Con el sexo ya cambiado en la partida de nacimiento: "Es importante porque evita que cuestionen continuamente nuestra identidad"

Marta Alonso tuvo su primera cita para el cambio registral de sexo el pasado 15 de mayo.
Marta Alonso tuvo su primera cita para el cambio registral de sexo el pasado 15 de mayo.
M.A.
Marta Alonso tuvo su primera cita para el cambio registral de sexo el pasado 15 de mayo.

El certificado de nacimiento, el empadronamiento, una copia del DNI y, si se tiene, cualquier documentación que refleje el nombre con el que ya son apelados. Son los cuatro documentos que están presentando en los registros civiles del país todas las personas que quieren cambiar su sexo en sus documentos oficiales. Lo hacen, desde este marzo, sin requisitos, pues la nueva ley trans despatologizó el proceso eliminando la obligación de aportar un informe médico que diagnostique "disforia de género" y haber pasado previamente por dos años de hormonación.

La norma establece, eso sí, unos plazos hasta que ese cambio se haga efectivo. Desde la primera solicitud hasta que la persona en cuestión recibe la resolución final tienen que haber pasado, como máximo, cuatro meses. Tres de 'reflexión', como mucho, desde la primera cita y hasta que en la segunda se pide una segunda ratificación del solicitante; y uno más hasta que el funcionario encargado dicte la resolución final. 

En menos tiempo lo ha conseguido Marta Alonso, que el pasado 15 de mayo tuvo su primera cita en el Registro Civil de Vigo (Galicia) para conseguir que en su DNI figure, por fin, que es una mujer. La segunda, la de ratificación, la tuvo hace poco. "La persona que me atendió, digamos que con buena intención pero a la vez con un aire de cierta transfobia, me dijo que el trámite iba a ser rápido porque físicamente se veía que yo lo tenía claro", relata a 20minutos esta joven de 22 años. Para Alonso, ese acto esconde un juicio basado en los estereotipos. "Yo tengo un aspecto y una forma de vestir que se encaja en lo femenino y esa fue la razón por la que me dieron antes la última cita", sostiene.

Con todo, este mismo viernes le llegó la noticia que tanto tiempo llevaba esperando: su cambio al sexo femenino en el Registro Civil ya es oficial, poco más de un mes desde la primera cita. Le llegó a casa la partida de nacimiento con el cambio aprobado y, celebra, "sin figurar lo anterior". "Aunque en verdad no acaba aquí. Una vez con la partida, tengo que hacer copias para ir al padrón a cambiar mis datos ahí, luego al DNI, a la Seguridad Social, al Sergas… y seguro que con el tiempo todavía veo en algún sitio cómo no han ratificado ese cambio", afirma.

"Muchas veces nos cuestionan porque los documentos no coinciden con nuestra expresión de género"

Celebra, eso sí, haberlo conseguido. "Es importante porque, a parte de reflejar mi realidad y no algo que no se corresponde con ella, es una forma de que las personas trans nos legitimemos a nosotras mismas, e impide que otras personas nos tengan en un cuestionamiento prácticamente constante de nuestra identidad, cuando nadie cuestiona la identidad de una persona 'cisgénero'. Y muchas veces es precisamente por el hecho de que nuestros documentos no coinciden con nuestra expresión de género y con lo que nosotros sentimos, la identidad", subraya la joven.

Al final, defiende, no están solicitando ningún privilegio. "Pedimos lo mismo que tienen todas las demás personas: igualdad en derechos e igualdad en el acceso a documentos que reflejen nuestra identidad igual que cualquier otra persona". 

Tal y como contó en marzo a este periódico, la joven viguesa empezó a hormonarse en enero de 2022, y lleva tiempo con el nombre cambiado en su DNI. La nueva ley ya no establece como condición indispensable el haber pasado por un proceso de hormonación, aunque Alonso cuenta que lo habría hecho de todas formas, porque es algo que ella quería. "Pero, obviamente, es algo que no tiene que ser una obligación, porque no todo el mundo quiere eso y hay que respetarlo".

También Lucio Payán, de 18 años, empezó la transición hace ya dos años, aunque en un proceso que, según confiesa, fue caótico y exhaustivo. Hasta ahora solo había podrido cambiar el nombre en la documentación del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y en su instituto, e iba a hacer lo mismo con el resto de documentos cuando entró en vigor la ley trans y decidió hacerlo todo en un mismo paso. 

A él, sin embargo, le llevará algo más de tiempo hacer efectivo el cambio registral de sexo. Hace poco tuvo la primera cita, pero la segunda, la de ratificación, no se la han dado hasta septiembre. "Ahí en teoría ya tendría el nombre y el sexo también, pero bueno ya se verá", cuenta. 

Tres meses en vigor

El 3 de marzo entró en vigor la ley trans, una de las normas estrella del Ministerio de Igualdad y reclamo histórico del colectivo. La norma impulsada por el departamento de Irene Montero originó numerosos roces entre los socios de la coalición, pero finalmente salió adelante tras más de dos años de tramitación. Con ella pasó a despatologizarse al colectivo trans y a reconocer la libre autodeterminación de género, sin requisitos, desde los 16 años. 

El mismo día en el que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ya hubo varias personas que quisieron hacer efectivo ese nuevo derecho y acudieron a los registros civiles de todo el país para empezar un trámite que, hasta ahora, habría sido mucho más complicado. En los tres meses que han pasado desde entonces hay constancia, por los testimonios, de que se han ido produciendo nuevas solicitudes, pero todavía no hay datos. 

Este periódico preguntó al Ministerio de Justicia, competente en la materia, por un balance, pero fuentes del departamento de Pilar Llop aseguran que todavía no tienen "datos representativos para difundir en este momento". Los registros, salvo aquellos digitalizados —detallan— no se reportan de manera automática, por lo que no existen datos globales. 

Si que hay cifras del año pasado, antes de la ley. Según los datos del sistema de información del Registro Civil, en 2022 un total de 1.306 personas modificaron su sexo. Fue, de hecho, el año con un mayor número de casos de este trámite, cuadriplicando los de 2012. Inforeg recoge datos desde 2004 y 2005, cuando se registraron en España apenas tres cambios. El cambio llegó cuando el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, impulsó una ley en 2007 que permitía el cambio de sexo en el DNI, siempre que se dispusiera de un diagnóstico de disforia de género y habiendo pasado por, al menos, dos años de hormonación. Ese año el Registro Civil contabilizó hasta 15 cambios de sexo.

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