Alimentar con comida congelada comercial a nuestros perros: "Suele dar menos problemas de alergias pero hay más riesgo de patógenos"

Un perro junto a su cuenco de dieta BARF o natural.
Un perro junto a su cuenco de dieta BARF o natural.
FatCamera / GETTY IMAGES
Un perro junto a su cuenco de dieta BARF o natural.

El mundo de la alimentación canina es cada vez más amplio. Desde piensos y hasta comidas naturales, hay muchas opciones por las que podemos optar a la hora de elegir la dieta de nuestros perros, ya que dentro de las dietas naturales hay diferentes tipos y, en cuanto a piensos se refiere, también hay muchas marcas donde elegir, pero... ¿Qué es lo más adecuado para ellos?

Cuando hablamos de dietas naturales, una de las opciones que nos podemos encontrar en el mercado son las raciones de alimento natural congeladas, que se venden en paquetitos y que las empresas se encargan de distribuir (ya sea a domicilio o a las tiendas de productos para mascotas).

Aunque también se puede congelar la dieta cocinada (la cruda siempre debe pasar por ese proceso), cuando hablamos de dietas congeladas nos referimos a un tipo de dieta natural que contiene carne/vísceras/huesos que están crudos, además de frutas y verduras

"Esta dieta se somete a un proceso de congelación para intentar destruir los parásitos y frenar el crecimiento bacteriano", explica Laura González, veterinaria y divulgadora en el canal de YouTube 'Tu veterinaria'.

Dietas congeladas vs naturales cocinadas y piensos

La congelación es la técnica que se utiliza para conservar el alimento, de forma que sea necesario el mínimo procesamiento para su conservación en buen estado. "Se puede llevar a cabo en el hogar, congelando la carne que se ha comprado fresca, o se puede adquirir de forma comercial, comprando directamente las raciones de alimento crudo que son congeladas por la empresa que lo vende", detalla González.

Con respecto de la dieta natural cocinada, "la carne cruda mantiene el 100 por cien de sus componentes debido a que al no ser sometida a ningún proceso de cocina no se degradan ni se destruyen sus componentes", añade la veterinaria.

"Es por esto que en perros alimentados con dieta 100 por cien natural cocinada, hay que suplementar sus comidas con ciertas vitaminas, minerales o aminoácidos para así mantener un correcto balance de estas sustancias en su organismo", añade González.

Además, otra ventaja es que con la dieta cruda "se pueden aportar huesos carnosos para favorecer la masticación, que además del aporte de nutrientes, es un recurso recreativo para los perros, mientras que los huesos cocidos se astillan con mucha facilidad", concreta la experta.

Cualquier carne o víscera que ofrezcamos a nuestro perro en crudo debe pasar previamente por un proceso de congelación

Con respecto de los piensos, la dieta congelada, al ser una dieta natural cruda, "suele dar menos problemas de alergia en comparación con los piensos secos". "Aportan mayor palatabilidad que las dietas ultra procesadas, lo que la hace una buena opción para aquellos perros mal comedores", explica González.

"También el aporte de nutrientes en las dietas naturales es de mejor calidad y aporta mayor cantidad de agua con respecto a los piensos secos", termina la veterinaria y divulgadora sobre las ventajas de las dietas naturales congeladas.

Peligros de las dietas naturales congeladas

No obstante, aunque a priori podríamos decir que la dieta natural congelada es más beneficiosa que la cocinada o los piensos comerciales, también debemos tener en cuenta una serie de peligros y prevenciones para asegurar tanto la salud de nuestros peludos como la nuestra propia.

"La principal desventaja de la dieta cruda es la presencia de microorganismos patógenos", afirma González. "Cualquier carne o víscera que ofrezcamos a nuestro perro para ser consumida en crudo debe pasar previamente por un proceso de congelación".

La veterinaria asegura que si la congelación se hace de forma adecuada, los parásitos que pueda contener la carne no supondrán ningún problema para su consumo, puesto que mueren; sin embargo, "hay bacterias como la Listeria, E.Coli o Salmonella, que sí sobreviven a este proceso".

"Aunque dejen de replicarse sus colonias durante el tiempo que la carne esté congelada, no mueren, y pueden seguir replicándose una vez la carne se haya descongelado", advierte.

Debemos tener mucho cuidado en la manipulación de los ingredientes, ya que al ser crudos, es muy fácil que se produzcan contaminaciones bacterianas

Otro aspecto importante es que, aunque en general los alimentos congelados mantienen bien sus propiedades, "la vitamina C sí se pierde durante la congelación, pudiendo llegar a perder las verduras y frutas congeladas hasta un 50 por ciento", añade González.

Además, también es importante cómo manipulamos este tipo de alimentos a la hora de ofrecérselas a nuestros peludos. "Debido a que cada carne puede tener un tipo determinado de parásitos, virus o bacterias, en función de su tipo, se necesitarán más o menos días de congelación, siendo no menos de 73 horas en la mayoría de los casos", explica la veterinaria.

"Ya sea la dieta en formato comercial o casero, debemos tener mucho cuidado en la manipulación de los ingredientes, ya que al ser crudos, es muy fácil que se produzcan contaminaciones bacterianas"; advierte. "Éstas pueden ocurrir ya sea mediante los utensilios de cocina, las tablas que usamos para cortar la carne, o con nuestras propias manos al manipular la carne cruda".

En el caso de las dietas congeladas comerciales, aquellas que pedimos a domicilio y que la empresa se encarga del proceso de congelación, "siempre nos darán ciertas instrucciones tanto de almacenamiento como de descongelado que debemos seguir para minimizar la contaminación por microorganismos", añade la veterinaria.

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