Podemos activa una estrategia de presión contra Díaz pese a haberse unido a Sumar

  • Los morados tratan de torcer el brazo a la coalición y esquivar el veto a Montero para que vaya en listas.
  • La candidata rechaza renegociar y Podemos descarta romper ante sus malas perspectivas yendo en solitario.
La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Irene Montero, la semana pasada en el Congreso.
La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Irene Montero.
EFE
La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Irene Montero, la semana pasada en el Congreso.

La izquierda a la izquierda del PSOE cerró el viernes pasado las negociaciones para acudir en coalición a las elecciones generales del 23-J con éxito. Sumar aunará en torno a la figura de Yolanda Díaz a Podemos, IU, Más Madrid, Compromís, Catalunya en Comú y otro puñado de pequeños partidos en lo que la vicepresidenta definió el sábado como un pacto "de esperanza". Pero las negociaciones han dejado profundas heridas, especialmente en la ya maltrecha relación de Sumar con Podemos. Y los morados han puesto en marcha una campaña de presión contra Díaz para conseguir que incluya a última hora en las listas electorales a la número dos de Podemos, Irene Montero, vetada pese a que Sumar negó por activa y por pasiva que fuera a excluirla.

En un principio, la fecha marcada en rojo en el calendario para finiquitar las negociaciones era el pasado viernes, día 9, cuando terminaba el plazo legal para registrar las coaliciones. No obstante, la composición final de las listas puede presentarse hasta el próximo lunes, día 19. Y, aunque Sumar da las conversaciones por cerradas y apuesta por centrarse la en la precampaña, Podemos ha vivido la exclusión de Montero como un agravio y ha decidido mantener la tensión contra su propia candidata y su propia coalición.

La ruptura, eso sí, ha sido descartada por el propio Podemos, por lo que el partido cuenta con pocas bazas para reabrir la negociación.Y, además, Díaz ha incluido en el acuerdo de coalición –que Podemos ha firmado– una cláusula que obliga a todos los partidos a integrarse tras el 23-J en un mismo grupo parlamentario en el Congreso, por lo que los morados (como el resto de los partidos) tendrían vetado ‘independizarse’ de Sumar una vez celebradas las elecciones, so pena de perder el 23% de los recursos económicos de la coalición, que son los que les corresponderán.

Pese a estas dificultades, este sábado, apenas 12 horas después de firmar su integración en la coalición Sumar, Podemos envió una carta a sus bases firmada por la secretaria general, Ione Belarra, en la que denunciaba el veto contra su "principal activo electoral" y aseguraba que había suscrito "sin acuerdo la coalición electoral". Fuentes moradas aseguran que esa aparente contradicción, haber suscrito una alianza sin estar de acuerdo con ella, se debe a que los morados han actuado por responsabilidad, para evitar dos listas a la izquierda del PSOE en las próximas elecciones que perjudicaran las opciones del bloque progresista.

Renegociar hasta el día 19

Pero esa carta también instaba "al equipo de Yolanda Díaz a continuar negociando durante la próxima semana hasta la presentación de las listas". Y, pese a que, apenas unos minutos después, fuentes de Sumar descartaban esa opción, Podemos ha hecho oídos sordos y ha redoblado sus críticas públicas a Díaz por boca de sus principales dirigentes –a excepción, curiosamente, de la propia Irene Montero– y del ex secretario general, Pablo Iglesias, una voz con una enorme influencia en el partido y en su militancia.

El propio Iglesias fue uno de los primeros en lanzar su denuncia contra la exclusión de Montero por parte de una Díaz a la que acusó de ser la "ejecutora final de una violenta campaña orquestada desde los más siniestros aparatos de las derechas mediática, judicial y política". Además, Iglesias calificó de «muy humillante» el «desprecio» dispensado a Podemos por la que será su candidata en Sumar.

El segundo de los dirigentes vetados por Díaz para formar parte de las listas de Sumar, Pablo Echenique, hizo público el domigno, por su parte, un duro comunicado en el que denunció haber sido víctima de un "veto por la vía indirecta" al haber cedido Sumar a la Chunta Aragonesista el primer puesto de la lista por Zaragoza, "el único puesto por el que tenía sentido" que él pudiera concurrir. "La decisión de que yo no vaya en las listas ha venido impuesta externamente", espetó en referencia a Yolanda Díaz.

No obstante, el exlíder y el exportavoz no fueron los únicos en hablar. El sábado lo había hecho la secretaria de Organización morada, Lilith Verstrynge, que será número 4 de Sumar en la lista de Barcelona y que acusó a Díaz de haber cometido "un error político de manual" con el veto a Montero, "un mensaje de disciplinamiento del movimiento feminista, de las mujeres y del conjunto de la sociedad que quiere implicarse en política".

No obstante, Verstrynge también cerró el sábado la puerta a la posibilidad de salir de la coalición y concurrir en solitario a las elecciones, un extremo que, además, sería muy complicado legalmente. "Sería ponérselo fácil a la derecha y la ultraderecha", argumentó Verstrynge. Pero en esa decisión también pesa que la alternativa no es nada halagüeña para los morados, en cuya dirección son conscientes de que presentarse en solitario a las elecciones conllevaría un riesgo muy real de quedarse con apenas un puñadito de diputados o, incluso, fuera del Congreso, frente a los ocho escaños que le garantiza el pacto con Sumar si se repitieran los resultados de 2019.

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