Los eventos astronómicos del verano: tres superlunas, dos lluvias de estrellas, un beso cósmico... y un atardecer exclusivo

La luna creciente sale detrás del edificio Power and Light el domingo 2 de julio de 2023, en Kansas. Esta luna será llena el lunes 3 de julio y será la primera de las cuatro superlunas que saldrán en 2023.
La Luna del Ciervo sale detrás del edificio Power and Light en Kansas (EE UU).
Charlie Riedel / LAPRESSE
La luna creciente sale detrás del edificio Power and Light el domingo 2 de julio de 2023, en Kansas. Esta luna será llena el lunes 3 de julio y será la primera de las cuatro superlunas que saldrán en 2023.

Llega una de las épocas favoritas para aquellos amantes del cielo, la luna y las estrellas. Y es que durante los meses de julio y agosto se darán nada más y nada menos que tres superlunas, dos lluvias de estrellas, la unión de varias constelaciones, un beso cósmico entre el satélite natural y el planeta de Júpiter y un atardecer exclusivo en las calles de Manhattan (Estados Unidos).

Una lista de eventos astronómicos que habrá que apuntar en el calendario, con horario y ubicación incluidos, para no perdérselos.

Superlunas que alumbran el firmamento

Este lunes tuvo lugar la llamada Luna de Ciervo, que se encargó de iluminar por la noche todos y cada uno de los rincones de la Tierra. Su nombre se remonta a las tribus algonquinas, nativas del noreste de Estados Unidos y este de Canadá, que llamaban así a esta luna llena de principios de julio al coincidir con la época en la que los ciervos macho renuevan sus astas.

Pero este no es el único nombre por el que se la conoce. También se la denomina como Luna del Trueno, debido a las frecuentes tormentas eléctricas que ocurren a principios de verano, Luna del Medio Verano, aquellos que la ven desde el hemisferio norte, o Luna de Heno, porque también coincide con la temporada de la recogida de la cosecha del heno.

En la Península, la luna comenzó a verse desde las 13.38 horas del 3 de julio, se elevó sobre el horizonte coincidiendo con el atardecer e iluminó toda la noche hasta la llegada del amanecer. Este fenómeno se pudo apreciar durante tres noches seguidas (del 3 al 6 de julio).

Aquellos que se perdiesen la Luna del Ciervo tendrán dos oportunidades más para poder ver la luna llena este verano. La segunda cita será el 1 de agosto, cuando en el firmamento reine la Luna del Esturión. Su denominación proviene por una antigua tradición en el Norte de América en la que los nativos se guiaban por esta luna para ir a los ríos y los lagos y pescar esturiones. Al igual que la del Ciervo, se podrá apreciar durante un par de noches seguidas.

Y ya por último, el 31 de agosto se dará la última superluna del verano. Esta se llama Luna Azul y es un fenómeno de lo más especial, ya que se trata de la segunda luna llena ocurrida durante un mismo mes, algo que solamente ocurre cada dos años y medio. Esta luna llena será la predecesora de la última superluna, la cuarta y última del año, que tiene su fecha de aparición para el 29 de septiembre, en el arranque del otoño.

La Luna y Júpiter fundidos en un 'beso'

La Luna no solo va a ser protagonista por ser llena, sino que también se va a fundir en un beso cósmico con Júpiter. Será en la noche del 11 de julio cuando el satélite y el planeta se alineen bajo el oscuro cielo de la noche. Esto será posible verlo gracias a la curvatura que tiene la Tierra, pues la Luna y Júpiter se encuentran a una distancia de 184,000 kilómetros.

El último beso cósmico registrado fue el ocurrido a principios de marzo de este año entre Júpiter y Venus. A pesar de estar ambos a más de 600 millones de kilómetros, durante dos noches seguidas se les pudo ver a solo medio grado de distancia. Este fenómeno entre los dos planetas no volverá a presenciarse hasta 2039.

Pedir un deseo con las Perseidas y Delta Acuáridas

No solo la luna ilumina el cielo durante las noches de estío, también lo harán las estrellas. Como cada verano, desde mediados de julio hasta principios de agosto, las Perseidas y las Delta Acuáridas inundarán el firmamento, aunque será el 30 y 31 de julio cuando la actividad de estos meteoros se intensifique.

En comparación con las Perseidas, que destacan por su gran luminosidad, las Delta Acuáridas son estrellas fugaces con menor intensidad, pero pueden producir un mayor impacto visual ya que su desplazamiento es más lento y largo (se recogen a una altura media de 100 kilómetros), y se dice que provienen de la constelación de Acuario, por ello su nombre.

Varios meteoros de las conocidas como Perseidas, uno de los espectáculos astronómicos más populares del verano, vistos desde Monfero, A Coruña.
Imagen de archivo de Perseidas en Monfero, A Coruña.
CABALAR / EFE

Este año, ambas lluvias de estrellas coinciden en su última noche con la Luna del Esturión, por lo que en el caso de las Delta Acuáridas se dificultará su visión. Y, aunque estos famosos fenómenos estivales se puedan ver a simple vista, siempre se recomienda alejarse de las grandes ciudades para disfrutar mejor de la experiencia lumínica y pedir un deseo cuando alguna de ellas cruce el cielo de lado a lado.

El Triángulo de verano

Un fenómeno astronómico que no es tan reconocido, pero que también se puede ver y disfrutar durante las noches estivales es el llamado Triángulo de verano. 

Durante todo el mes de julio se podrá apreciar la unión de las estrellas Vega, Deneb y Cygnus, que conectan con sus vértices a través de un triángulo imaginario a sus correspondientes constelaciones: Lyra, Deneb y Altair.

Este asterismo fue trazado a finales de los años 1920 por el astrónomo Owald Thomas, quien se refería a estos cuerpos estelares como el 'Gran Triángulo' y en 1934 pasó a llamarse el Triángulo de verano, pues se sitúa por encima de latitudes del medio norte durante los meses estivales, pero también se puede apreciar durante la estación de primavera muy temprano por la mañana.

Un atardecer en Manhattan

Y no solo ocurren eventos astronómicos por la noches. Existe un fenómeno llamado Manhattanhenge, en el que el sol se alinea con las piedras a la hora del ocaso, recogiendo así uno de los atardeceres más impresionantes del verano. Su nombre es una fusión entre el distrito neoyorquino de Manhattan (Estados Unidos) y Stonehenge, el monumento de piedras más famoso ubicado en Reino Unido.

Es un fenómeno que ocurre dos veces al año y que solamente se puede apreciar desde la localidad citada, por lo que quienes estén este verano disfrutando de sus vacaciones en Nueva York, concretamente el 12 de julio, si acuden a las calles 14, 34, 42, 57 y 79 del trazado urbano principal de Manhattan, serán testigos de Manhattanhenge.

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