Rusia, Día de la Victoria: de cómo ganaron la II Guerra Mundial a los nazis un 9 de mayo y de cómo Putin alienta su recuerdo cada año

El General Zhukov (URSS) leyendo la rendición de Alemania el 8 de marzo de 1945 en Berlín.
El General Zhukov (URSS) leyendo la rendición de Alemania el 8 de marzo de 1945 en Berlín.
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El General Zhukov (URSS) leyendo la rendición de Alemania el 8 de marzo de 1945 en Berlín.

El 9 de mayo es un día grande en Rusia. Ya se encarga Putin de que lo sea; de crear el marco idóneo para levantar una vez más banderas y proclamas que recuerden la grandeza rusa. Y más cuando se está en guerra, concretamente cuando se ha invadido otro país y hay que mantener a la población "encerrada" en la mecánica del relato nacionalista.

Cada 9 de mayo el país recuerda el aniversario de la victoria, de la Unión Soviética, sobre la Alemania de Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Este 9 de mayo se cumplirán 78 años de aquella gesta y Rusia volverá a celebrar el Día de la Victoria.

Es festivo en Rusia, Bielorrusia y en la mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas. En el caso de Rusia, se siguen haciendo desfiles militares frente al Kremlin, también para recordar a los 27 millones de rusos que murieron en aquel conflicto que tuvo su final en 1945.

La rendición nazi del 8 y/o 9 de mayo

Los nazis firmaron la rendición incondicional el 8 de mayo de 1945 a las 22:43 hora central europea, poniendo fin a la terrible conflagración mundial en el continente europeo. La diferencia horaria explica por qué en los países occidentales la victoria se celebra el 8 de mayo (Día de la Victoria en Europa), mientras que en la Europa Oriental se celebra el 9 de mayo.

El mariscal de campo Wilhelm Keitel firmando la rendición incondicional de la Wehrmacht en el cuartel general de la URSS en Berlín.
El mariscal de campo Wilhelm Keitel firmando la rendición incondicional de la Wehrmacht en el cuartel general de la URSS en Berlín.
WIKIPEDIA/PD-USGov-Military-Army

Para las naciones aliadas, la capitulación alemana fue en Reims, firmada el 8 de mayo a las 23:01 en la hora central europea. Es el Día de la Victoria en la Europa occidental.

​Alemania capituló en Reims, pero Stalin organizó una segunda rendición en Berlín y sólo ante la URSS

El único representante de la URSS en Reims fue general Iván Suslopárov, el comandante militar de la misión de enlace. Le sorprendieron los hechos ya que no tenía instrucciones de Moscú, pero entendió que si no firmaba se arriesgaba a una rendición alemana sin la participación soviética.

Altos mandos aliados celebran en Reims (Francia) la rendición de la Alemania nazi 
El primero por la izquierda, el General Ivan Susloparov (URSS) y el segundo por la derecha, el General Dwight D. Eisenhower (EE UU).
Altos mandos aliados celebran en Reims (Francia) la rendición de la Alemania nazi El primero por la izquierda, el General Ivan Susloparov (URSS) y el segundo por la derecha, el General Dwight D. Eisenhower (EE UU).
WIKIPEDIA/Interim Archives

Esta forma de capitulación disgustó a Stalin. Creía que la rendición alemana debería haber sido aceptada únicamente por el enviado del mando supremo de la URSS y firmada sólo en Berlín. El líder soviético insistió en que el protocolo de Reims fuera considerado preliminar, para dejar que la ceremonia principal se llevara a cabo en Berlín, donde el Mariscal Georgi Zhúkov estaba en ese momento.

Recuperación de la efeméride

Por lo tanto, se organizó otra ceremonia en una casa que sobrevivió en las afueras de la capital germana al finalizar el 8 de mayo, cuando ya era 9 de mayo en Moscú debido a la diferencia de husos horarios. El Mariscal de Campo Wilhelm Keitel presentó la capitulación de la Wehrmacht al Mariscal Georgi Zhúkov en el cuartel general del ejército soviético en Berlín-Karlshorst.

El General Zhukov (URSS) leyendo la rendición de Alemania el 8 de marzo de 1945 en Berlín.
El General Zhukov lee la rendición de Alemania el 8 de marzo de 1945 en Berlín.
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Pasaron veinte años hasta que en 1965 el Día de la Victoria comenzó a ser conmemorado de modo generalizado en la URSS. Y en sentido contrario, tras la caída del Muro de Berlín y el colapso soviético, se dejaron de celebrar los desfiles durante varios años.

En 1995, con Boris Yeltsin al frente del país, Rusia retomó la tradición. Desde entonces, los desfiles en la Plaza Roja se han venido realizando anualmente, aunque el desfile militar se ha trasladado a la Colina Poklónnaya.

En el ensayo general llevado a cabo en Moscú por el Día de la Victoria también han participado marines rusos.
Marines rusos en el desfile del Día de la Victoria de 2o22.
EFE

Paroxismo nacionalista

La celebración del 60º aniversario del Día de la Victoria de Rusia en 2005 se convirtió en la mayor fiesta nacional y popular desde el colapso de la Unión Soviética. Por ahí ya andaba Vladímir Putin, que se encargó de dar impulso a la celebración. Se trataba de promover el prestigio de la historia y el gobierno soviético y para ello Rusia comenzó a convertir todas las fiestas nacionales y conmemoraciones en fuentes de autoestima nacional.

Putin alcanzó el paroxismo nacionalista en los festejos del 9 de mayo de 2015. Se cumplía el 70º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. Participaron 16.000 soldados rusos, alrededor de 200 vehículos blindados, 150 aviones y helicópteros artillados.

Día de la Victoria en Moscú en 2015. Ese 9 se cumplía el 70º aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi.
Día de la Victoria en Moscú en 2015.
Kremlin.ru

De modo que el Kremlin ha continuado dándole importancia y boato al Día de la Victoria. Y así, cada 9 de mayo se organizan desfiles militares y de los veteranos, además de colocarse coronas en la Tumba del Soldado Desconocido. Todo culmina cada año con fuegos artificiales en el cielo de Moscú.

Los nazis de antes y de ahora

Al conflicto mundial que tuvo lugar entre 1939 y 1945 los rusos lo llaman Gran Guerra Patria. Se recuerda en particular su lucha y resistencia contra el enemigo nazi y la posterior contraofensiva soviética que culminó con la llegada (antes que los norteamericanos) a Berlín.

De la palabra nazi tira Putin una y otra vez. Su relato para justificar la invasión del territorio ucraniano habla de "desnazificar" ese territorio que fue parte de la URSS. Y así asegura que su propósito es que Ucrania sea "liberada, limpiada de nazis, personas e ideologías pronazis".

El presidente ruso Vladimir Putin observa el Día de la Victoria.
Vladimir Putin, en el Día de la Victoria de 2022.
Europa Press / Kremlin
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