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Daybue es el primer tratamiento contra el síndrome de Rett: ¿cuándo llegará a España?

Imagen de archivo de una niña con síndrome de Rett durante una sesión de musicoterapia.
Imagen de archivo de una niña con síndrome de Rett durante una sesión de musicoterapia.
Andy Cross/GETTY
Imagen de archivo de una niña con síndrome de Rett durante una sesión de musicoterapia.

Las llamadas enfermedades raras tienen una doble pegada. Es cierto que las compañías farmacéuticas suelen dejarlas de lado, porque consideran que no es rentable hacer grandes inversiones en tratamientos que van a ser muy minoritarios. Pero también muchos principios de fármacos se descubren en laboratorios del sistema público.

La segunda pegada es que son realmente difíciles de abordar; al ser enfermedades genéticas, no son curables. Incluso la terapia génica solo es aplicable para las que cumplen ciertas condiciones. Y dado que reemplazar directamente el producto del gen o los genes afectados, es decir, las proteínas, no suele ser fácil, solo cabe confiar en que la función perdida pueda recuperarse de algún otro modo, al menos parcialmente.

Todo esto implica que las expectativas de tratamiento de estas enfermedades siempre deben moderarse. Lo cual es difícil cuando se trata de padres y madres desesperados por una terrible enfermedad que afecta a sus hijos o hijas. Pero al menos en ciertos casos aparecen ayudas que pueden aliviar sus síntomas en alguna medida.

Esta semana hemos sabido de uno de estos casos. La agencia de fármacos de EEUU (FDA) ha aprobado el uso de un medicamento llamado Daybue, que en los ensayos clínicos ha mostrado la capacidad de mejorar en cierto grado los síntomas del síndrome de Rett.

Maduración neuronal

El síndrome de Rett es una enfermedad genética descrita en 1966, pero cuya causa no se descubrió hasta 1999. Se debe a un defecto en un gen del cromosoma X llamado MECP2; defecto que en la inmensa mayoría de los casos no es heredado de los padres, sino que aparece por mutación de novo, es decir, surge por un error espontáneo cuando se forma el genoma del embrión. Como con la inmensa mayoría de los genes, las funciones conocidas de MECP2 no son necesariamente todas sus funciones. Pero se sabe que su proteína producto sirve para controlar la expresión de otros genes. Cuando falta MECP2, se ponen en marcha genes que deberían estar silenciados, y se producen proteínas que no deberían producirse. En la práctica, esto afecta sobre todo al desarrollo y la maduración del sistema nervioso.

Los niños afectados por la mutación mueren antes de nacer o poco después, por lo que casi todos los pacientes son niñas y mujeres

Al estar el gen situado en el cromosoma X, el efecto es diferente según el sexo cromosómico de la persona. Con dotación cromosómica XY, no hay ninguna copia funcional del gen. Los niños suelen morir durante la gestación o poco después del nacimiento. Pero con doble cromosoma X, la copia sana compensa parcialmente el defecto. Por ello la casi totalidad de los pacientes son mujeres. En la infancia temprana comienzan a mostrar dificultades en todo lo que implica el control del movimiento, incluyendo el lenguaje, la alimentación y hasta la respiración, y pueden aparecer síntomas similares a los del espectro autista. Con el tiempo la gravedad puede variar, incapacitando por completo a las personas que la sufren, que pueden vivir hasta la mediana edad.

Como toda enfermedad genética, el síndrome de Rett no tiene cura. Pero gracias al Daybue, al menos ahora existe el primer tratamiento capaz de mitigar los síntomas.

El fármaco no es el producto de una investigación destinada a encontrar un tratamiento para el síndrome de Rett, sino de una casualidad afortunada. Hace 20 años la química neozelandesa Margaret Brimble, de la Universidad de Auckland, estudiaba compuestos para tratar los daños traumáticos en el cerebro. Una de las moléculas que investigaba, llamada GPE, es un tripéptido (tres aminoácidos unidos, glicina-prolina-glutamato) similar a un fragmento de una hormona natural llamada IGF-1. La propia IGF-1 no se utiliza como medicamento por sus efectos secundarios, pero en animales GPE tenía efecto neuroprotector, y aliviaba los síntomas en modelos animales del síndrome de Rett. El fármaco final, llamado NNZ-2566 o trofinetide, marca comercial Daybue, es una versión modificada de GPE, más estable y que puede tomarse por vía oral.

Acción desconocida

No se sabe cómo actúa el fármaco. Solo que en animales promueve la formación de prolongaciones y conexiones neuronales. Y es así como se ha podido esquivar la doble pegada. Si se hubiera intentado diseñar a propósito un medicamento específico contra el Rett, incluso si se hubiera invertido en un costoso proyecto, no se habría llegado al GPE.

El fármaco, desarrollado por la australiana Neuren Phramaceuticals, entró en ensayos clínicos contra el síndrome de Rett hace 11 años. La fase 3, la última y definitiva, se hizo en colaboración con la californiana Acadia Pharmaceuticals, que tiene la licencia para EEUU, Canadá y México. Se probó con 187 niñas y mujeres de entre 5 y 20 años. Se observaron mejoras en las pruebas de comunicación, movimiento y respiración, con efectos secundarios tolerables (sobre todo diarreas y vómitos). El ensayo concluyó en 2021, y el 10 de marzo de 2023 la FDA aprobó su uso en EEUU, donde estará disponible ya a finales de abril.

La gran pregunta: ¿cuándo llegará a España? Esto depende de la aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), pero Neuren aún no ha anunciado la presentación de solicitud en Europa, y solo menciona que actualmente está buscando socios para comercializar el fármaco en otras regiones del mundo. He intentado ponerme en contacto con la compañía, pero en estos casos raramente facilitan más información de lo ya publicado, porque cualquier otro dato no oficialmente comunicado puede afectar a sus relaciones con los inversores o a su cotización. Así que solo queda esperar pacientemente más noticias.

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