Perfil

Inés Arrimadas, la mujer que aupó a CS en Cataluña y no supo reflotarlo en España

Inés Arrimadas.
Inés Arrimadas.
CARLOS GÁMEZ
Inés Arrimadas.
Inés Arrimadas.
Carlos Gámez - EP

"La mujer más importante, más preparada y más valiente de la política española", dijo de ella Albert Rivera allá por 2019. Por aquel entonces, hacía ya dos años que Inés Arrimadas (Jerez de la Frontera, 1981) había logrado la que hoy puede considerarse definitivamente su mayor hazaña: convertir a Ciudadanos en la fuerza más votada de las elecciones catalanas. Para conseguirlo, había contado con el imprescindible apoyo del líder naranja y había hecho gala de "la excelente oratoria" que sus compañeros destacan ahora que ha decidido despedirse de la política. 

Fue allí, en Cataluña, donde la joven consultora forjó su perfil político hace ya más de una década. Como el propio partido al que se afilió, Arrimadas ascendió en su carrera gracias al papel que ocupó en el conflicto independentista. Ayer mismo hacía referencia a este asunto entre sus últimas palabras como diputada, que dedicó en parte a elogiar la función de Ciudadanos frente al referéndum ilegal de 2017, que calificó de "golpe de Estado". 

En el año 2010, Inés Arrimadas encaminaba su carrera en el sector privado como cualquiera entre sus círculos. Llevaba seis años trabajando tras licenciarse en Administración y Dirección de Empresas en Sevilla. Había pasado por dos empresas, la primera dedicada a los servicios industriales y la segunda una consultora en la que aún permanecía. Dos años antes se había mudado definitivamente a Barcelona. 

Y, sin ella saberlo, un día se despertó y tomó una decisión que cambiaría su vida: acompañar a una amiga a un mitin de Ciudadanos, que en ese momento ocupaba tres de los 135 escaños del Parlamento de Cataluña. Al año siguiente se afilió en el partido y quiso ser portavoz en materia de Juventud. Llamó la atención del entonces secretario de Organización, Fran Hervías, quien a su vez hizo que Rivera se fijara en ella. A partir de entonces este sería su principal valedor. 

En 2012 la cosa se puso seria y Arrimadas tuvo que tomar una decisión, dejar el trabajo o dejar la política. Cogió una excedencia con la idea de volver a la empresa privada tras esa etapa. Así lo ha defendido durante una década y, de momento, parece que así será, según comunicó este jueves tras su discurso en el Congreso de los Diputados. En los comicios de ese año fue la número cuatro de las listas en Cataluña, con lo que dos años después de su primer mitin se había convertido en diputada autonómica. 

Con el apoyo de Rivera, y tras ganar presencia pública, alcanzó la portavocía adjunta en el Parlament y en junio de 2015 se convirtió en la portavoz tras la salida de Jordi Cañas. Era la candidata del partido para las elecciones autonómicas de septiembre de ese mismo año y consiguió convertirse en líder de la oposición y llevar a Ciudadanos a ser la formación no nacionalista más votada. 

Su fama en la Cámara siguió creciendo, siempre dura con sus contrincantes, pero selectiva a la hora de subir el tono. Y para los comicios de 2017 repitió como candidata. Fue entonces, apenas dos meses después del referéndum del 1 de octubre, cuando Arrimadas consiguió cosechar 36 escaños

Ciudadanos era el partido más votado en Cataluña, pero el independentismo formaba mayoría absoluta, con lo que Arrimadas consolidó su liderazgo desde la bancada de la oposición. Albert Rivera le había dejado los mandos del partido en Cataluña y ambos se preparaban para el año electoral de 2019.

Fue en ese año cuando Arrimadas decidió dar el salto a la política nacional, tras meses de rumores en los medios. En abril, Ciudadanos consiguió el mejor resultado de su historia, con 57 diputados en el Congreso y 20.000 votos menos que el PP de Pablo Casado. Inés Arrimadas se convirtió en la portavoz del grupo parlamentario.

Pero, tras no lograr la investidura de ningún candidato, se convocaron nuevas elecciones en noviembre. Rivera había negado su apoyo para investir a Pedro Sánchez y el castigo en las urnas fue rotundo: de los 57 escaños obtenidos en abril, en noviembre perdieron 47. Las consecuencias directas fueron la dimisión de Albert Rivera y la celebración de unas primarias que Arrimadas ganó contra Francisco Igea, convirtiéndose así en la presidenta del partido. Un ascenso meteórico en el organismo de la formación naranja que fue el precedente del descalabro de Ciudadanos. 

Lo primero a lo que tuvo que hacer frente como líder de un partido político fue la pandemia. En plena crisis por la Covid-19, recibió la llamada de Pedro Sánchez un sábado de abril para tratar de pactar una prórroga del estado de alarma. Arrimadas confirmó su respaldo al presidente y le instó a reeditar los Pactos de la Moncloa. Los acuerdos con Sánchez se sucedieron y levantaron resquemores en ciertos sectores del partido y la marcha de Juan Carlos Girauta (entonces militante del partido) o el diputado Marcos de Quinto, que votó a favor de la prórroga del 20 de mayo antes de dimitir. 

En 2021, Ciudadanos perdió 30 de los 36 escaños que había obtenido Arrimadas en 2017, lo cual abrió una nueva crisis en el partido. Y el 10 de marzo se anunció la moción de censura del PSOE y Ciudadanos contra los gobiernos populares del PP en la Región de Murcia y en el Ayuntamiento de su capital, ambos en coalición con CS, así como en otros ayuntamientos de la región. 

La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, sospechó de que su socio podría hacerle una jugada parecida y disolvió la Asamblea de Madrid para convocar elecciones anticipadas. El terremoto se expandió a nivel nacional mientras Arrimadas trataba sin éxito de tranquilizar al PP en el resto de regiones y ayuntamientos. 

Pero dentro del partido empezaban a sonar las voces críticas de Toni Cantó, Juan Marín o Begoña Villacís. El grupo naranja en Murcia se dividió cuando tres diputados pactaron con el PP y la moción fracasó. Ciudadanos pasó de ser socio del Gobierno a no obtener representación en Madrid. En Castilla y León fueron expulsados por el PP del Ejecutivo y, tras celebrarse comicios anticipados, obtuvieron un único escaño. La debacle continuó en 2022 con las elecciones andaluzas y Inés Arrimadas decidió, finalmente, iniciar un proceso de refundación. 

Fue el pasado domingo 28 de mayo cuando se constató que esta última estrategia también ha fracasado, con la pérdida de 2.400 concejales. Arrimadas se ha encargado de defender la retirada del partido de cara a las generales para, días después, oficializar el fin de su vida política. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento