La "alarmante" sequía deja los embalses a la mitad y amenaza la producción agrícola: "Si no llueve ahora, el verano será muy duro"

Imagen del pantano de Rialb que pertenece a los ríos Segre, Rialb y Ribera Salada.
Imagen del pantano de Rialb que pertenece a los ríos Segre, Rialb y Ribera Salada.
MIQUEL TAVERNA
Imagen del pantano de Rialb que pertenece a los ríos Segre, Rialb y Ribera Salada.
Imagen del pantano de Rialb que pertenece a los ríos Segre, Rialb y Ribera Salada.
MIQUEL TAVERNA

Los niveles de agua embalsada han registrado un nuevo mínimo desde hace semanas en España. Los pantanos están medio vacíos, al 51,2% de su capacidad y 15 puntos por debajo de la media de los últimos 10 años, según recoge el último informe semanal del Boletín Hidrológico. Una situación que se agrava especialmente en Andalucía y Murcia, donde el nivel de agua de los embalses no alcanza el 30%, y que es crítica en Castilla-La Mancha (39,81%) y Cataluña (41,59%). En el norte, Cantabria constituye la excepción entre cotas superiores al 70%, con embalses llenos al 42,78% de su capacidad. 

Este panorama complicado, unido a la llegada de una primavera que precisamente en el sureste peninsular se prevé más cálida y seca de lo normal, ha llevado a la patronal agraria Asaja a solicitar al ministro de Agricultura, Luis Planas, la convocatoria "urgente" de la Mesa de la Sequía. A esta petición se ha sumado la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, que ha subrayado este martes la necesidad de responder al conflicto a nivel nacional recordando que el Gobierno andaluz solo tiene las competencias del 33% de las cuencas de la comunidad. 

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha compartido igualmente este martes la "enorme preocupación" ante los datos, después de "uno de los marzos más calurosos de la historia". "En un país donde los impactos del cambio climático son las sequías, la escasa disponibilidad de agua y los incendios forestales, lo más prudente es ser extremadamente cautos a la hora de consumir energía o agua y disfrutar de la naturaleza", ha apuntado.

El presidente de Asaja, Pedro Barato, ha querido poner de relieve "la alarmante situación de falta de precipitaciones y los bajos niveles de agua embalsada", que a su juicio "hacen necesaria la adopción de medidas urgentes, que de forma coordinada con el resto de administraciones autonómicas y locales, vengan a paliar la grave realidad en que nos encontramos". 

El comunicado remitido por la patronal avisa de las "pérdidas irreparables" que la falta de agua y el aumento de las temperaturas están dejando en muchos cultivos. "Es el caso de los cereales y las leguminosas, tanto en su rendimiento final como a nivel económico", subraya el escrito. 

Pero los perjuicios no se dan únicamente en la agricultura, pues tal y como indica la patronal agraria, la ganadería también sufre las consecuencias. "Las producciones de pastos y forrajes se están viendo muy diezmadas", señala la carta, por lo que los ganaderos se ven forzados a suplir estas carencias empleando piensos compuestos. 

¿El resultado? Aumentan los costes de producción para las explotaciones ganaderas que desde hace meses denuncian la falta de rentabilidad de su negocio y el encarecimiento de sus productos en el mercado. Si se repite la "pertinaz sequía" del año pasado, alertan los agricultores, un número considerable de explotaciones se verán abocadas al cierre.

Pese a que los datos son más positivos que en las mismas fechas de 2022 -3,26 puntos por encima-, no dejan de ser preocupantes. Lo explica a 20minutos el meteorólogo y colaborador de Meteored Francisco Martín: "Los dos últimos años fueron relativamente malos, y si llegan a ser húmedos la cosa habría sido diferente. Estamos ante una sequía de larga duración y dos años de déficit pluviométrico, y según nos adentremos en la primavera será más difícil recuperar la normalidad". 

También en lo relativo a los embalses de uso consuntivo, los dedicados al consumo humano y la agricultura, que se encuentran al 43,1% de su capacidad (frente al 45,2% de la misma semana de 2022). Las cuencas del Guadalquivir, Cataluña y Guadalete-Barbate son las más afectadas, mientras que las situadas en el Cantábrico Oriental, en la costa gallega o en el interior del País Vasco son las que más reservas presentan. 

Desde el 1 de septiembre, cuando da comienzo el año hidrológico monitorizado por la AEMET, el sureste peninsular, Andalucía y algunas zonas de Cataluña han registrado niveles excepcionalmente bajos de precipitaciones. Lo mismo ha ocurrido en la parte occidental de Huelva, dejando las lagunas de Doñana "prácticamente secas", según apunta Francisco Marín. Este mismo lunes, el CSIC informó del "estado crítico" en el que se encuentra este parque nacional, con la mitad de sus lagunas desaparecidas. 

Y en las próximas semanas, aclara Marín, "las perspectivas no son halagüeñas" y no se prevén "temporales lo suficientemente significativos como para revertir la situación actual". El meteorólogo admite que, de no haber llovido en diciembre, la situación actual se podría tildar ya de "catastrófica". Y la catástrofe llegará si no lo hacen las lluvias, dejándonos un verano y un comienzo de otoño "muy complicados". 

El problema, de todas formas, se extiende más allá de las fronteras nacionales. La Unión Europea avisó el pasado mes de marzo a través del Observatorio Europeo de la Sequía (EDO por sus siglas en inglés) de que la mayor parte del sur y oeste del continente se enfrenta a anomalías sustanciales tras pasar un invierno excepcionalmente seco y caliente. Destacando la situación de Francia, el norte de Italia y, por supuesto, España, donde hay una "emergente preocupación" en torno al suministro de agua, la agricultura y la producción de energía

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