José Luis Martínez-Almeida, el único colchonero que ha ganado dos 'Champions'

  • En su segunda experiencia como alcalde podrá gobernar en solitario, sin rendir cuentas a Vox ni la izquierda. 
  • Su paso por Cibeles fue una montaña rusa: de ser 'el alcalde de los españoles' a discutirse su permanencia en el PP.
El candidato del PP a la reeleción de la alcaldía de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.
El candidato del PP a la reeleción de la alcaldía de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.
Carlos G. Kindelan
El candidato del PP a la reeleción de la alcaldía de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.

José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) ha encarnado siempre el espíritu colchonero de la lucha. Hace cuatro años, lo hizo suyo cuando logró conquistar el Palacio de Cibeles, pese a haber firmar el peor resultado en la historia del PP en las municipales madrileñas. También se entregó a él durante sus días más convulsos en el Ayuntamiento, en los que el caso de las mascarillas y la guerra fratricida entre Casado y Ayuso le pillaron en medio, como alcalde y portavoz popular. Incluso cuando trata de salir de algún atolladero -con los que bien podría llevarse el trofeo 'Pichichi'-, recurre al club de sus amores. Como aquella vez en la que le pegó un balonazo a un chaval (la primera de todas) y resolvió la papeleta diciendo: "¿Quién podía pensar que alguien del Atleti pudiera meter un penalti?". Pues, a diferencia de Juanfran en la Champions, el aspirante a la reeleción metió este domingo su segundo y -como reza el cántico- demostró "quién manda en la capital".

Almeida aplica el "si se cree, y se trabaja, se puede" desde mucho antes de que el Cholo patentara la famosa frase. Criado en el seno de una familia de cinco hermanos donde él era el más pequeño, 'Pepito', como le conocen en casa, heredó de su padre el esfuerzo, de su madre la fortaleza y de sus abuelos maternos la pasión por la abogacía. En 1998 se licenció en Derecho por la Icade y tres años más tarde aprobó las oposiciones de abogado del Estado, lo que le llevaría a desempeñar diversos puestos en Gerona, Toledo y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Esperanza Aguirre le echó el lazo político en 2007, nombrándole director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. En 2013 ocupó la jefatura de la Asesoría Jurídica de Sepides, una sociedad dependiente del Ministerio de Hacienda. Y en 2014 el gobierno de Rajoy le designó director jurídico-institucional de la Airef. "Trabajé durante un año con el ministro Escrivá, quién le ha visto y quién le ve", ironizó al respecto el propio Almeida en su entrevista con 20minutos. Pese a llevar  afiliado al PP desde los veinte, no fue hasta 2015 cuando la expresidenta regional volvió a ficharle, esta vez como número tres de su lista municipal, con la que no consiguió gobernar, ya que su suma con Cs no era superior a la de Ahora Madrid con el PSOE.

Su amplio conocimiento de la Administración pública y la rapidez mental propia del opositor hicieron de él un activo valioso dentro del partido de la oposición en muy poco tiempo. Tanto que, tras la marcha de Aguirre vinculada a la detención de Ignacio González por el 'caso Lezo', asumió la portavocía del grupo, previa victoria en primarias internas contra Iñigo Heríquez de Luna- hoy en Vox-. Y así, como quien no quiere la cosa, Almeida se convirtió en el azote de la alcaldesa a la sazón, Manuela Carmena. Una vez concluida la legislatura, Casado sorprendió a propios y extraños confiando en Ayuso y en él como ticket electoral para la Comunidad y el Ayuntamiento, respectivamente. Había nacido "una nueva generación de políticos con un discurso claro en los principios liberal-conservadores del centro-derecha madrileño". 

Desconocido para muchos madrileños, Almeida se coló pronto en la primera plana de la actualidad. No era para menos, la nueva faceta de  candidato rebelde y guasón no dejaba indiferente a nadie. "Martínez-Almeida 'borra' con un cepillo una pintada contra la Policía en Vicálvaro" o "un candidato del PP la lía en moto en la calle Mayor de Madrid" fueron algunos de sus hits durante la campaña de 2019. Las encuestas, empero, no respondían como esperaba. Todo hacía prever que la suma de Más Madrid y PSOE bastaría para qué Carmena revalidara la Alcaldía de la capital. Entonces, se obró el milagro.

Una montaña rusa

Las elecciones de 2019 castigaron a la izquierda, sobre todo al PSOE, dibujando un panorama muy fragmentado donde la derecha podía gobernar en un acuerdo a tres bandas: PP, Cs Vox. Tras una larga noche de negociaciones con Javier Ortega Smith, Almeida tomó posesión del bastón de mando el 15 de junio de 2019. El PP recuperaba la hegemonía que mantenía en la Villa y Corte desde 1991, con la única excepción del cuatrienio de Carmena, que desde aquel día es historia. Y el nuevo primer edil contraería matrimonio, político claro, con la líder de Ciudadanos, Begoña Villacís, convertida en vicealcaldesa del primer Gobierno de coalición en los anales de la capital. Daba comienzo uno de los mandatos más difíciles que se recuerdan.

Manuela Carmena entrega el bastón de mando a José Luis Martínez Almeida tras ser proclamado nuevo alcalde de Madrid.
Manuela Carmena entrega el bastón de mando a José Luis Martínez Almeida tras ser proclamado nuevo alcalde de Madrid.
EFE

El paso de Almeida por Cibeles fue una montaña rusa. Paradójicamente, en los peores momentos de la pandemia, se erigió como 'el alcalde de España', por ser capaz de sellar los históricos Acuerdos de la Villa. Y allí, en lo más alto, habiendo asumido también la portavocía nacional del PP, empezó su caída libre. El escándalo de las mascarillas puso en tela de juicio su gestión y su indecisión en el veto que Casado promovió a la candidatura de Ayuso como presidenta madrileña, su puesto. Por momentos, se discutía si Almeida iba a continuar siendo el candidato del PP a las elecciones municipales.

Pero lo fue. Y, abusando de la enésima referencia futbolística, cumplió la  la consigna del exseleccionador español Luis Aragonés: ganó, ganó ganó y volvió a ganar. Concretamente, 730.000 votos y 29 concejales: mayoría absoluta. Ahora, con la segunda Champions en su vitrina, el colchonero goza de la oportunidad que tanto se trabajó, poder gobernar en solitario la mayor capital de España. Todo está por escribir... 

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