A solo diez días de haber aterrizado en el Ayuntamiento, el nuevo regidor, José Luis Sanz, ya ha iniciado rondas de contacto con los sectores más importantes de Sevilla. Este jueves le ha tocado el turno a la hostelería, uno de los motores económicos de la ciudad, con el que ha mantenido su primer encuentro tras ser investido alcalde, en línea con lo que les prometió el pasado mes de febrero: la creación de un «comisión para una interlocución permanente» en caso de que se hiciera con el bastón de mando de la Plaza Nueva.
En cumplimiento de su compromiso, Sanz se ha reunido en el Ayuntamiento con la asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia, que preside Alfonso Maceda, para tenderles la mano y "conocer sus inquietudes". Además, ha trasladado a la Junta Directiva "la total puesta a disposición del nuevo equipo de Gobierno para trabajar juntos en la etapa que ahora comienza".
En este sentido, Sanz ha desatacado que "el diálogo será una de las notas que definirán este mandato, y por eso he querido en estos primeros días escuchar a los hosteleros, un sector tan importante para nuestra economía local". Aunque ni el Ayuntamiento ni la patronal han desvelado los detalles de este primer encuentro, sí hay dos prioridades que Sanz tendrá que afrontar de manera más inminente en esta legislatura.
Una de ellas es el exceso de veladores que hay en toda la ciudad, con calles en las que es casi imposible pasear con un carro de bebé o con silla de ruedas, un asunto que ha provocado las quejas de muchos vecinos y que también ha sido criticado por los grupos de la oposición.
El propio Sanz manifestó durante la campaña electoral que era una problemática que tendría que abordar en algunas zonas de la ciudad, puesto que realmente dificulta el tránsito fluido de los peatones, y aseguró que estaría "vigilante" en el cumplimiento de las ordenanzas para que cada establecimiento indique cuántos veladores puede tener. En este sentido, Sanz ha aclarado que "trabajaremos juntos en el impulso de la actividad" de la hostelería y "en el cuidado de la convivencia con los vecinos".
Cabe recordar que la anterior corporación municipal prorrogó las medidas excepcionales puestas en marcha tras el confinamiento para la recuperación del sector, que debían ser temporales y que se han prolongado en el tiempo, como la ampliación del número de mesas ocupando el espacio público o el montaje de terrazas en plazas de aparcamiento.
Otra asignatura pendiente desde la anterior legislatura es la actualización del nuevo mapa de ruidos, tras quince años sin renovarse. Se trataba de una demanda que ya la anterior directiva de los hosteleros venía reclamando, al asegurar que el actual mapa definía una "irrealidad" de la ciudad. El anterior Gobierno socialista se comprometió a retomar este asunto en 2022 tras paralizarse por la pandemia, pero no llegó a hacerlo. Uno de los perjuicios que tiene es que en las zonas acústicamente saturadas (ZAS) no se pueden abrir nuevos locales con servicio de barra y solo se otorgan licencias con servicio obligatoriamente en mesa.
Beber en la calle y flexibilizar la ley seca
Otro de los asuntos relacionados con la hostelería con el que Sanz se ha comprometido es el de "permitir beber en la calle en determinados bares que forman parte de nuestra idiosincrasia". Según anunció en plena campaña aprobará una "ordenanza específica para bares singulares e históricos".
"En Sevilla tomarnos una cervecita en la puerta forma parte de nuestro ADN", destacó Sanz en el mes de abril. Una medida que previsiblemente tenga el éxito asegurado tanto de los hosteleros como de un gran número de sevillanos, ya que la propuesta llegó tras un movimiento iniciado en redes sociales bajo el lema #LosTanquesalacalle e impulsado por un nutrido grupo de personas en señal de protesta por "las medidas restrictivas y arbitrarias del alcalde socialista Antonio Muñoz que impiden consumir al cliente en la calle".
El nuevo equipo de Gobierno tendrá que abordar otro asunto de envergadura, el de la 'ley seca' en Semana Santa. Una normativa que obliga a los establecimientos ubicados en el entorno de la Carrera Oficial a cerrar después de la 1.30 horas en la madrugada así como a retirar los veladores y expedir bebidas con latas o vasos de cristal para su consumo en la vía pública en las calles por las que pasan las cofradías desde una hora antes de la llegada de la cruz de guía. Unas medidas que los hosteleros consideran "restrictivas" y que el Partido Popular también criticó estando en la oposición.
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