Francesc Ristol, responsable del CTAC: "La sanidad pública aún no tiene recursos para mantener las terapias asistidas con perros"

Perros de intervención asistida del Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC).
Perros de intervención asistida del Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC).
CTAC
Perros de intervención asistida del Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC).

En los últimos años las intervenciones asistidas con perros han ganado popularidad y reconocimiento como una herramienta terapéutica efectiva en diversos ámbitos. Estas intervenciones, también conocidas como terapia asistida con animales, se basan en la utilización de canes especialmente entrenados para ayudar a mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas.

Desde niños con trastornos del espectro autista, hasta pacientes en rehabilitación física, los beneficios de trabajar con perros como parte de un enfoque terapéutico integral son cada vez más evidentes: los perros ofrecen una conexión emocional única, creando un ambiente seguro y de confianza que facilita el progreso en área como la comunicación, la motricidad, la interacción social y el manejo del estrés.

También en entornos educativos los perros se han convertido en compañeros inseparables, pudiendo ayudar a crear un ambiente de aprendizaje positivo y estimulante y fomentando la participación, el respeto mutuo y la empatía entre los estudiantes.

Es por estos motivos por los que compañías como Purina apoyan iniciativas que potencian el vínculo humano-anima a través de iniciativas como el Premio BetterwithPets, con el que ayudan a un millón de personas en situación de vulnerabilidad, a través de tres premios anuales otorgados a organizaciones y emprendedores sociales con el mismo objetivo.

Este año, uno de los galardonados ha sido el Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC), que empezó hace 22 años a trabajar en el mundo del adiestramiento canino y de las terapias asistidas. "Ganar este premio es un importante reconocimiento al esfuerzo de nuestro equipo, que se ha dedicado a ayudar a las personas a través de los beneficios del vínculo humano-animal y nos permitirá expandir nuestro alcance y ayudar a más personas", expresa Francesc Ristol, responsable del CTAC.

CTAC surgió gracias a Mónica

¿De dónde surge CTAC? Es decir, ¿quién lo forma, cuándo y por qué?Se trata de un proyecto familiar que empezamos hace 22 años, cuando nace mi hija Mónica, que llegó a casa con discapacidad, con hipotonía (bajo tono muscular o la debilidad muscular) y buscando formas de estimularla (tal y como nos dijeron que debíamos hacer), intentamos ponerla con perros, descubriendo que se movía más. Fue entonces cuando decidimos cambiar nuestro rumbo de vida y empezar este proyecto.

Desde entonces, nos profesionalizamos y empezamos con esta labor, viendo que realmente aporta beneficios a los niños y niñas. Ofrecemos servicios con perros a todos los centros que necesitan y, por otro lado, tenemos un programa con la asociación CRIT, desde donde entregamos perros de asistencia a niños con autismo. Pero fundamentalmente nos centramos en intervenciones asistidas con perros en los centros que lo solicitan.

¿A qué tipo de personas van dirigidas las terapias asistidas?En realidad, a todas las personas, tanto a nivel nacional, como internacional. Actualmente tenemos tres centros: el base está en Barcelona, hay otro en Girona y el tercero en Latinoamérica, no obstante, nuestro punto fuerte es el trabajo en hospitales. Ahora mismo trabajamos en cuatro (todos en Barcelona), siendo el más famoso el de San Juan de Dios, que tiene un departamento de terapias asistidas con animales como tal, el primero de España, de hecho.

También trabajamos en centros penitenciarios, escuelas, centros geriátricos, de fisioterapia... Cubrimos todo el ámbito de la salud mental y, cada vez hay más propuestas a nivel empresarial, para temas de coaching y soporte emocional. Al final toda la población se puede beneficiar de las intervenciones asistidas con animales.​

No considero que haya razas que no puedan ser candidatas a ser felices trabajando en esto, por lo tanto, la raza no es lo prioritario

¿Qué razas de perros son las más adecuadas para este tipo de funciones y por qué?Nosotros no hablamos de razas si no de individuos. No considero que haya razas que no puedan ser candidatas a ser felices trabajando en esto, por lo tanto, la raza no es lo prioritario.  Dicho esto, sí hay prevalencias de algunas razas en concreto que son igual más próximas al entorno humano, por haber convivido con nosotros y en nuestros espacios más, facilitando esa interacción. Por ejemplo, los labradores y su forma de trabajar las emociones nos facilita mucho el entrenamiento, pero también pueden ser mezcla de razas, no podemos descartar a ningún perro.

En nuestro caso, tenemos nuestros propios perros, aunque también compramos algunos, otros los adoptamos e incluso aceptamos donaciones. Si pasan las pruebas, pueden trabajar con nosotros, por este motivo, nos gusta trabajar con ellos desde cachorros, ya que nos ayuda en la socialización durante su primer año de vida, aunque también tenemos muchos perros adultos (con cinco o seis años) que salen adelante como perros de terapia.

¿Desde qué edad y hasta cuando puede participar en las terapias un perro?Según su tamaño y la raza, puede empezar a trabajar entorno al año de vida. Por ejemplo, en cuanto formamos a cachorros, en cuanto controlan el pipi y el popo, ya nos acompañan para socializar en los entornos y, en esos casos, a partir del año o año y medio ya pueden trabajar. 

