La nueva alcaldesa de Valencia, la popular María José Catalá, afronta este lunes su primer día laborable al frente del gobierno de la ciudad con una primera tarea: delegar su firma en algunos de sus concejales para que la ciudad no se detenga mientras prepara la delegación de competencias, es decir, la estructura del futuro Gobierno municipal. Tiene 30 días para hacerlo, aunque, según avanzó durante la campaña, ya hay algunos nombres que se dan por casi seguros por sus perfiles técnicos o especializados. La principal duda es si Vox formará parte del Ejecutivo local. Catalá fue elegida con los 13 votos del PP y necesita, al menos, los cuatro del partido de Santiago Abascal para alcanzar la mayoría absoluta (17 de 33 concejales) que le permita aprobar cualquier medida, como presupuestos u ordenanzas, aunque tampoco se cierra a acuerdos puntuales con la oposición. Por ello, apela al "diálogo", la "altura de miras" y la "búsqueda de consensos" como máximas de su acción política para los próximos cuatro años.

Según fuentes del grupo popular, la delegación de la firma se producirá "en los próximos días" y es "el primer paso" para que la gestión diaria municipal siga su curso tras el relevo al frente de la Alcaldía. De hecho, en sus dos mandatos, Ribó delegó las competencias un mes después de acceder al cargo, ya que en ambas ocasiones negoció con el PSPV (y la primera con VeComú).

No obstante, la propia alcaldesa dejó entrever durante la campaña que algunos de sus fichajes para la lista municipal asumirían responsabilidades concretas. Por ejemplo, José Luis Moreno en el área de Cultura; Jesús Carbonell en Movilidad y José Marí en Grandes Proyectos. Además, dos de sus ediles ya en el pasado mandato suenan con fuerza para asumir otras delegaciones. En concreto, Juan Giner para Urbanismo y Santiago Ballester para Fallas. Por otro lado, su número dos, Juan Carlos Caballero, será el portavoz del grupo municipal popular.

"Valencia está por encima de todo y de todos", afirmó Catalá durante su discurso tras jurar el cargo en el pleno de constitución del Ayuntamiento del pasado sábado, donde abogó por "recuperar" la luz de la ciudad y hacerlo con "mucho mimo, mucho trellat y mucha humildad" en su acción de gobierno, que buscará "cuidar lo pequeño y ambicionar lo grande". "Mi proyecto para Valencia lo abordaremos desde la buena gestión, la libertad, el diálogo y la convivencia", aseguró.

Como primeras medidas, insistió en la bajada de impuestos de 67 millones de euros para 2024, un plan de choque de limpieza "calle a calle" y un refuerzo de la presencia policial, así como medidas de atención social destinadas a mayores, familias y personas en riesgo de exclusión. Además, mostró su voluntad de que la movilidad "deje de ser un foco de enfrentamiento y de tensión ciudadana", para lo que primarán "criterios técnicos, profesionales y de seguridad". También aludió al relanzamiento de La Marina y al emprendimiento y apuntó a la cultura como "motor de una sociedad formada, de un turismo de calidad, como emblema" de la ciudad.

Del mismo modo, defendió la ampliación norte del puerto de Valencia y fijó como reto pendiente la finalización del Jardín del Turia. También aseguró que será reivindicativa con las administraciones públicas en defensa de los intereses de la ciudad, tanto ante la Generalitat como con el Gobierno central.

"Orfandad identitaria"

Catalá aseguró que bajo su dirección de la ciudad "se terminó la orfandad identitaria", ya que Valencia "tiene una cultura y unas señas de identidad que proteger y preservar". Según expuso, "Valencia es España" y "una cosa nunca ha sido incompatible con la otra". Por ello, esta misma semana iniciará los trámites para "recuperar la denominación bilingüe de nuestra ciudad" y para que el 9 d’Octubre "recupere las tradiciones". De hecho, su primera visita como alcaldesa fue a la Basílica de la Virgen.

PP VLC

"Ni un paso atrás" contra la violencia de género

La recién elegida máxima mandataria municipal afirmó que no dará "ni un paso atrás" en la lucha contra la violencia de género. Catalá terció así en la polémica generada por la inclusión del término "violencia intrafamiliar" en el pacto autonómico suscrito entre el PP y Vox y tras las declaraciones de dirigentes de esta última formación negando el fenómeno de la violencia machista. Del mismo modo, se unió a la postura de Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón, que el pasado viernes ratificaron que la violencia de género sí "existe" y mostraron su compromiso en la lucha contra esta lacra. "No vamos a renunciar a nuestros principios, cueste lo que nos cueste", sentenció Feijóo.

Por otro lado, los grupos también intervinieron en el pleno del sábado y mostraron sus líneas de acción de cara al mandato recién iniciado. El exalcalde de Valencia y portavoz de Compromís, Joan Ribó, afirmó que deja el Gobierno municipal "con las manos limpias" tras ocho años, prometió "luchar" ante "cualquier retroceso" y garantizó una oposición "clara y rotunda" en aquellos temas que "ponen en peligro los derechos de la ciudadanía", aunque se mostró abierto a pactar "cuestiones positivas" para la ciudad.

La portavoz socialista y anterior vicealcaldesa, Sandra Gómez, expresó su "especial preocupación" por el "futuro de las mujeres", pues, a su juicio, "el problema cuando firmas un pacto ya no es de Vox, es de PP y Vox". Además, felicitó a Catalá y le dijo: "Os dejamos la mejor ciudad del mundo para vivir, así que procuren cuidarla y no la estropeen".

El portavoz de Vox, Juanma Badenas, manifestó que la decisión de PP de gobernar en minoría "no se encamina al bien común": "Es un gobierno amoral", dijo, y se dirigió a Catalá: "Señora alcaldesa, aquí tiene al grupo de Vox que será siempre doblemente leal con los intereses de los valencianos".