Primeras citas en Registros para cambiar el sexo en el DNI con la nueva ley trans: "Lo más importante es que despatologiza el proceso"

Marta Alonso (i) y Lucio Payán (d) cambiarán próximamente el sexo de sus DNI tras entrar en vigor la ley trans.
Marta Alonso (i) y Lucio Payán (d) cambiarán próximamente el sexo de sus DNI tras entrar en vigor la ley trans.
Cedidas.
Marta Alonso (i) y Lucio Payán (d) cambiarán próximamente el sexo de sus DNI tras entrar en vigor la ley trans.

Marta Alonso pensaba que iba a tener que cumplir dos años de hormonación para poder conseguir que en su DNI figure que es una mujer. Pero la joven viguesa de 22 años podrá rectificar el sexo en sus documentos oficiales mucho antes de lo que creía. La ley trans, que entró en vigor el pasado jueves, elimina los requisitos que hasta ahora se exigían para hacer un cambio registral de sexo (informe médico y dos años de hormonación); una reivindicación histórica de las personas del colectivo y un derecho que ya es efectivo en los Registros civiles. 

"Empecé la hormonación en enero de 2022... y todavía se acaba de cumplir un año. Sí que pude cambiar el nombre en el DNI, pero no el sexo, que sigue figurando como masculino en todos los documentos", cuenta Alonso a 20minutos. Por ello, la entrada en vigor de una de las leyes estrella del Ministerio de Igualdad es para la joven una muy buena noticia. Ya tiene cita en el Registro Civil de su ciudad. El 15 de mayo, más tarde de lo que le gustaría, porque los funcionarios de los juzgados de Galicia están en huelga. 

La nueva norma permite cambiar el sexo en los documentos oficiales desde los 16 años y sin necesidad de pasar por años de hormonación ni de presentar un informe médico que diagnostique una "disforia de género". Término este que se elimina de la legislación para lanzar un mensaje a la sociedad: las personas trans no están enfermas. 

"Es un gran avance. Lo más importante, ya no solo para mí, sino para todo el colectivo, es que esta ley despatologiza todo el proceso y hace que no tengamos que pasar por una serie de exámenes psicológicos, psiquiátricos, que muchas veces están planteados de una forma anacrónica y completamente desfasada. Con la legislación de 2007 estábamos un poco a merced de los médicos", afirma la joven, también presidenta de NosMesmas, una asociación transfeminista que lucha por los derechos de las mujeres LGTBIQ+.

Además, respecto a la exigencia de hormonación, hay muchos casos de personas que, o no quieren o no pueden hormonarse por razones de salud, lo que ya de primeras les vetaba la posibilidad de acceder al cambio registral de sexo. "Yo sí que hubiese iniciado la hormonación aunque hubiese estado la nueva ley en vigor, porque era algo que quería para mí. Pero obviamente es algo que no tiene que ser una obligación, porque no todo el mundo quiere eso y hay que respetarlo", subraya. 

"Nos ponían piedras en la espalda"

Lo mismo piensa Lucio Payán, otro joven de 18 años que también acudirá próximamente al Registro Civil para empezar el proceso de cambio de sexo en los documentos. "Imagínate que hay personas que no se quieren hormonar y se sienten obligadas a hacerlo para poder hacer ese cambio. Nos ponían piedras en la espalda y no podíamos avanzar, y ahora tenemos mucha más facilidad en más aspectos", incide. 

Payán, nacido en la ciudad gaditana de Jerez de la Frontera, empezó la transición hace unos dos años. Los últimos 24 meses, cuenta, han sido tan caóticos como exhaustivos. Ante la falta de información en su centro de salud, por parte del endocrino, el joven empezó a informarse por su cuenta, hasta que dio con un grupo especializado de apoyo a personas trans. Pero a día de hoy solo ha conseguido cambiar el nombre en la documentación del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y en su instituto.

En un principio iba a empezar todos los trámites para cambiar su nombre en el resto de documentos, empezó el proceso de hormonación -lleva ya ocho meses-, pero luego, al ver que avanzaba la ley trans, pensó que quizás sería más sencillo cambiarlo todo a la vez, y no en procesos distintos.

"Me podía cambiar el nombre, pero me lo pensé mejor y dije que como primero hiciese eso y luego el sexo iba a ser un caos total por el tema del papeleo, de la familia numerosa, el currículum... porque, por una parte, iba a ir mi nombre y por otra el sexo. Tuve que esperar bastante tiempo y por fin se ha aprobado la ley", celebra Payán.  

Más de tres meses de proceso 

Los tiempos se han reducido inmensamente, sí, pero aun así todavía hay un proceso a seguir desde que se pide ese cambio registral de sexo hasta que realmente consta en los documentos oficiales. La ley establece que la persona que así lo desee deberá solicitar el cambio ante un encargado del Registro Civil y rellenar un formulario en el que manifieste su disconformidad con el sexo que consta en sus documentos. 

En ese mismo instante, el empleado público le informará sobre las consecuencias legales de ese cambio; pero no será hasta pasados unos tres meses cuando se vuelva a convocar al solicitante para que reafirme su solicitud. En un margen de tiempo de máximo un mes, el encargado del Registro Civil deberá dictar una resolución final y, si de ser favorable, se procederá al cambio. 

"Hemos avanzado un poquito, pero tenemos que avanzar muchísimo más. Los políticos tienen que implicarse más, falta una mayor visibilización del colectivo en la tele, en las redes, etc. Y que no haya tantos bulos, porque hay muchas personas que no tienen la educación o la información suficiente y se los creen, y eso al final genera odio hacia el colectivo", concluye el joven de 18 años.

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