Rusia celebrará el Día de la Victoria en medio de temores por su seguridad tras el ataque con drones al Kremlin

La Plaza Roja acoge el ensayo nocturno del desfile militar del Día de la Victoria.
La Plaza Roja acoge el ensayo nocturno del desfile militar del Día de la Victoria.
EFE/EPA/YURI KOCHETKOV
La Plaza Roja acoge el ensayo nocturno del desfile militar del Día de la Victoria.

Hace ahora un año Moscú se engalanaba para celebrar el Día de la Victoria con los ojos puestos en una invasión que cumplía poco más de dos meses. En la jornada más importante del calendario ruso, el Kremlin esperaba dar la estacada definitiva a Ucrania y cumplir con los objetivos de la ofensiva. Aquel escenario no solo no ocurrió, sino que un año después la situación es muy diferente. Moscú vuelve a vestirse de gala, pero esta vez las miradas de los asistentes apuntarán con recelo a una guerra con frentes estancados y a la seguridad de su propio territorio, puesta en entredicho el pasado miércoles cuando el edificio del Kremlin sufrió el ataque de dos drones.

El pasado 27 de abril las inmediaciones de la Plaza Roja cerraron para preparar el desfile del nueve de mayo, día que celebran la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno ruso había asegurado un día antes del ataque al Kremlin que sus servicios especiales estaban haciendo todo lo necesario para garantizar la seguridad del desfile. Algo que no evitó que un dron sobrevolara por el cielo de Moscú y fuera derribado a escasos metros de la cúpula del Kremlin.

"Por supuesto, somos conscientes de que el régimen de Kiev, que está detrás de una serie de ataques terroristas, planea continuar su línea", aseguraba casi premonitoriamente el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, que entonces se refería a una serie de sabotajes a infraestructura crítica rusa.

Las regiones rusas  afectadas por estos ataques respondieron cancelando el desfile en sus ciudades dada la falta de seguridad. En la provincia de Briansk, fronteriza con Ucrania, el pasado miércoles se anunció que las actividades públicas en honor al Día de la Victoria se cancelaban por motivos de seguridad, siguiendo el ejemplo de otras como Bélgorod y Kursk.

El jefe de la administración de Brianks, Alexandr Bogomaz, señaló que "lo más importante durante la celebración de actividades festivas es garantizar la seguridad de los ciudadanos", algo imposible tras el descarrilamiento de dos trenes y el ataque contra una aeropuerto local. Todas las zonas rusas limítrofes con Ucrania han fortificado la frontera con el país vecino, tratando así de limitar los ataques.

Hasta una veintena de ciudades han cancelado ya el desfile aduciendo problemas de seguridad. Desde Krasnodar, cuya región sureña está bañada por el mar de Azov y se encuentra al otro lado de la anexionada península de Crimea; hasta Sochi, principal balneario del mar Negro; o Pskov, base de las fuerzas aerotransportadas rusas que combaten en Ucrania. 

Al igual que sucede en suelo ruso, también se están produciendo ataques contra las regiones ucranianas anexionadas por Rusia. Esto ha ocurrido especialmente en la península de Crimea y el puerto de Sebastopol, provocando que las autoridades prorrusas cancelaran la celebración del nueve de mayo. La retaguardia rusa ha sido objetivo de una oleada de ataques contra sus infraestructuras críticas y aunque Kiev no reconoce públicamente su autoría, Rusia le acusa directamente.

Pese a los recelos en torno a la seguridad, Peskov ha asegurado que el presidente ruso, Vladimir Putin, acudirá al desfile y se dirigirá a las tropas desde un graderío. Lo que sí han reconocido es que no se realizará la multitudinaria marcha de rusos con fotos de sus familiares caídos en la Gran Guerra Patria, acto conocido como el Regimiento Inmortal en el que Putin había participado en las últimas ediciones.

Frentes estancados y una contraofensiva que no llega

Si en 2022 los analistas apuntaban a un ataque ruso para el Día de la Victoria, en esta ocasión señalan un posible inicio de la esperada contraofensiva ucraniana que lleva meses anunciándose. Fuentes militares consultadas por este periódico señalan que este tipo de acciones no suelen tener un día especifico, sino que dependen de que las condiciones lo permitan para que comiencen.

Los carros de combate occidentales ya están en territorio ucraniano y las cerca de 40.000 personas que conformarían la nueva Guardia Ofensiva de Ucrania ya están "totalmente formadas", según ha declarado el ministro de Interior ucraniano, Ihor Klymenko. 

Rusia llega al Día de la Victoria sumido en una guerra cuyos frentes se mueven lentamente. La batalla por la toma de Bajmut cumple casi cinco meses como foco principal del conflicto y pese al esfuerzo de las tropas rusas (en especial del grupo paramilitar ruso Wagner), no han conseguido tomar por completo la ciudad y este pasado viernes amenazaban a Putin con retirarse de la ciudad si no recibían munición.

Los bombardeos siguen produciéndose esporádicamente en territorio ucraniano y los acercamientos diplomáticos continúan parados. Las posiciones maximalistas alejan una solución pactada y la implicación de países como China o Turquía no han servido para acercar posturas. Rusia celebrará un año más la victoria en la Segunda Guerra Mundial sumida en una invasión y preparada para más meses de guerra. 

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