Los ahogados en las hipotecas por la subida de tipos: "Pasa de 390 a 922 euros, hemos prescindido hasta de las extraescolares"

Inma Corral, en su domicilio.
Inma Corral, en su domicilio.
SERGIO GARCÍA CARRASCO
Inma Corral, en su domicilio.

Paula López firmó en 2006 una hipoteca a 40 años por el piso de Madrid en el que vive con su marido y sus dos hijos, de 8 y 9 años. López se embarcó en un crédito creciente pensando en que la vida no era una góndola y que futuro significaba progreso. Sin embargo, en 2023 la familia, no solo no se baña en dólares, sino que la cuota de la hipoteca le ha saltado de 390 a 922 euros al mes: "Una auténtica revolución".

López recuerda que su hipoteca creciente, en la que se amortiza muy poco los primeros años, se publicitaba con el eslogan de 'Despreocúpate'. 

"Hasta que te tienes que preocupar. Como ahora, que ya estamos en 922 euros al mes y la hipoteca va a seguir subiendo. En septiembre estaremos por 1.028 y podríamos llegar hasta los 1.300 ó 1.400 euros".

López está entre los cuatro millones de hipotecados a tipo variable que se calcula que hay en España. A ellos les afectan directamente las subidas de los tipos de interés acordadas por el BCE, una escalada rampante en ocho escalas nunca vista antes. En teoría, esta medida macroeconómica persigue un propósito antinflacionista, pero por el camino trastoca las cuentas, y las vidas, de millones de españoles.

Paula López explica que al ver la nueva cuota de su hipoteca (922€) acudió a su banco a informarse de si podía cambiar a tipo fijo. La respuesta negativa fue tajante. Y eso les obligó a pedir que revisaran si sus circunstancias encajaban en los requisitos del Código de Buenas Prácticas firmado en 2022 por las entidades bancarias para clientes hipotecarios en situación de vulnerabilidad.

"Acabamos de empezar una burocracia infinita con el banco, al que le interesa que no dejemos de pagar. Si nos lo conceden mejorarán las condiciones los próximos cinco años, pero el sexto, en 2029 nos volveremos a encontrar con un problema si esto no se resuelve". A la espera de que le rebajen la cuota por los intereses un plazo razonable, espera poder seguir pagándola. "Si no es así, tendremos que dejar la casa", se lamenta.  

Javier Rubio, abogado del Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES) y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), corrobora que el Código de Buenas Prácticas de 2022 abarca más situaciones que el original, logrado a raíz de la ola de desahucios en 2012, pero constata que es una fórmula "con la que respiras, pero no amortizas, por lo que te volverás a encontrar con el problema más adelante". Y, además, no sirve a todos los casos: "Los requisitos siguen siendo muy exigentes". 

Rubio explica que una hipoteca con avalistas, algo muy habitual en España, no puede acogerse a este beneficio. Tampoco las superiores a 300.000 euros o si la cuota rebasa el 50% de los ingresos. "Los bancos se rigen por este código y normalmente funcionan de manera muy burocrática con los clientes. Entras por un carril y no hay miramientos, si cumples las condiciones bien. Si no, nada".

En la PAH empiezan a percibir las dificultades económicas de las familias hipotecadas, y prevén que vayan a aumentar las ejecuciones hipotecarias. "Desde que se producen impagos, el trámite tiene un periodo medio de año y medio. Los impagos de hoy son los desahucios de mañana", advierte Rubio.

Paula López confía en que a su familia le concedan el desahogo del Código de Buenas Prácticas por un plazo de cinco años, aun a riesgo de encontrarse después con un susto "descomunal". Además de la hipoteca y el pago del coche, sus gastos familiares son infinitos, dice. "Con la subida de la hipoteca hemos tenido que reducir en todo, de donde se puede, hasta extraescolares hemos quitado. Nos hemos dado de baja de plataformas, en Prime de Amazon, ropa más barata, mirar las ofertas del supermercado y quedarte sin ayuda para la limpieza, que venía dos días en semana", explica.

