Los dos fallecidos en el incendio de un local de restauración ubicado en la madrileña plaza de Manuel Becerra en la noche del viernes son una clienta y uno de los trabajadores ha informado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. El empleado tenía 25 años y había comenzado a trabajar en el local hacía una semana, según vecinos de la zona.
El fuego se declaró sobre las 23:00 horas y se propagó "de manera muy rápida", y se originó porque uno de los camareros, al flambear un postre, produjo una llama que llegó al techo del establecimiento y las paredes, que estaban cubiertas con plantas artificiales, según aseguran testigos y comensales del local Burro Canaglia Bar & Resto.
En declaraciones a los periodistas desde el lugar de los hechos, Almeida ha trasladado sus condolencias a los familiares y ha señalado que la intensidad del fuego fue "extremadamente alta", lo que dificultó la salida del local a las personas atrapadas, mientras que ha agradecido la rapidez de los servicios de Bomberos de Madrid y Samur-Protección Civil, así como el "civismo" de los ciudadanos que avisaron a emergencias.
Almeida también ha indicado que en el interior del local debía haber "cerca de 30 personas".
Por su parte, Carlos Marín, jefe de guardia de Bomberos de Madrid durante la intervención del incendio, ha relatado que el incendio se localizaba en la puerta del local y los trabajos se centraron, simultáneamente, en la extinción de las llamas y el rescate de las personas atrapadas, y la comprobación posterior de que los edificios de viviendas no tuvieran afectación por el humo en las escaleras.
"La zona más difícil era la de la entrada, porque las personas no pudieron salir porque el incendio se localizaba al lado de la puerta, entonces las personas se fueron hacia el interior y hubo algunas que se quedaron atrapadas justo en la puerta del local. Otras tuvieron la oportunidad de esconderse en la cocina, agacharse y esperar, pero las condiciones eran lamentables para todos", ha contado a la prensa.
La cercanía del parque de bomberos de la zona, ubicado a escasos 300 metros del local siniestrado, permitió que el tiempo de respuesta fuera "muy rápido", una cuestión "fundamental" para garantizar la supervivencia de las víctimas, ha enfatizado Marín.
Las llamas se extinguieron en "menos" de cinco minutos, ha subrayado. "Lo que se nos demoró fueron los rescates, porque fueron rescates críticos", ha lamentado.
Y ha descrito que los clientes estaban "esparcidos" por todo el local, tanto en la entrada como en el fondo; no había "un punto determinado" donde se agruparan, ha descrito.
"La mayoría de personas en los incendios mueren por inhalación de humo, pero en este caso… En este caso salían quemados", ha afirmado.
Ervigio Corral, directivo de guardia de Samur-Social, ha asegurado que en una situación como esta, en la que las temperaturas superan los 150 grados centígrados y hay gases tóxicos como los derivados del cianuro, la ausencia de servicios de emergencia y rescate de manera inmediata hubiera significado "la muerte de todas las personas que se encontraban dentro".
Corral ha explicado que, en un incendio, los materiales que hay en el espacio afectado generan gases de cianuro, el elemento que puede causar la muerte por su inhalación, junto al monóxido de carbono. En este caso, debido a los antídotos existentes que Emergencias proporcionó a las víctimas al momento, se evitó la muerte de más personas, ha detallado.
El portavoz de Samur no ha confirmado si la inhalación de estos gases ha sido la causa del fallecimiento de las dos víctimas, en tanto que la investigación la dirige Policía Nacional.
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