Así convirtió Hemingway a los Sanfermines en una fiesta de fama mundial

Hemingway en la plaza de toros de Aranjuez (1959)
Hemingway en la plaza de toros de Aranjuez (1959)
John F. Kennedy Presidental Library and Museum, Boston
Hemingway en la plaza de toros de Aranjuez (1959)

La historia recuerda a Ernest Hemingway como uno de los periodistas y escritores más relevantes del siglo XX. El estadounidense se ganó un lugar de prestigio entre los novelistas de su generación por su estilo sencillo pero reflexivo, y por las crónicas de sus aventuras y vivencias por todo el mundo. Suyas son grandes novelas como 'Adiós a las armas', 'Por quién doblan las campanas' o 'El viejo y el mar', su obra más conocida y la que le hizo acreedor de un Pulitzer en 1953 y del Premio Nobel en 1954.

Hemingway contó además con una larga experiencia como corresponsal, viajando por el extranjero. Fue en uno de estos viajes cuando conoció Pamplona y los Sanfermines, una fiesta que le debe gran parte de su fama internacional precisamente al escritor. 

Hemingway inmortalizó los Sanfermines en su obra

Ernest Hemingway llegó a Pamplona por primera vez el 6 de julio de 1923, hace justo 100 años, en plena celebración de los Sanfermines, cuando realizaba para el periódico 'The Toronto Star' una serie de reportajes desde París donde residía.

Hemingway quedó fascinado por el ambiente de la capital navarra, su cultura, sus gentes y sus fiestas, que se convirtieron en una fuente de inspiración para sus reportajes y para la que fue su primera novela y una de sus obras maestras: 'Fiesta', en 1926.

En 'Fiesta', el escritor inmortalizó Pamplona y los Sanfermines con ricas descripciones de los ambientes pamplonicas en estos días de fiesta, la hospitalidad de sus gentes y el contraste entre las tradiciones populares y religiosas y la emoción y el peligro de los encierros.

El escritor regresó a Pamplona hasta ocho veces

Tras su primera visita, Hemingway volvió a Pamplona hasta ocho veces más: seis antes de la Guerra Civil Española que cubrió como reportero (1924, 1925, 1926, 1927, 1929 y 1931) y otras dos veces más (1953 y 1959). En sus visitas posteriores, Hemingway disfrutó de la tradición, la comida y las bebidas locales, frecuentó lugares como los hoteles La Perla y Yoldi, el bar Txoko o el café Iruña y entabló amistad con corredores y toreros como Antonio Ordóñez, que incluso acabaron apareciendo en algunos de sus escritos. El escritor incluso se atrevió a participar de forma muy activa en los encierros, según recoge RTVE.

Antonio Ordoñez y Ernest Hemingway en Málaga (1959)
Antonio Ordoñez y Ernest Hemingway en Málaga (1959)
Ernest Hemingway Photograph Collection

Tal es la relación de Hemingway con la capital navarra, a la que dio fama universal, que la ciudad lo recuerda con un paseo en su nombre y un monumento a la figura del escritor que tan enamorado quedó de la tradición y las fiestas que estos días vuelven a colocar Pamplona en el centro de todas las miradas.

La 'ruta Hemingway' recorre los lugares favoritos del escritor

Quienes visiten Pamplona con la obra de Hemingway en el recuerdo, pueden aprovechar el tiempo tras los encierros para recorrer la llamada 'ruta Hemingway' un recorrido por los lugares que el escritor frecuentó y donde se enamoró de la ciudad: los hoteles La Perla y Yoldi, el bar Txoko, la cuesta de Santo Domingo o la Plaza Consistorial

El recorrido finaliza, como no puede ser de otra forma, en el Café Iruña, donde Hemingway pasó largas tardes y donde los visitantes pueden, por qué no, tomarse una última copa con la estatua que lo conmemora en la barra del café.

El Rincón de Hemingway en el Café Iruña de Pamplona
El Rincón de Hemingway en el Café Iruña de Pamplona
Turismo de Navarra
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