En cuanto a la jubilación, la decide el perro, no hay una edad establecida. Si vemos señales de que no le gusta lo que está haciendo, entra en otro programa o se va con una familia, pero siempre tenemos que abogar porque esté bien psicológica y físicamente, adaptando las horas​ y llevándole al programa que más se adecue a sus necesidades. Lo importante es garantizar el bienestar de los perros porque sin eso no puede encargarse de ninguna actividad.

Otro punto importante para hacer esto bien es tener una buena formación sobre perros de terapias. Lamentablemente, a día de hoy no hay ninguna formación reglada, por lo que nosotros ofrecemos una explicando lo que sabemos, de la mejor manera. Por suerte, cada vez más, dentro de algunas carreras ya hay seminarios o asignaturas optativas donde se enseña a utilizar este recurso (los perros) en las terapias.​

Perros de intervención asistida del Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC).
Perros de intervención asistida del Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC).
CTAC

¿Qué beneficios encuentran en las terapias asistidas con animales frente a las terapias convencionales?Sobre los beneficios lo importante es no crear expectativas erróneas. Los perros no curan, ni sanan, no son doctores, pero sí pueden ayudar (incluso tan solo como animal de compañía). Dicho esto, los perros pueden acompañarnos en un proceso terapéutico y facilitarlo. Cuando aplicamos el perro dentro de las intervenciones trabajamos objetivos que pueden ser muy diversos: actividades asistidas con perros, para conseguir metas motivacionales, lúdicas o recreativas; terapias con perros, siempre bajo la presencia de un profesional de la salud donde se trabajan objetivos terapéuticos; y también programas educacionales cuyos objetivos son educativos.

Podemos trabajar muchas metas: autoconfianza, autoestima, la situación física, la mejora de actividades motoras, el equilibrio, la coordinación, el estrés, la ansiedad, la depresión... El perro lo​ que hace es conectar al paciente con el terapeuta, a modo de terapia complementaria, convirtiéndose en el recurso más facilitador.

¿Cómo se demuestra la eficacia de los perros y sus beneficios?Ya hay muchos estudios que lo avalan, pero también lo dicen los profesionales. Se ha demostrado que este recurso es un favorecedor para la actividad de los profesionales de la salud y, de hecho, no solo para los pacientes, sino que también para los terapeutas, ya que propone un cambio de rutinas en la forma de trabajar y, a nivel emocional, esa parte también beneficia al profesional. 

Por poner un ejemplo, cuando un niño entra en un programa de terapia con perros lo que conseguimos es que venga a la terapia, que ya es importante. Con lo cual, las adherencias son del 100 por cien, lo cual ya es algo precioso.

También podemos confirmar que, normalmente, cuando trabajamos con perros se llega al objetivo un poco antes, como por ejemplo, una extracción de sangre a un niño con autismo, ya que el perro hace de distractor del dolor. Esto ahorra tiempo a los profesionales, que se puede invertir en ayudar a más personas.​

¿Considera que este tipo de terapias se deberían incluir en el sistema sanitario público?Sí, debería y creo y espero que en el futuro así sea. Sin embargo, el sistema sanitario no tiene recursos para mantenerlo, al menos aún no. Por eso yo aconsejo que el presupuesto no sea absorbido por el propio hospital o centro, si no que la financiación sea de empresas externas. En todos los programas en los que trabajamos el presupuesto es externo, de momento se trabaja así, aunque ojalá y pudiera estar incluido.

Con la nueva Ley de Bienestar Animal los perros de trabajo (incluidos los de terapia) quedan totalmente desprotegidos, ¿considera que falta regulación para ellos?A nivel legal estamos "alegales". No hay ley que proteja lo que estamos haciendo. Una ley, si se hace correctamente, debería proteger nuestra actividad, por ello, sí considero necesaria una normativa de intervenciones asistidas con animales, pero debe regular todos los animales, no solamente perros. Al final, una normativa así facilitaría nuestro trabajo, daría garantías y crearía modos de trabajo y protocolos. Ahora nos guiamos por la International Association of Human-Animal Interaction Organizations (IAHAIO), quien nos da las directrices de cómo hacer las cosas.

Para terminar, ¿saben ya en qué van a invertir el premio de Purina? ¿Esperaban ganarlo?Este premio es un reconocimiento a la labor que hacemos y hay entidades que trabajan muy bien, por lo que estamos contentos. Vimos que el premio no iba dirigido a un proyecto concreto por lo que pensamos en participar y cuando nos seleccionaros como finalistas nos sorprendió mucho. 

El premio lo vamos a destinar a promover y difundir lo que estamos haciendo en áreas hospitalarias a nivel europeo, creando una red europea de hospitales para que inicien nuestro proyecto, ya que hay muy poquitos centros en Europa que disponen de estos programas. Queremos llegar a todos los profesionales, tanto a nivel nacional, como internacional.​

​También queremos trabajar un proyecto nuevo que hemos iniciado: My Hands with my Lovely Paws, que está dedicado a gente con discapacidad. Es un reconocimiento a todas las personas con discapacidad que han estado junto a todas las entidades que hacen terapias asistidas con animales. Queremos que ellos sean los reales protagonistas de las intervenciones porque, hasta ahora, los profesionales nos hemos beneficiado de trabajar con ellos, igual que ellos se han beneficiado de nuestros programas. 

Por ello, queremos formar a jóvenes con discapacidad como profesionales de terapias asistidas con animales para que sean ellos mismos los que puedan realizar la terapia. Creemos que ellos pueden hacerlo y vamos a apoyarles, porque tienen limitaciones pero muchas capacidades también. Para nosotros es como cerrar un círculo.

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