El primer y fugaz encuentro entre EEUU y Rusia desde que empezó la guerra confirma la distancia entre bloques en torno a Ucrania

Blinken y Lavorv durante la cumbre del G20 en India.
Blinken y Lavrov durante la cumbre del G20 en India.
LaPresse
Blinken y Lavorv durante la cumbre del G20 en India.

"No ha habido negociaciones". Una frase muy corta, pero suficiente para demostrar que la distancia entre Rusia y Estados Unidos es cada vez mayor, como quedó demostrado este jueves en la reunión de ministros de Exteriores del G-20. Nueva Dehli fue testigo del primer encuentro entre el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken desde el inicio de la invasión de Ucrania; y una breve conversación resultó ser suficiente para demostrar, de nuevo, que Moscú y Washington al final representan los dos bandos en Kiev. El día que las posturas se acerquen, si eso pasa, será como coronar una tarta con una cereza, pero ahora mismo Vladimir Putin lo que quiere es su trozo de pastel.

Los dos ministros han hablado durante unos diez minutos, según fuentes del Departamento de Estado citadas por la CNN y que han atribuido a Blinken la iniciativa de este encuentro, con el que básicamente Washington ha querido reiterar su apoyo a Kiev. El líder de la diplomacia estadounidense aprovechó también para instar a Rusia a levantar la suspensión el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), una decisión que la Casa Blanca califica como "irresponsable". Blinken ha recordado que dicho acuerdo estipula "límites verificables" para las dos potencias en materia de arsenal nuclear.

"El cumplimiento mutuo beneficia a los dos países. También es lo que espera de nosotros el resto del mundo", ha añadido el secretario de Estado, que se ha mostrado dispuesto a hablar sobre control de armas con Moscú "sin importar lo que esté ocurriendo en el mundo y en las relaciones" bilaterales. Mientras, desde el Kremlin confirmaron también el breve encuentro, que fue iniciativa de Blinken, pese a que incluso habían descartado horas antes la posibilidad siquiera de una conversación, alegando que estados Unidos "aboga por la escalada de conflictos en todo el mundo".

La foto de Blinken y Lavrov fue al fin y al cabo la portada de una reunión de ministros que llevó como firma el fracaso. En un lado, Occidente -escuderos de Kiev-; en el otro, Rusia y China. Y sobre Ucrania el consenso entre los dos bloques es inimaginable. El encuentro de este jueves repitió el mismo patrón que frustró la reunión de ministros de Finanzas del G-20 hace una semana, con Rusia y China mostrando su rechazo a los mismos dos puntos clave para el Grupo de los Veinte, que cada vez se topa con más dificultades para alcanzar un acuerdo conjunto.

"Se hizo un sumario porque hubo diferencias en el asunto de Ucrania, lo que no pudimos conciliar entre las partes con diferentes posiciones", dijo el ministro de Exteriores indio, Subrahmanyam Jaishankar, en una rueda de prensa para explicar los motivos que impidieron al grupo presentar un acuerdo conjunto. El resumen concreta que los puntos que condenan la invasión de Ucrania y el derecho a hacer valer "el derecho internacional y el sistema multilateral que salvaguarda la paz y la estabilidad" fueron rechazados de nuevo por Rusia y China.

Se hizo un sumario porque hubo diferencias en el asunto de Ucrania, lo que no pudimos conciliar entre las partes con diferentes posiciones

"La mayoría de los miembros condenaron enérgicamente la guerra en Ucrania y destacaron que está causando un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial: restringiendo el crecimiento, aumentando la inflación, interrumpiendo las cadenas de suministro, aumentando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera", reza el documento.

Sin embargo, "hubo otros puntos de vista y diferentes valoraciones de la situación y sanciones" que impidieron alcanzar una respuesta unánime a este punto tras los votos en contra de Rusia y China, continúa. Ambas naciones mantiene invariable su postura desde la cumbre de Bali del pasado noviembre, en la que no se logró un consenso precisamente por discrepar en estos puntos e Indonesia tuvo que emitir una declaración sumaria con los encuentros y desencuentros del grupo.

En ese escenario, Rusia culpa directamente a los aliados occidentales de Kiev de la falta de acuerdo. "Lamentablemente no se logró aprobar la declaración conjunta de los ministros del G-20, nuestros colegas occidentales, al igual que hace un año durante la presidencia indonesia, trataron con mentiras y declaraciones retóricas, de elevar a un primer plano la situación en Ucrania", espetó el propio Lavrov en rueda de prensa. 

Ucrania no acepta la paz a cualquier precio

Y mientras todos debaten sobre Ucrania, Ucrania asegura que no acepta la paz a cualquier precio frente a Rusia. El Gobierno de Volodimir Zelenski está dispuesto por ejemplo a sentarse con China, pero no considera aceptable la propuesta para el cese de las hostilidades que ha puesto Pekín sobre la mesa y que incluso Rusia ve con ciertas reticencias. En Kiev el discurso no cambia. "No aceptaremos algo que mantenga nuestros territorios ocupados y nuestro pueblo a merced del agresor", aseguró la embajadora ucraniana ante la ONU en Ginebra, Eugenia Filipenko, ante la Conferencia de Desarme.

Filipenko, de hecho, pide de forma implícita que no se hagan demasiados cálculos sobre cuánto tardará en llegar esa paz. "No se pregunten cuándo acabará la guerra, sino cómo ayudar a Ucrania a que la venza más rápidamente", les dijo a sus colegas. La representante ucraniana aseguró que la agresión militar provocó un grave desequilibrio en el sistema de seguridad global, "socavando la eficacia y la confianza en los regímenes de no proliferación de las armas de destrucción masiva".

Mientras, la UE también se mueve y el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha propuesto este jueves a los Estados miembros de la Unión Europea un plan de 1.000 millones de euros para el garantizar el suministro de munición de artillería a Ucrania, especialmente del calibre 155. 

La iniciativa parte del jefe de la diplomacia comunitaria que, según confirman varias fuentes diplomáticas, ha pedido a los Veintisiete un paquete de apoyo extraordinario de 1.000 millones, especialmente enfocado en el suministro de munición, tan pronto como se desbloqueen los 2.000 millones que los Estados miembros acordaron el pasado diciembre para reponer el Mecanismo Europeo para la Paz, el instrumento con el que la UE ha financiado el envío de armas a Ucrania durante la guerra.

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