2.800 barceloneses se forman en un año en nuevas masculinidades: "No sabía expresar emociones y eso me daba problemas"

  • Los usuarios del Centro de Masculinidades Plural del Ayuntamiento tienen una media de 37 años.
  • Eduard aprendió a dejar de ser "un bloque de hielo", y Gerard, a saber "cómo actuar" ante su mujer embarazada.
Eduard, un alumno del Centro de Masculinidades Plural, caminando por Barcelona.
Eduard, un alumno del Centro de Masculinidades Plural, caminando por Barcelona.
MIQUEL TAVERNA
Eduard, un alumno del Centro de Masculinidades Plural, caminando por Barcelona.

Explica Eduard Alegre, un barcelonés de 37 años que trabaja en una entidad financiera, que un día se dio cuenta de que llevaba toda la vida intentando reafirmar con todo lo que hacía que era un hombre. O más bien, lo que se ha entendido tradicionalmente por ser un hombre: "mostrar fortaleza" y nunca debilidad, y "perseguir el éxito siempre en el trabajo, con las mujeres, en los deportes, en todo", para ser "un triunfador".

"Esto me restaba mucho y me generaba problemas", afirma Eduard, pues dice que, por un lado, vivía con "un estrés y una autoexigencia constantes", y por el otro, "no sabía" expresarse "emocionalmente". "Estaba a punto de romperse mi pareja y no era capaz de reaccionar, estaba bloqueado", recuerda. Apostó entonces por revisarse y tratarse.

Empezó a ir a terapia y, en paralelo, una amiga le mandó una noticia de un diario que informaba de unas novedosas instalaciones que abrió hace poco más de un año el Ayuntamiento de Barcelona: el Centro de Masculinidades Plural. Este pretende que los hombres salgan del cliché que les ha perseguido durante años por el mero hecho de ser hombres, y que sean un agente más en la lucha feminista. En su primer año de vida, ya ha atraído a más de 2.860 usuarios, según datos del consistorio. "Me interesó enseguida y me apunté", cuenta Eduard.

Eligió una formación para “promover la perspectiva feminista entre los hombres”, de tres sesiones por trimestre, que junto a la terapia, hizo que se empezara a sentir mejor. “Con todo este trabajo, conecto mucho más con las emociones y he tenido momentos de emocionarme y de disfrutar de eso”, asegura. Apunta como ejemplo un sábado en que tuvo con su pareja una conversación, que hizo que se le cayeran “las lágrimas” al recordar “los episodios de la vida que había pasado con ella”. Antes, dice, era “un bloque de hielo”.

Eduard ha dejado de estar siempre preocupado por "mostrar fortaleza".
Eduard ha dejado de estar siempre preocupado por "mostrar fortaleza".
MIQUEL TAVERNA

Eduard explica también que la formación que recibe en el Centro de Masculinidades Plural, de la mano de un psicólogo y un trabajador social, le ha servido para ver que no está solo “a la hora de querer romper con un modelo”, pues acuden a las sesiones otros hombres en su misma situación. “Esto te empodera para sentirte más fuerte en tus relaciones, para poderte en un momento determinado posicionar y decir que algo te incomoda”, añade.

En parte, a raíz de la formación recibida en el centro, cuenta, ha puesto en marcha un podcast sobre masculinidades junto a un amigo y dos amigas, en el que colaboran especialistas. Se llama Hijxs de Boomers.

Gerard fue a un curso de paternidad

Como Eduard, Gerard Moreno, de 33 años, director de una instalación deportiva y también barcelonés, acudió a un cursillo del Centro de Masculinidades Plural, pero en su caso, fue de acompañamiento a la paternidad. Explica que cuando su mujer, Mireia, estaba embarazada, su comadrona del Centro de Atención Primaria les recomendó una formación para padres y madres en el ambulatorio. Como su horario laboral no le permitía asistir con ella, la matrona le habló del curso de Plural, y se inscribió.

“En las sesiones compartimos inquietudes, hablamos de cómo nos sentimos, te enseñan cómo puedes ayudar a la madre durante el embarazo, a entender sus altibajos emocionales, cómo darle masajes, a comprender el momento por el que están pasando”, cuenta. Y añade: “Los hombres estamos mucho menos preparados que las mujeres. Ellas tienen un sentimiento maternal, se informan más, se involucran más… Nosotros somos algo más pasotas”.

Gerard asegura que con el cursillo pasó “de tener unas nociones básicas a tener nociones de cómo actuar en todo momento” mientras Mireia estaba embarazada. “Es recomendable 100%”, dice. Agrega, además, que hizo buenas migas con los otros padres que participaron en el cursillo y que les “echa de menos”. “Tenemos un grupo de WhatsApp y hemos pactado hacer una quedada una vez al mes con los niños para poner en común vivencias”, explica.

El balance municipal

Según datos municipales, los más de 2.860 usuarios que ha tenido el Centro de Masculinidades Plural en su primer año en marcha han participado en 280 sesiones de actividades.

Los ejes que más se han trabajado han sido la prevención y la sensibilización frente a las violencias machistas y el fomento de modelos de crianza positivos. El resto de actividades se han centrado en la revisión de los nuevos modelos de masculinidades, en el cambio social que generan, y “en la implicación de los hombres en la justicia de género”.

La edad media de los participantes en las sesiones del Plural es de 37 años y el 75% de ellos son residentes en la ciudad de Barcelona. Proceden mayoritariamente de los distritos de Gràcia, Sant Andreu y Sants-Montjuïc. 

La teniente de alcaldía de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, celebra el primer año del centro. “El Plural demuestra la importancia de ofrecer espacios que también involucren explícitamente a los hombres en la consecución de una sociedad feminista”, apunta, y añade que “genera un interés y una participación importantes por parte de la ciudadanía”. “En lo sucesivo, esperamos continuar ampliando el abanico de actividades para que participen todavía más personas”, afirma.

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