La cesta de la compra sigue disparada pese al frenazo de la inflación al 3,3% por el abaratamiento de la luz y de los combustibles

Evolución del IPC
Evolución del IPC en marzo.
Henar de Pedro
Evolución del IPC

El precio de la electricidad y los carburantes dio un respiro en marzo, pero el alivio no llegó a la cesta de la compra. La tasa interanual del IPC cayó en el tercer mes del año 2,7 puntos, hasta el 3,3%, el dato más bajo en año y medio. En cambio, según ha informado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación subyacente sigue disparada al 7,5%, apenas una décima por debajo del récord histórico de febrero. Lo mismo ocurre con la cesta de la compra, que concentra la mayor presión. La variación del IPC de los alimentos se moderó apenas una décimas hasta el 16,5%, tras el récord histórico del 16,6% marcado en febrero.

El INE ha confirmado los datos provisionales adelantados a finales del mes pasado. El abaratamiento de la electricidad y los carburantes por el 'efecto escalón' en comparación con la situación de hace un año -en plena escalada de los precios por la guerra de Ucrania- empujó en marzo la tasa de inflación general a la baja. De este modo, la inflación rompió dos meses de ascensos consecutivos y se situó en su nivel más bajo desde agosto de 2021, al registrar una variación interanual del 3,3%. La caída de 2,7 puntos respecto a la tasa interanual del 6% registrada en febrero es la más pronunciada en un mes desde mayo de 1977. 

No obstante, el descenso no supone un abaratamiento generalizado de los precios, sino una ralentización en el ritmo de crecimiento. De hecho, en términos mensuales, el IPC subió un 0,4% en marzo en comparación con el mes anterior, la segunda variación mensual más elevada desde el mes de junio -en el que el repunte fue del 1,9%-, después del incremento del 0,9% de febrero. El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, ha destacado que las cifras de inflación son "muy buenas en términos generales" y ha señalado que "demuestran el enorme esfuerzo que se está realizando desde el Gobierno".

En todo caso, el frenazo de los precios era esperado por el 'efecto escalón'. Es decir, al medirse la variación del IPC en términos interanuales, la comparación con marzo de 2022 resulta favorable porque aquel fue el primer mes completo de guerra en Ucrania. Fue entonces cuando el precio de la energía se disparó, ante la incertidumbre sobre el suministro ruso. Con respecto a aquel momento, el gasóleo y la gasolina se han abaratado un 15,3% y un 12,6% respectivamente, al mismo tiempo que el precio de los combustibles líquidos y los hidrocarburos ha bajado respectivamente un 13% y un 4,8%. En cambio, el precio del gas ha subido un 10,2%.

Además, las temperaturas inusualmente cálidas de las últimas semanas y el aporte de la energía eólica, gracias a las rachas de viento, han reforzado la caída en el coste de la electricidad, que es actualmente un 51,8% más barata que hace un año. Solo en el último mes el precio de la luz se redujo un 7,5% con respecto a febrero de este mismo año.

El aporte de la energía a la moderación del IPC explica la persistencia de la inflación subyacente -es la que resulta al descontar el precio de la energía y de los alimentos no elaborados, por su alta volatilidad- en niveles elevados. En términos interanual, el IPC subyacente apenas retrocedió una décima en marzo hasta el 7,5%, en comparación con el récord histórico registrado en febrero. Se trata del primer descenso desde el mes de septiembre, pero se amplía la distancia entre la tasa general y la subyacente hasta 4,2 puntos, la mayor brecha en casi cuarenta años, desde agosto de 1986.

La presión sobre los alimentos

Pese al frenazo de la inflación, el coste de la cesta de la compra sigue disparado. Los precios de los alimentos se han encarecido un 16,5% en el último año, moderándose apenas una décima respecto al récord de febrero, el más elevado desde 1994. Pese a la rebaja del IVA, los datos evidencian que el frenazo de la inflación no ha llegado todavía a la cesta de la compra. Sobre los alimentos repercute el comportamiento del precio de la energía, empleada tanto en la producción de los alimentos como en su distribución, pero lo hace con demora. Mientras que la inflación general tocó techo en julio, el indicador de los alimentos ha mantenido una tendencia alcista, con ligeros retrocesos de apenas unas décimas en noviembre, enero y marzo.

La presión se concentra especialmente en los lácteos, pero también en las legumbres y las hortalizas. El alimento que más se ha encarecido en el último año ha sido el azúcar, su precio es un 50,4% más caro que en marzo de 2022. Le siguen la mantequilla, el aceite de oliva y la leche -tanto entera como desnatada-, con subidas por encima del 30%. Por su parte, el precio del resto de aceites, de las legumbres y hortalizas frescas, de los huevos y de los cereales se ha elevado entre un 28,1% y un 22,8% con respecto a marzo de 2022.

Solo en el tercer mes del año los alimentos se encarecieron un 1,1% en comparación con los precios de febrero. Las subidas más notables se produjeron en las legumbres y hortalizas frescas o refrigeradas (5,7%) y la carne de porcino (4,5%). También se incrementó por encima de la media el precio de los zumos (3%), de las patatas (2,9%), del té (2,2%), del chocolate (1,8%) y de los huevos (1,5%). Contrasta la bajada en el precio del yogur, en el de la carne de ovino y caprino y en el de las frutas frescas o refrigeradas, que se han abaratado respectivamente un 0,9%, un 0,4% y un 0,2% en el último mes.

La Unión Sindical Obrera (USO) ha recalcado que la subida del precio de los alimentos es "desorbitada" y ha reclamado que los salarios se ajusten para que "sirvan para vivir y, sobre todo, para comer". "No estamos hablando de un bien de lujo sino básico para cualquier persona", ha lamentado el sindicato en un comunicado. También UGT ha pedido que se produzca un ajuste salarial "imprescindible" para hacer frente a la merma de poder adquisitivo de las familias.

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