Rusia aumenta su ofensiva, lleva la guerra a otra escalada e incrementa la urgencia de Occidente por ayudar a Ucrania

Los equipos de artillería ucranianos disparan hacia las posiciones rusas en Bakhmut, el 5 de febrero de 2023.
Los equipos de artillería ucranianos disparan hacia las posiciones rusas en Bakhmut, el 5 de febrero de 2023.
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Los equipos de artillería ucranianos disparan hacia las posiciones rusas en Bakhmut, el 5 de febrero de 2023.
Equipos de artillería ucraniana en Bakhmut
Wochit

Los ojos del mundo estaban puestos en la primavera pero Rusia ha decidido incrementar su ofensiva seguramente antes de tiempo y ha vuelto a poner en un brete a Occidente. El Kremlin ha acelerado sus ataques, sobre todo en el este (el Donbás sigue siendo el centro fundamental de las hostilidades) y los aliados de Ucrania saben que tienen que acelerar su apoyo. Los tanques, que iban a tardar en llegar, tendrán que estar en manos de las tropas de Volodimir Zelenski lo más rápido posible.

Pero los avisos y los hechos de Moscú no solo son directamente hacia Kiev, sino a Occidente en general. Así, Rusia habría iniciado el despliegue en el mar Báltico de barcos equipados con armamento nuclear, lo que supone una hito inédito en tres décadas, según un informe de los servicios de Inteligencia de Noruega, que incluye también el envío de submarinos. 

Se trataría de buques de la Flota Norte, que en la época de la Guerra Fría ya navegaba con armas atómicas para dar cuenta del potencial armamentístico de la desaparecida Unión Soviética. Noruega no tiene constancia de que la Rusia moderna haya recurrido nunca a este tipo de despliegues, según el estudio citado por Politico. El país nórdico considera además que se trata de una forma de atizar de nuevo el miedo a la guerra nuclear.

En ese contexto, y con cuatro frentes abiertos por parte de Rusia en el Donbás, que pueden suponer importantes avances en las próximas semanas, Zelenski sigue reclamando aviones de combate. Quiere protegerse por tierra, mar y aire. Pero los aliados apuestan por la cautela. Eso por eso por lo que el grupo de Ramstein, la coalición militar de más de 50 países que apoya a Ucrania bajo el liderazgo de Estados Unidos, ha reafirmado este martes su respaldo militar a Kiev, pero sin entrar de lleno en el asunto de los cazas. Habrá tanques, pero para los aviones Ucrania tendrá que esperar. "No tengo anuncios que hacer sobre los cazas", aseguró el secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin.

¿Y los carros de combate llegarán? Sí, pero Occidente trata de acortar los plazos en la medida de lo posible. Polonia, Canadá, Alemania, España, Portugal, Noruega, Dinamarca y Países Bajos han lanzado el suministro que está en sus manos y precisamente la ministra de Defensa, Margarita Robles, sí ha hablado del plazo de finales de marzo o principios de abril para que los tanques y las tripulaciones entrenadas en Europa estén listas para entrar en combate.

Ahora la iniciativa de la guerra la tiene Rusia, y Putin quiere aprovecharlo con otro importante despliegue de tropas. Por eso el objetivo de Ucrania y de sus socios es que en primavera las fuerzas de Kiev puedan recuperar la iniciativa. "Ucrania espera poder realizar una ofensiva en primavera, por lo que todos los socios en el grupo de contacto deben asegurar que tenga las capacidad y el sostenimiento para que las acciones sean efectivas y generen un impacto", sostuvo Austin. La OTAN trabaja ahora por lo tanto desde el cortoplacismo.

Para Estados Unidos el frente de guerra es estable y los mayores movimientos se perciben en Bajmut, donde ha dicho que Rusia libra una "guerra de desgaste", movilizando muchas tropas poco entrenadas y pobremente equipadas y asumiendo un alto coste en vida humanas. "No hay maniobras sofisticadas, sino mucha artillería y muchas bajas", describen desde la Casa Blanca. Las tres partes del conflicto, Ucrania, Rusia y Occidente, llevan tiempo asumiendo que las hostilidades irán para largo y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, incide en la importancia de tomar decisiones en función de cómo se desarrollen los acontecimientos.

Vamos a seguir trabajando para abordar las necesidades más urgentes de Ucrania

"Vamos a seguir trabajando para abordar las necesidades más urgentes de Ucrania", reiteró Austin, recalcando que es una "tarea monumental" coordinar todos los sistemas ofrecidos por los aliados de Ucrania y darles una plataforma y sostenibilidad, esto es con el suministro de componentes y repuestos, para que puedan marcar una diferencia en el campo de batalla. En cambio, Estados Unidos reconoce que Moscú tiene una "cantidad sustancial y gran capacidad" en el frente aéreo. "Por eso enfatizamos que hay que dar tantos sistemas antiaéreos como sea posible", concluyó, sin que eso signifique dotar a Ucrania de los cazas que tanto reclama.

Mientras, Rusia parece estar incorporando nuevos elementos en la guerra, con el lanzamiento de globos con reflectores de esquina. Este tipo de reflectores están diseñados de tal forma que reflejan la luz hacia el punto desde el que se miren, deslumbrando así al observador y han sido avistados también en Moldavia, según denunciaron tanto Kiev como Chisinau. Esta técnica se ha vuelto incluso común en las últimas semanas, con varios países que han denunciado la aparición de objetos sospechosos sobre su espacio aéreo, especialmente globos meteorológicos. El primero fue Estados Unidos, que derribó un supuesto globo espía chino. Pekín, por su parte, reconoció la existencia del objeto si bien incidió en su fin científico y meteorológico.

No obstante, esa iniciativa rusa no está exenta de pérdidas. Y es que el Ejército de Putin ha fracasado en su intento de tomar la ciudad de Vuhledar, en la región de Donetsk, una derrota que le ha costado numerosas bajas y la pérdida de una importante cantidad de equipamiento militar, como carros de combate, según han subrayado las autoridades militares ucranianas.

Vuhledar es un destacado centro minero al suroeste de la ciudad de Donetsk, con una especie de ataque suicida en campo abierto, que permitió al ejército ucraniano destruir con facilidad las unidades enemigas. Una brigada de casi 5.000 soldados fue aniquilada prácticamente por completo y al menos 130 blindados fueron destruidos por el ejército ucraniano, según distintas fuentes. El movimiento de tropas hacia el este parece una evidencia, por lo que la batalla -más allá de los choques propiamente dichos- está en quién toma la iniciativa. Ahora está en manos de Rusia. Que pase a ser ucraniana dependerá en gran medida de cuándo y cómo llegue la ayuda occidental.

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