¿Ensucia tener una colonia de gatos cerca? La respuesta está en la gestión de la misma

Una de las colonias felinas gestionada por Madrid Felina.
Una de las colonias felinas gestionada por Madrid Felina.
MADRID FELINA
Una de las colonias felinas gestionada por Madrid Felina.

Del mundo animal, podemos decir que los gatos son una de las especies más limpias, ya que dedican gran parte de su vida al acicalado. Además, cualquiera que haya vivido con uno de estos felinos, sabrá que son muy quisquillosos con dónde hacer sus deposiciones, pero... ¿Ocurre lo mismo cuando se trata de gatos callejeros?

En España, más de 124.000 gatos viven en las calles según los datos recogidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, una cifra que probablemente sea más alta, ya que es muy difícil calcular y controlar el número de mininos callejeros (especialmente en época de celo, cuando este número crece rápidamente si no se controlan las camadas).

Es por este motivo por el que desde el Gobierno, con la nueva Ley de Bienestar Animal, pretenden poner control a la situación de los gatos callejeros, regulando a nivel estatal la gestión de colonias felinas aplicando el método CER (Capturar, esterilizar y retorno).

Sin embargo, no a todo el mundo le gusta tener gatos en el vecindario, colegios o espacios privados, en muchas ocasiones, achacándo los problemas de suciedad que traen consigo las colonias felinas pero... ¿Realmente ensucia tener una cerca?

Una correcta gestión de la colonia no ensucia

Toñi Pulido, miembro de la asociación Madrid Felina y gestora de colonias felinas experimentada, asegura que éstas no ensucian por sí mismas, tan solo si están mal gestionadas. "El problema es que todavía hay muchos alimentadores mayores con otras mentalidades que siguen proporcionándoles comida humana a los gatos de las colonias", cuenta.

Que una persona externa decida dejar un pequeño táper de plástico con restos de comida al alcance de los gatos de la colonia, atrae también a otros animales e insectos que pueden ensuciar la zona, como por ejemplo, las palomas, quienes pueden dejarlo todo perdido con sus defecaciones. "En Madrid, legalmente, se debe elegir un punto de alimentación para poner pienso y agua y retirar la comida una vez terminado".

Por este motivo, independientemente del lugar donde se encuentra la colonia (una comunidad de vecinos, un colegio, los alrededores de un ambulatorio, un polígono industrial...), Pulido considera fundamental que la gente a la que pueda influir la presencia de los gatos se informe adecuadamente sobre qué son las colonias y cómo se gestionan adecuadamente.

Si los gestores de la colonia pueden alimentar a los gatos y aplicar el método CER, la colonia deja de crecer y está controlada

"Si se habla con los involucrados para que los gestores podamos entrar en el recinto libremente y alimentar a los gatos es mucho más fácil", asegura. "De hecho, ya hay muchísimas comunidades que lo están permitiendo".

Al final, son los gatos quiénes deciden dónde asentarse, en base a dónde se sienten seguros y, muchas veces no es algo que podamos nosotros elegir, por ello es importante que la gente a su alrededor sea consciente de las necesidades que tienen y den el permiso para que se pueda gestionar la colonia para que cause los menores problemas posibles.

"Si los gestores de la colonia pueden alimentar a los gatos y aplicar el método CER, la colonia deja de crecer y está controlada", afirma.  "La cuestión es ir hablando y creando un grupo de trabajo para explicar bien a quienes están alrededor de la colonia de gatos cómo se gestiona y qué no se debe hacer, así como qué problemas puede provocar y cómo solucionarlos".

Imagen de archivo de una colonia felina en Valencia.
Imagen de archivo de una colonia felina en Valencia.
Jose Antonio Bernat Bacete/GETTY

De hecho, Pulido explica que lo ideal es que dispongan de algún refugio, para evitar otros problemas que pueden surgir en épocas de frío, como que se escondan en los motores de los coches, en busca de calor. "Esto es  más fácil hacerlo en zonas rurales porque se han dado cuenta de que ayuda a que su hábitat esté más limpio y organizado", comenta.

"No obstante, en la ciudad es más complicado ya que, muchas veces, un refugio es una señal luminosa de la presencia de gatos para cualquier mala persona vaya a hacerles daño, aunque, por supuesto, lo ideal es que siempre pudiéramos proporcionarles un refugio".

En resumen, las colonias felinas no ensucian, excepto en aquellos casos en los que se realiza una mala gestión o existan personas ajenas al grupo de trabajo que proporcionen alimento a los mininos, sin encargarse, además, de retirar los puntos de comida una vez terminados.

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