Los parquímetros y la restricción en la M-30 trasladan el 'efecto frontera' a nuevos barrios

Un parquímetro situado en una vía de la capital, en Madrid, (España), a 13 de enero de 2021. Tras la gran nevada provocada por el paso de la borrasca ‘Filomena’ el Ayuntamiento de Madrid ha decidido ampliar la suspensión del Servici
El Ayuntamiento de Madrid está utilizando la implementación de zonas SER como medida para combatir el efecto frontera, siempre y cuando así lo soliciten los vecinos
 Europa Press
Un parquímetro situado en una vía de la capital, en Madrid, (España), a 13 de enero de 2021. Tras la gran nevada provocada por el paso de la borrasca ‘Filomena’ el Ayuntamiento de Madrid ha decidido ampliar la suspensión del Servici

Aparcar en la ciudad de Madrid a veces puede ser complicado. Las nuevas restricciones a la circulación en la Zona de Bajas Emisiones y la implantación del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) en barrios de la capital exteriores a la M-30 está provocando un cambio en las zonas hasta ahora sin dificultades de aparcamiento.

El Ayuntamiento de Madrid está lanzando consultas ciudadanas para saber si a los habitantes de las ubicaciones afectadas les parece una buena solución la instalación de parquímetros para regular el estacionamiento. Una vez que estos dan el visto bueno, la medida llega a la Junta de Distrito y de ahí al Pleno de Cibeles.

Así, la ampliación de las zonas SER está propiciando que la presión de los aparcamientos se traslade a puntos en los que antes no había este problema pero que ahora, al colindar con calles que tienen parquímetros, comienzan a sufrirlo. Es lo que ocurría en la calle San Ambrosio, en el barrio de San Isidro. Esta vía está pegada al área de Los Cármenes en la que se instalaron los parquímetros hace casi un año. Desde entonces, el número de coches externos que llegaban a la zona a aparcar aumentó significativamente. Por este motivo, el Ayuntamiento lanzó una consulta vecinal que ha resultado en la aprobación del estacionamiento regulado en ese punto. Lo mismo ocurre en los barrios próximos a zonas como Ciudad Lineal o Puerta del Ángel que acaban de estrenar la regulación con parquímetros a petición vecinal.

Qué es el efecto frontera

El pasado 1 de enero entró en funcionamiento la nueva Zona de Bajas Emisiones, que extendió las restricciones a la circulación a la M-30. Esto ha supuesto un problema para los madrileños que viven a las afueras de la almendra central y que tienen que trasladarse hasta allí cada día para acudir a sus puestos de trabajo. Por este motivo, los vehículos que no cuentan con etiqueta medioambiental aparcan en las zonas limítrofes donde no hay parquímetros y continúan su trayecto en transporte público.

La consecuencia de esta decisión es que algunos de estos barrios, sobre todo los que tienen buenas conexiones de autobús, Cercanías o Metro, están sufriendo lo que se conoce como efecto frontera. Se trata de una saturación de las plazas de aparcamiento, de manera que los residentes de las zonas afectadas se encuentran con dificultades para poder estacionar sus vehículos. 

El Ayuntamiento trata de atajar la situación con la implantación de nuevas zonas SER. Actualmente, hay cerca de cincuenta barrios de la capital en los que ya hay parquímetros. Las últimas incorporaciones fueron Valdezarza, en el distrito de Moncloa-Aravaca, Pueblo Nuevo, Atalaya, San Juan Bautista y Concepción, en el distrito de Ciudad Lineal. Sin embargo, el resultado es que el efecto frontera se ha trasladado a otras calles.

Piden más zona SER en Ciudad Lineal

El distrito de Ciudad Lineal es uno de los afectados por la presión que ejercen los coches no residentes en el aparcamiento. Se han realizado varias consultas populares para saber si los vecinos de ciertos barrios estaban de acuerdo con la implantación de los parquímetros para disolver esa acumulación. La primera votación era respecto a Ventas, Quintana, San Pascual y Colina; y la segunda a Pueblo Nuevo, Concepción, San Juan Bautista y Atalaya. 

Sin embargo, el problema no ha desaparecido en el distrito. Los vecinos del barrio de Bilbao temen que, una vez comiencen a funcionar los parquímetros en abril, las plazas que dejen de estar libres sean las suyas. Tampoco están conformes con el plan que el Consistorio ha establecido en Pueblo Nuevo para instalar los parquímetros. Aseguran que la manera progresiva en la que plantean hacerlo provocará que las calles donde más tarden en llegar acabarán saturándose más de lo que están en la actualidad.

Saturación en las calles de Begoña

Los vecinos del barrio de Begoña, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, llevan quejándose desde hace años del efecto frontera. Critican que todas las mañanas hay colas de coches desde las 07.00 horas tratando de ocupar los huecos que dejan los residentes cuando se van a trabajar. El problema en esa zona de la capital se ve agravado debido a que además del efecto frontera, se produce una aglomeración de coches por los usuarios que acuden a los hospitales Ramón y Cajal y La Paz. 

Han denunciado la situación en múltiples ocasiones y, de hecho, el Ayuntamiento de Madrid publicó hace dos años un informe en el que se demostraba que el vecindario estaba al 120% de su capacidad. Como solución, los vecinos proponen hacer un parking gratuito, aunque la idea todavía no han conseguido que se lleve a cabo la idea.

Presión en Moscardó por la Zona de Bajas Emisiones

"El efecto frontera en Moscardó no es algo nuevo, llevamos 5 años así", explica José, miembro de la Asociación de Vecinos del barrio situado en el distrito de Usera. No solo es complicado aparcar debido a los coches que vienen de las afueras, sino que también hay "muchos camiones estacionados durante varios días, lo que resta notablemente el número de plazas disponibles". 

