El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha acordado este lunes el ingreso en prisión incondicional de Yasin Kanza, el joven marroquí detenido por el presunto ataque yihadista de Algeciras, al considerar que concurren todos los requisitos para adoptar esta medida (gravedad de los hechos, riesgos de fuga y de reiteración delictiva). El presunto autor de la muerte del sacristán Diego Valencia ha sido imputado por un delito de asesinato y lesiones con fines terroristas y podría enfrentarse a una pena de prisión permanente revisable.  

Según ha comunicado la Audiencia Nacional, el juez ha tomado declaración al detenido, que ha contestado durante varias horas a sus preguntas y a las de la Fiscalía, y ha concluido que "los indicios recopilados sustentan que la actividad desarrollada por Yasin Kanza se puede calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica, como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán".

Kanza, según el magistrado, "no había aparecido como peligroso en la inteligencia policial". "No solo se desconocía su rigorismo religioso, sino que no se había visto inmerso en ningún tipo de altercado o incidente que hubiera podido generar algún tipo de actuación policial". Sin embargo, "ello no impide" que no se aprecie un "proceso de radicalización religiosa" que desencadenó el pasado miércoles en el ataque yihadista. 

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El magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6, que mantiene la causa bajo secreto de sumario, ha estudiado las declaraciones de los testigos recogidas en el informe policial y ha observado que el adoctrinamiento de Kanza fue "rápido", pues "tuvo lugar en el último mes". 

Así, indica que, según los testigos, el detenido solía consumir alcohol y hachís hasta que cambió sus hábitos "de manera radical". Kanza comenzó a escuchar el Corán a través de audios guardados en su teléfono móvil poco antes de cometer el atentado. Incluso a través de sus redes sociales se puede observar un cambio drástico producido en las últimas semanas, según Gadea. 

Por otro lado, las diligencias practicadas hasta el momento parecen indicar, según el juez, que Kanza actuó solo, tal y como ha reconocido él mismo. El autor del atentado, continúa, "mantenía y mantiene un compromiso implícito con su visión del islam" y se encuentra "plenamente radicalizado en terrorismo yihadista". El joven marroquí ha declarado hasta en dos ocasiones, ante la policía y el juzgado, y "es capaz de reproducir en esencia los aspectos más importantes de su acción". Mantuvo "en todo momento" el control de la situación. 

Así lo indica el magistrado, que se refiere al ataque como una conducta "consciente" y llevada a cabo con un objetivo definido. Por todo esto, ha considerado que el detenido se identifica con un perfil de "terrorista autoadoctrinado que actúa de modo individual no vinculado directamente con una organización terrorista". 

Cronología del ataque

La semana pasada, tras producirse los ataques, el juez instructor autorizó a la Policía Nacional para que entrara a registrar el domicilio del atacante. La Policía entró en la vivienda de Kanza, donde encontró un pendrive con contenido yihadista "muy básico", según informaron a Europa Press fuentes de la investigación. En el auto, de 19 páginas, Gadea aportaba una minuciosa descripción de lo acontecido en el breve recorrido que separa las iglesias de San Isidro, Nuestra Señora de La Palma y la capilla Europa, en Algeciras. 

El magistrado explicaba como Yasin Kanza visitó el primero de estos tres templos en torno a las 18.30 horas del miércoles 25 de enero. Tras una trifulca con los feligreses, el joven marroquí se marchó del lugar y regresó, esa misma tarde, portando un machete de grandes dimensiones. Allí agredió "de forma súbita" al sacerdote con el arma y trató de atacar a uno de los asistentes de la misa que acababa de celebrarse. 

Acto seguido, Kanza se encaminó hacia la iglesia de Nuestra Señora de la Palma y se topó con Diego Valencia, que salía del santuario por la puerta trasera. Tras sobrevivir a la primera acometida del yihadista, Valencia huyó hacia el centro de la plaza de la iglesia hasta que el joven lo alcanzó. Una vez el religioso quedó tirado en el suelo, Kanza sujetó el machete con ambas manos y, "alzando la mirada al cielo" mientras gritaba en árabe, le asestó una última estocada mortal. 

Tras asesinar al sacristán, el atacante emprendió "de forma muy tranquila" su camino hacia el tercer y útimo lugar de culto, la capilla Europa. En esta pequeña ermita situada en la misma plaza donde falleció Diego Valencia, la Policía detuvo Yasin Kanza sin que este opusiera resistencia.