"En febrero nos vino el bofetón"

A Cristina Lamata, 37 años, la hipoteca de su piso de protección oficial de segunda mano en Rivas Vaciamadrid también le ha subido por los tipos de interés y su reflejo en el Euríbor. De 515 euros a 820 euros. "Cuando renovamos en febrero nos vino el bofetón. Además, tenemos un bebé, y también nos quedamos sin guardería pública. Te pones a sumar e incluso siendo una clase media normal, con dos sueldos, te ves apretado. Si vuelve a subir, ya no nos salen las cuentas". 

De momento, la familia ha tenido que renunciar al ahorro y a parte del ocio. "Antes podías irte a tomar una caña,  o mirar unas vacaciones un poco mejores, pero ahora te quitas de todo aquello para lo que trabajas".

"Te obligan a convertirte en Broker"

Inma Corral nunca se imaginó que llegaría a aprender tanto de hipotecas, novaciones, carencias o subrogaciones como ha aprendido en el último año. "Te obligan a convertirte en una broker", bromea Inma. En 2010 compraron su piso de Fuenlabrada, con la única hipoteca que les daba el 100%, dado que no tenían ahorros para la entrada. Asumieron un tipo fijo los tres primeros años (825 euros de cuota mensual) que se tornaba variable después. "Gracias a eso nos beneficiamos de una bajada, y el suelo de la hipoteca llegó a 597". 

Inma Corral, en su domicilio.
Inma Corral, en su domicilio.
SERGIO GARCÍA CARRASCO

Sin embargo, en junio del año pasado, en 2022, la cuota comenzó a subir. "Nos subió 30 euros, uy, pensamos, ya verás... Empezaron las noticias de los tipos de interés, pero no fuimos conscientes de que sería una subida tan alta", explica Corral.

Los siguientes meses han sido un ir y venir a bancos, de estudiarse la letra pequeña de seguros, subrogaciones, cancelaciones, para buscar una alternativa. Finalmente ha podido negociar con su banco una reducción mínima de intereses. Que le reduce la cuota en unos 70 euros al mes. Sin embargo, sabe que les volverá a subir en diciembre y ha calculado que el año que viene pagarán el máximo hasta la fecha, 942 euros al mes. "Espero que pare ahí ya", dice Inma, mientras se lamenta de que en servicios tan necesarios como el gas, la telefonía o la vivienda haya tanto lucro  y no se informa al consumidor bien de sus alternativas. 

Entre los afectados también hay personas en la situación de Olga García (43 años), quien se compró en su León natal hace unos años un piso que alquila mientras ella trabaja y vive de alquiler en Madrid. "El importe del alquiler lo fijé según el coste de la hipoteca, pero como la hipoteca es variable ha saltado en mayo de 460 a 680 y ya no salen las cuentas".

"Me vine a Madrid, pero el piso era por si volvía. Me lo busqué de un precio que no me costase pagar, pero no pretendía ganar dinero tampoco. Buscaba que con el alquiler se pagara, más allá de seguros y otros gastos, como la comunidad, que corren de mi bolsillo. Con estas subidas me tuve que plantear venderlo. Era inabordable". García también acudió a su banco en marzo y consiguió la opción fija a un interés de 2,55%. "He tenido suerte, porque además  la opción de vender tampoco era la más fácil. Tengo a los inquilinos en el primer año de un contrato de cinco".

Otra afectada por la hipoteca es Maria Gasparrini quién, aunque tiene lo que llama "una buena hipoteca", se ha visto afectada por la subida de tipos. "Hasta el año pasado pagaba 280, y pagaba amortización de 250 y solo 30 de intereses. A día de hoy es completamente vergonzoso, pago 210 de amortización y 150 de intereses, más o menos. Y dicen que lo hacen para bajar la inflación, y que la gente ahorre. Qué vas a ahorrar si no te llega", dice al tiempo que pide que nadie proteste si la gente, bajo estas condiciones "no puede hacer un proyecto de ninguna clase".

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