Una decisión colegiada y una agenda europea "potente": cómo Feijóo salió airoso de su ausencia en la moción

El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.
El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Tarek / PP
El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.

Cuando el martes pasado todos los focos mediáticos y políticos iban a estar pendientes de un punto concreto de la Carrera de San Jerónimo de Madrid, la pregunta en el PP era cómo hacer para que Alberto Núñez Feijóo, que no podía intervenir en esa cita por no tener condición de diputado, pudiera salir airoso de una semana en la que no se iba a hablar de casi ninguna otra cosa. La respuesta la había encontrado el partido días antes: toda la dirección estuvo de acuerdo en que si no iba a poder tomar la palabra, mejor no acudir y buscar en su lugar una agenda "potente" ajena a todo lo español para fortalecer alianzas en Europa.

El día 21 de marzo, todas las cámaras apuntaban al profesor y candidato a arrebatar la presidencia a Pedro Sánchez, Ramón Tamames. Los sillones vacíos del Congreso se contaban con los dedos de una mano. A las 9.00 horas de este martes comenzaba la que se erigía como la sesión más mediática... e "improductiva" del año, como acabó por tildarlo el presidente del PP al término de la sexta moción de censura de la democracia.

Mientras el candidato de Vox a la moción daba lectura a su "dictamen" y el presidente del Gobierno replicaba con un extenso discurso -interrumpido por el propio censurante, que le recriminó su "tocho de 20 folios"-, el líder de la oposición abordaba una reunión con embajadores de toda Europa en España a dos kilómetros del Congreso. Con ello, Feijóo exhibía músculo diplomático y evidenciaba su distancia con la moción de censura.

"Se autoproclama líder de la oposición, pero sería bueno estar aquí y ejercer la oposición", le afeó el líder de Vox, Santiago Abascal. Sin embargo, el presidente del PP logró el efecto contrario. Las referencias directas hacia un líder que no se encontraba en la sala del "esperpento" eran precisamente el "regalo" que pretendía recibir Feijóo desde que tomó la decisión de no acudir al Congreso.

Fue hace un mes, cuando Vox confirmó definitivamente a Tamames como su candidato, que el comité de dirección del PP abordó la estrategia sobre cuál debía ser su planteamiento en esta ocasión. La abstención la habían marcado hacía tres meses, cuando los censurantes avanzaron sus planes. Quedaba por decidir qué papel tendría el presidente popular.

Fuentes de la dirección coinciden en que hubo "unanimidad" en la postura: "Todos coincidieron en que no teníamos que meter al presidente en esta operación electoralista". Su presencia como mero espectador sin poder intervenir, subrayan las fuentes consultadas, "no aportaba", y "menos aún para ser objeto de críticas sin poder defenderse".

En el PP no habían hecho cálculos electorales inmediatamente después de la votación sobre cuánto les pudo costar o beneficiar una moción fallida que llevaban tiempo tildando de "folclórica" y "bomba de oxígeno" para Sánchez y su Gobierno "en descomposición". Pero, a diferencia del impacto que auguraban en un principio sobre el bloque de la derecha, ahora creen que la moción no robará votos al PP. En todo caso, al revés: "Conseguimos que el centro izquierda desencantado con Sánchez vea que no somos una opción hiperbolizada como Vox y que discrepamos de esa formación, y al votante de Vox le demostramos que somos la opción seria", decían fuentes populares el pasado miércoles.

Una vez tomada la decisión de que Feijóo no asistiría al debate, el equipo del presidente popular se empleó en buscarle una agenda "potente". Así fue como, dos semanas después, cerraban la reunión en la Embajada de Suecia en Madrid, que avanzó el propio líder del PP en su entrevista con 20minutos. "La agenda con embajadores nos prestigia", apuntan ahora fuentes del partido.

El líder de la oposición aprovechó la reunión para ganar músculo internacional y avanzar la que será su postura sobre Ucrania si llega a la Moncloa. Así, garantizó a los embajadores europeos que la postura de su Ejecutivo sobre la guerra "será única y acabará con el problema que genera que una facción del Gobierno [Podemos] apoye a Putin".

Así se pronunció el presidente popular durante un "largo debate" a puerta cerrada sobre la situación económica y financiera de España y sobre la reforma de las pensiones y "su necesaria sostenibilidad". Desde Génova remarcaban la relevancia del "anómalo" encuentro con un líder de la oposición, pues apuntaban a que el hecho de que embajadores de la UE muestren su interés por el líder del PP es "un síntoma político de que creen que tiene muchas posibilidades de que sea el próximo presidente del Gobierno".

Y este fue el mensaje que quiso trasladar en los siguientes dos días desde Bruselas. Mientras la portavoz parlamentaria popular, Cuca Gamarra, exigía a Sánchez desde la tribuna del Congreso que "convoque elecciones" porque "su tiempo se ha acabado y el de Feijóo está muy cerca", su presidente compartía con la presidenta de la Comisión Europea y del PP Europeo, Ursula von der Leyen, sus "preocupaciones en cuestiones de política nacional, el firme compromiso con Ucrania y el respaldo al ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN".

El Congreso ya había votado la fallida moción cuando Feijóo daba por explicado ante decenas de embajadores y miembros de su familia europea qué opinaba sobre lo que había ocurrido en la Cámara: "Un esperpento", como lo calificó tras su reunión con el PPE. Lo hizo tras días de silencio, como habían acordado previamente. "No buscábamos foco mediático, porque ganamos más cuando nuestros rivales les va mal, como ocurrió con el 'solo sí es sí' o el 8M", explica su equipo más cercano.

Alberto Núñez Feijóo aprovechó su ausencia de la agenda nacional para "reconstruir la imagen internacional de España y hacer una política que se merece España". El líder de la oposición se ha presentado en Europa como la "alternativa" a un Gobierno dividido con respecto a Ucrania y como solución a aquellos grupos como Vox que, dice el PP, aprovechan las instituciones con fines electorales.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento