precisamente en ese viaje donde decidí estudiarlo".

Ana Esteban, de 27 años, también ha optado por viajar sola en los cambios de ciclo de su vida. Cuando volvió a España tras dos años viviendo en Reino Unido, se lanzó a su primera gran aventura en solitario y estuvo una semana viajando por Polonia "para tener un momento a solas". Después de la pandemia, quiso tener "un verano para ella". Primero, en el Camino de Santiago -donde finalmente tuvo la compañía unos días de una amiga y de su padre- y, después, en el que ha sido su gran viaje: Costa Rica.

Ana Esteban viajó a Polonia después de dos años en el Reino Unido, antes de emprender su gran viaje en solitario a Costa Rica.
Ana Esteban viajó a Polonia después de dos años en el Reino Unido, antes de emprender su gran viaje en solitario a Costa Rica.
CEDIDA

"Era cerrar otra etapa de mi vida y quería hacerlo sola, aunque vas conectado con otras personas durante el viaje. Viajar sola es un subidón de empoderamiento a nivel personal brutal", declara Esteban, que vive actualmente en Barcelona y es trabajadora social.

Recuerda particularmente dos momentos en los que conectó con personas de una forma que habría sido imposible si no hubiera estado viajando sola. "Recuerdo hacer autostop yo sola para ir a un sitio donde era inviable llegar en transporte público y conocer a una pareja local que me hizo cambiar mi plan y quedarme cinco días allí, es lo bueno de viajar sola, que el plan solo depende ti", recuerda Esteban.

La segunda, tuvo lugar al final del viaje, cuando recibió la noticia del inesperado fallecimiento de su tío y pasó las últimas horas con los familiares costarricenses de una amiga. "En lugar de pasar ese momento sola, lo hice acompañada por tres mujeres maravillosas y ese acompañamiento fue precioso. Si hubiese estado viajando con alguien, ese vínculo con estas personas nunca habría sido igual".

Viajes en grupo para viajeros solitarios

Viajar en solitario no tiene por qué significar permanecer solo durante el viaje. Las motivaciones para iniciar un viaje de estas características son variadas y muchas son perfectamente compatibles con querer compartir la aventura con otras personas. Tanto es así, que hay empresas especializadas en organizar viajes en grupo para personas que viajan solas.

"Muchos milenials no tienen relaciones estables y, cuando llegas a una determinada edad, es muy difícil cuadrar vacaciones con amigos porque unos viajan con sus parejas o porque se han casado o tienen niños y tú no, entonces, la gente tiene esa necesidad de relacionarse", explica Laura Pérez, directora general en España del turoperador de viajes en grupo para viajeros solitarios WeRoad. Las ofertas de esta empresa incluyen viajes con personas de similar edad e intereses y el acompañamiento de un coordinador que facilita la experiencia. "No somos Tinder, pero salen muchas parejas de nuestros viajes", recalca Pérez.

Estefania Novillo fue a Colombia con un viaje organizado en grupo para personas que viajaban en solitario.
Estefania Novillo fue a Colombia con un viaje organizado en grupo para personas que viajaban en solitario.
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Estefanía Novillo, una madrileña de 32 años que trabaja como organizadora de eventos, participó en uno de estos viajes grupales de dos semanas el pasado verano. "Quería ir a Colombia, pero no encontraba a gente que quisiera ir. A la hora de hacer viajes largos es más difícil poner en común a gente", explica Novillo, que recorrió el país latinoamericano con un grupo de una docena de personas. "La primera noche se hace una cena de bienvenida y fue perfecto. Éramos gente muy compatible y el resto del viaje fue maravilloso, una de las mejores cosas que he hecho en mi vida".

Uno de los motivos para hacer un viaje de este tipo en grupo es, según admite Novillo, el miedo a desplazarse en solitario por un país desconocido, especialmente siendo una mujer. "Era mi primera vez y el destino no tiene una reputación súper buena para viajar sola así que quería primero explorar el terreno y ver cómo me sentía", explica Novillo.

En opinión del profesor Díaz, de la UOC, "las viajeras solitarias, no tienen muchos más inconvenientes que los viajeros hombres más allá de enfrentarse a situaciones de discriminación o normativas culturales distintas en según qué geografías", aunque también admite que "la violencia sexual puede ser una preocupación por el temor a estar fuera del entorno conocido o de seguridad".

Voluntariados y grandes eventos

Fiestas en el pueblo, festivales, chiringuitos de playa repletos con las mismas canciones sonando machaconamente una y otra vez. Ana Hipólito, una estudiante de ingeniería de 24 años, quería "cambiar un poco la dinámica este verano" y se puso manos a la obra.

Ana Hipólito va a viajar sola por primera vez este verano a trabajar como voluntaria en un hostal de Montenegro a cambio de alojamiento.
Ana Hipólito va a viajar sola por primera vez este verano a trabajar como voluntaria en un hostal de Montenegro a cambio de alojamiento.
CEDIDA

"Me apetecía hacer otra cosa diferente y hacerla yo sola y no depender absolutamente de nadie y que eso no me frenara", explica Hipólito, que cuenta los días para el que será su primer viaje en solitario, para trabajar como voluntaria en un hostal en Montenegro a cambio de alojamiento gratuito. "Soy una persona sociable y abierta y me gustaría tanto conocer gente como tener tiempo para dedicarme a mi misma".

Otros optan por dejar que el viaje fluya sin ningún tipo de organización asistiendo a grandes eventos. Roberto Martínez tiene 37 años y muy pocos amigos dispuestos a pasar cinco días acampados en un festival de música. "Nadie de mi entorno quería venir porque a nadie le gusta este tipo de música y es un camping, tenemos una edad y no hay tanto candidato", declara Martínez, que se lanzó en solitario, con una pequeña tienda de campaña, desde Madrid a Viveiro, Lugo, para asistir al festival de rock Resurrection.

Roberto Martínez decidió asistir en solitario a un festival de música, donde no le costó conocer compañeros de viaje.
Roberto Martínez decidió asistir en solitario a un festival de música, donde no le costó conocer compañeros de viaje.
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"Me gusta viajar solo, me hace salir de la zona de confort y conocer a más gente que, cuando viajas con amigos, no conoces", declara este madrileño, que trabaja como vigilante de seguridad y que hizo buenas migas desde el primer día con el grupo que acampaba junto a su tienda, con los que compartió el resto del festival. "Si le echas cara es muy fácil y, luego, no es solo compañía, es la sensación de tener gente que te cuida. Si te cortas te dan un kleenex, si te quemas te dan crema… Repetiré, seguro que sí".

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