Manuela Carmena creó en la Ordenanza de Movilidad la figura del aparcamiento vecinal. Se trataba de un espacio destinado únicamente para los residentes y que no suponía coste para ellos. Sin embargo, la llegada de Almeida a Cibeles acabó con esta propuesta y plantearon como única solución al efecto frontera la implantación de zonas SER. Aunque los vecinos de Moscardó habrían preferido la medida de la anterior alcaldesa, creen que los parquímetros ayudarían a suavizar la presión. 

"La concejala del distrito de Usera— Loreto Sordo Ruiz— se comprometió a hacer una consulta vecinal sobre la posible implantación del aparcamiento regulado. Se está acabando el mandato y todavía no se ha llevado a cabo", critica José. La única zona en la que han notado menos saturación es en el lateral de la calle de Santa María de la Cabeza que colinda con Plaza Elíptica. La implantación de las restricciones a la movilidad rodada, provocó que muchos vehículos ya no pudiesen acceder a esta vía. 

Sin embargo, el tráfico que antes soportaba ese punto del barrio se ha mudado, según indican desde la asociación vecinal, a otros puntos como Almendrales, Moscardó o Zofio. "Queremos que los vecinos puedan estacionar en su barrio y que tengan prioridad para hacerlo", defiende José. "La mayoría no tiene garaje privado y los dos parkings públicos que existen están siempre ocupados", añade.

La presión se muda a nuevas calles de Los Cármenes

Los Cármenes se caracteriza por su forma alargada. Dentro de él, existen amplias zonas verdes, alejadas de las viviendas. Los vecinos de la zona han notado "una reciente y masiva ocupación de plazas" en ese punto del barrio. El motivo es que en las calles más cercanas a la M-30 el parquímetro lleva instalado desde hace casi un año, pero no afecta a todo el barrio, por lo que se ha incrementado la presión en los puntos sin zona SER .

Desde la Asociación Vecinal La Fraternidad de Los Cármenes no ven el estacionamiento regulado como una medida eficiente para acabar con el problema. Creen que solo favorece a las zonas donde hay una gran carga comercial,  "algo que no ocurre aquí", explican. "La zona SER solo traslada el problema del aparcamiento de unos barrios a los aledaños", argumentan. Defienden que sería mejor pintar más plazas de estacionamiento.

Sin hueco para los residentes de Virgen del Cortijo

La mayor parte de los pisos en el barrio de Virgen del Cortijo, en el distrito de Hortaleza no tienen garajes propios, según apuntan vecinos de la zona. Hay pocas plazas en las calles y suelen ser ocupadas por pacientes que acuden al HSM Sanchinarro, a los multicines, al ambulatorio o al campo empresarial que allí se ubica. "Llevamos mucho tiempo siendo un barrio frontera, pero ha empeorado la situación", explica María Martín, miembro de la Asociación de Vecinos Virgen del Cortijo.

La única solución que podría aliviar la situación a día de hoy sería la implantación de parquímetros, según María. Sin embargo, no plantearán la idea a la Junta del Distrito hasta haber hablado con los vecinos del barrio. Lo harán una vez que se haya consolidado el nuevo equipo de Gobierno de la ciudad tras los comicios del 28 de mayo. "Ahora mismo, a víspera de elecciones, es buen momento. Intentaremos llevarlo a cabo con el nuevo Consistorio", comenta María. 

Sin plazas en San Isidro, pero con garajes inundados

"Cuanto más se restringe la circulación en la M-30, más coches se acumulan en los alrededores" aseguran desde la Asociación de Vecinos de Alto San Isidro. "Es una medida incómoda, pero al molestar ayuda a reducir el uso del coche", añaden. Sin embargo, también es una de las razones por la que las calles del barrio de San Isidro, en Carabanchel, suele tener una alta aglomeración vehículos aparcados.

Creen que la solución al efecto frontera no reside en las zonas SER. "Sería absurdo sacar dinero a vecinos que ya no tienen capacidad adquisitiva", explica la Asociación de Vecinos de Alto San Isidro. Cree que la opción más viable sería mejorar las instalaciones de aparcamiento, debido a que "no están asfaltadas y cuando llueve se convierten en un barrizal". Además, piden que la Comunidad de Madrid adjudicase todos los garajes de vivienda social que llevan 30 años sin propietarios para que los ocupantes de los pisos puedan dejar ahí sus vehículos.

A pesar de ello, los parquímetros ya han empezado a llegar a la zona. El pasado 2 de marzo, el Ayuntamiento de Madrid dio el visto bueno a la medida en el paseo de San Illán, el paseo del Manzanares y la calle San Ambrosio. Se trata de unas vías que colindan con la M-30 y con los parquímetros que se instalaron hace aproximadamente un año en el barrio de Los Cármenes.

Un efecto frontera más ligero

Alrededor de la M-30 hay más zonas que sufren el efecto frontera. Es el caso de Valverde, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Allí las causas no son solo la proximidad a la Zona de Bajas Emisiones, sino también la existencia de dos polígonos industriales y uno empresarial. Esto ha provocado que los trabajadores de estas instalaciones ocupen las plazas que hay en las calles. Según César desde la asociación vecinal, "todavía no es un problema grave, pero está empezando a crecer cada vez más". Detalla que las zonas que más vehículos acumulan son la boca de Metro de Tres Olivos y Fuencarral, ya que muchas personas estacionan allí para continuar su trayecto en tren.

El intercambiador de autobuses de Moratalaz sería el punto de mayor controversia en este vecindario. Los madrileños llegan de localidades como Rivas o Arganda, aparcan ahí su coche y continúan el recorrido en autobús.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento