El movimiento de armas nucleares de Putin, una estrategia anunciada que eleva el órdago a la OTAN: "Se rompen más los puentes"

Putin y Lukashenko.
Putin y Lukashenko.
CARLOS GÁMEZ
Putin y Lukashenko.

Rusia busca refugio en sus socios como quien busca una mano amiga cuando tiene problemas. Vladimir Putin no ve avances de sus tropas sobre el terreno en Ucrania y eleva el nivel en otros aspectos. El más peligroso seguramente es el nuclear y en este sentido Moscú ha decidido mover armas de ese tipo hacia la vecina Bielorrusia. Es otra forma de retar a la OTAN, pese a que era un plan ya previsto. El Kremlin alega que se trata de una respuesta a la dinámica de Occidente, y los aliados de Kiev ya han repetido hasta la saciedad que no van a relajar su apoyo. Así, ¿vuelve lo nuclear a estar en primera plana de la guerra?

Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte son ahora mismo los países reconocidos como potencias nucleares, y con los que habría que encender las alarmas llegado el caso. En lo que se refiere al conflicto en Ucrania son cuatro las implicadas directamente. EEUU, Francia y Reino Unido son miembros fuertes de la OTAN y Rusia por cuestiones obvias también juega esa partida. Muchas más dudas hay sobre el papel de China, que ha pasado de marcar cierta equidistancia a querer ser el mediador definitivo -y tranquilo- en la guerra, llegando a presentar incluso un plan de paz.

Pablo del Amo, coordinador de Descifrando la Guerra, explica a 20minutos que "sí que se puede entender como una escalada" pero pide también comprender el contexto de la guerra. "Es un aumento de la tensión". Para el analista "reviste gravedad" pero pide mantener el foco en una situación "de aumento del conflicto entre el bloque occidental y Rusia, sobre todo viendo también que se van rompiendo cada vez más los puentes" entre Moscú y la OTAN.

Por su parte, Álvaro de Argüelles, analista de geopolítica de El Orden Mundial, comenta que por ahora "es una escalada retórica, porque parte de lo anunciado por Putin ya se sabía o preveía". Así, recuerda que en 2022 Bielorrusia "ya estaba haciendo las reformas constitucionales para albergar armas nucleares rusas". Ahora en parte se empieza a completar ese proceso. "La novedad es el anuncio de la construcción de una instalación para albergar material nuclear", añade Argüelles, que ve la decisión como "un paso más" pero, dice, "no se trata de una ruptura con lo que hemos visto hasta ahora". El analista, avisa, eso sí, de que "el peligro es que acabe provocando una escalada por parte de la OTAN".

Pero ¿por qué ahora? Vladimir Putin lo explicó: se trata de una respuesta a la decisión del Reino Unido de enviar uranio empobrecido a Ucrania, un elemento "tóxico" que por ejemplo la OTAN utilizó en los noventa en Yugoslavia o en Afganistán y en Irán. "Creo que esto es una excusa de Rusia, quizá tenga que ver más con el aumento de la ayuda occidental a Kiev para que Ucrania realice su ofensiva. Tiene que ver más con eso", sostiene Del Amo. "El objetivo de Putin es mostrarse fuerte frente a una OTAN que sigue aumentando la ayuda" a las tropas ucranianas, concluye.

En ese sentido, Del Amo no espera una respuesta como tal de la Alianza Atlántica. "El guion va a seguir siendo el mismo: seguirá llegando esa ayuda a Ucrania porque el objetivo de Occidente es que Ucrania tenga capacidad para lanzar su ofensiva, y tenga éxito, con una derrota que si bien no sea decisiva haga daño a Rusia". Si esto pasa, recuerda el analista, "Kiev podría tener ventaja" en caso de que llegue la -todavía muy lejana- mesa de negociación.

Seguirá llegando esa ayuda a Ucrania porque el objetivo de Occidente es que Ucrania tenga capacidad para lanzar su ofensiva

Más allá de la 'sociedad' con Bielorrusia, el Kremlin también está efectuando unas maniobras en Siberia que incluyen el despliegue de misiles intercontinentales Yars, con capacidad nuclear. El Gobierno de Putin explicó que "es parte del plan de entrenamiento de las Fuerzas de Misiles Estratégicos". El Ministerio de Defensa ruso detalló que las maniobras son parte de "una inspección integran de la capacidad de la formación de misiles de Omsk que implica ejercicios con el grupo de Novosibirsk, dotado de misiles Yars". En total, más de 3.000 miembros del personal militar y cerca de 300 piezas de equipamiento están implicadas en las maniobras, según los datos facilitados por Moscú.

Al mismo tiempo, Rusia ha avisado de que la suspensión de los compromisos del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) suscrito con Estados Unidos afecta también a las notificaciones, por lo que Moscú ya no se siente obligada a informar a Washington de pruebas de lanzamiento de misiles. "No habrá más notificaciones", ha confirmado el viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, que ha dado por suspendidos "todos" los aspectos vinculados a un acuerdo que durante los últimos años ha sido clave para calmar los recelos mutuos entre las potencias de la Guerra Fría.

Los actores mueven ficha para entender el nuevo contexto, y precisamente Estados Unidos ha puesto en marcha su maquinaria. En parte la Casa Blanca quiso calmar las aguas. "No hemos visto ningún movimiento por parte del señor Putin para actuar de acuerdo a lo que ha prometido que iba a hacer", apuntó uno de los portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, en rueda de prensa. Además, ahora mismo Washington no ve "indicios" de que Putin "esté inclinado, esté cerca o haya dado señales" de preparativos para usar armas nucleares tácticas en Ucrania, aunque al mismo tiempo EEUU ha recordado que no ha cambiado su posición en lo que a la disuasión nuclear respecta.

Con todo, la ONU ya ha avisado de que en estos momentos los "riesgos nucleares son alarmantemente altos". El movimiento ruso de material hacia Bielorrusia devuelve la sombra del caos total, que ya ha aparecido en otros momentos de la guerra. "Obviamente estamos preocupados por el estado general de las tensiones sobre armas nucleares que hemos visto recientemente", sostuvo sobre el portavoz de Naciones Unidas Stéphane Dujarric, que recordó que todos los Estados -tanto las potencias atómicas como el resto- deben cumplir con sus obligaciones bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear. Moscú repitió, en este sentido, que no está saliéndose de esa hoja de ruta.

"Todas las acciones que puedan llevar a un error de cálculo o a una escalada con consecuencias catastróficas deben evitarse", recalcaron desde la ONU. De momento el conflicto sigue añadiendo capítulos y el relato sobre la Tercera Guerra Mundial no resulta del todo creíble. Pero todos los pasos que impliquen armamento nuclear encienden las alertas, y esta vez no ha sido una excepción.

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