Las campañas electorales estan pensadas para facilitar el contraste civilizado de ideas, liderazgos y programas. La de las elecciones municipales del 28 de mayo tiene los días contados; cierto, pero da y dará aun mucho de qué hablar. Siempre he pensado que generar mal humor y enfado entre la ciudadanía es una estrategia equivocada.

En política el efecto boomerang existe, a veces regresa golpeando al lanzador. Los problemas de Rodalies Renfe han sido utilizados por Pere Aragonès como una navaja suiza de múltiples funciones; una de ellas para seguir acosando a la ministra, Raquel Sánchez, otra para intentar difuminar el fiasco de las oposiciones sin dimisiones.

Es obvio que el problema de Rodalies existe desde hace tiempo, pero solo será subsanado mediante un acuerdo entre las partes. No en vano, el que fuera Conseller de Política Territorial del Govern de CiU, Pere Macias, lamenta que ‘Rodalies sea un instrumento de confrontación política’.

Y más cuando se da la paradoja de que la gestión de Ferrocarrils de la Generalitat no pasa por su mejor momento. Recientemente ha causado gran perplejidad que un tren de FGC con destino a Terrassa se colara hacia Sabadell. Los usuarios se quejan amargamente, a traves de las redes sociales, de los atrasos, averías, climatización deficiente y falta de información de FGC.

Oportuna la cita evangelica de S. Mateo 7:5-8 : “¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces veras claro para sacar la mota del ojo de tu hermano”