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La adopción especial en España: "Hay pocas familias que se atrevan a traspasar la barrera de la discapacidad intelectual"

Unos padres con una hija con síndrome de Down
Unos padres con una hija con síndrome de Down
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Unos padres con una hija con síndrome de Down

La adopción de niños con necesidades especiales es una realidad heterogénea entre los distintos países. Varía su denominación, pero también el perfil de niños considerados dentro de la categoría. En España, se suele calificar como 'adopción especial', aunque no se trata de un nombre oficial, y forman parte de ella, menores con especiales necesidades o condiciones de vida debido a su discapacidad o a una enfermedad crónica. No es el caso de otros países, menos desarrollados o con sistemas sanitarios más deficientes, en los que niños con patologías leves, como una alergia al gluten, pueden formar parte de este tipo de adopción.

"El concepto de la adopción especial cambia espacial y temporalmente. Es un concepto correoso, que esconde una realidad un poco vergonzante y es que adopción especial es aquella en la que hay que buscar familias especiales porque las familias de la lista normal no se ofrecen a adoptar un cierto tipo de menores ya sea por cuestión de raza, sexo, edad o condición médica", asegura Antonio Ferrandis, jefe del Servicio de Adopción Nacional e Internacional de la Comunidad de Madrid.

¿De cuántos niños estamos hablando? En cifras, varían también. De un total de 675 niños adoptados en España en 2022, según los últimos datos publicados por el Observatorio de Infancia del Ministerio de Derechos Sociales sobre adopción nacional, 62 eran niños con discapacidad. Una cifra mayor que la de años anteriores: 2020 (13) y 2019 (35). Ferrandis asegura que siempre hay suficientes familias para adoptar a estos niños, e incluso "muchas no hacen faltan": "Un 10% de las familias se ofrecen tanto a la adopción convencional como especial. En la Comunidad de Madrid tenemos entre 50-100 familias que se ofrecen a acoger a estos niños, pero solo entre 5-10 niños. Ha habido años donde hemos tenido 7 y otros donde hemos tenido 3, como el año pasado".

Discapacidades sensoriales, físicas e intelectuales

Los niños con discapacidades permanentes sensoriales, enfermedades físicas y discapacidades psíquicas o intelectuales son los tres grandes grupos de menores considerados de adopción especial. Sin embargo, dependiendo de la comunidad autónoma, la familia deberá seleccionar entre varios tipos de discapacidad o enfermedad cuando haga su ofrecimiento como adoptante, en un primer formulario. En el caso de la Comunidad de Madrid, existen distintas categorías:

  • Pérdida total de visión o limitación severa de la capacidad visual.
  • Pérdida total de audición o limitación severa de la capacidad auditiva.
  • Enfermedades o malformaciones que afectan a su salud física, pero no al desarrollo intelectual, que precisen tratamientos médicos y/o quirúrgicos (cardiopatías, malformaciones del sistema digestivo o excretor, labio leporino…).
  • Enfermedades crónicas de origen infeccioso (Hepatitis C, VIH…).
  • Dificultades del movimiento y desarrollo muscular o esquelético (por parálisis cerebral, lesión medular, malformación o falta de miembros…).
  • Retraso madurativo severo, daño neurológico o síndromes congénitos (como el Síndrome de Down), que presentan o pueden presentar en el futuro discapacidad intelectual.
  • Trastornos de salud mental que implican alteraciones significativas del comportamiento, las emociones, la comunicación o la sociabilidad (autismo, trastorno general del desarrollo…).

Además, la familia tendrá la posibilidad de especificar cualquier otra categoría que considere oportuno. Este formulario supondrá el primer filtro, ya que más adelante deberán precisar un ofrecimiento más adaptado a sus posibilidades.

La discapacidad intelectual, la más rechazada

Los niños con discapacidad intelectual son los que tienen más complicado encontrar familia, ya que suponen un mayor número en comparación con otras discapacidades, pero menos familias se ofrecen a adoptarlos: "De entre 5 y 10 ofrecimientos que recibimos al año para este tipo de discapacidad, es posible que hagan falta todos, ya sea en Madrid u otras comunidades".

Son familias muy sensibilizadas, conocedoras de esta realidad por familiares cercanos o incluso con alguna discapacidad en su propia familia

"La discapacidad intelectual es una barrera que muy pocas familias se atreven a traspasar y, sin embargo, es la más necesaria, no porque haya muchos casos sino porque los pocos que hay tenemos que encontrarles una familia", comenta Ferrandis. Esta discapacidad "supone un desafío importante", admite Ferrandis, y las familias que se ofrecen a adoptar a estos menores suelen estar "muy sensibilizadas por estos temas, son conocedoras de esta realidad por familiares cercanos o incluso ya tienen alguna discapacidad en su propia familia".

Un ofrecimiento "meditado y fundamentado"

Las familias que se ofrecen para adopción especial, en cualquiera de sus categorías, no deberán cumplir con ningún requisito adicional a los existentes para el procedimiento convencional. No obstante, subrayada el jefe del Servicio de Adopción Nacional e Internacional de la Comunidad de Madrid, su ofrecimiento tiene que ser "meditado y fundamentado, tienen que estar preparados para ello".

No se les exigirá, por tanto, un cierto nivel cultural, formación médica o un mínimo de ingresos económicos: "Tendrá que ser, simplemente, un ofrecimiento realista con las posibilidades de la familia". En cualquier caso, "en ningún caso se trata de convencer a la familia a que haga un ofrecimiento incompatible o que no sientan. El único factor que ha demostrado el éxito en las adopciones es el entusiasmo, no el dinero, ni la experiencia, ni la edad, ni la formación cultural", añade.

Tampoco tendrán preferencia las parejas sobre las familias monoparentales, ni las familias con hijos sobre aquellas que no tienen: "Unos 2/3 de las familias que se ofrecen para adopciones especiales ya tienen hijos. Esto es positivo para algunos niños con discapacidad, pero puede no serlo para otros", afirma Ferrandis.

Teniendo en cuenta este amplio margen, el jefe de adopciones de la Comunidad de Madrid señala que suelen ser "familias con un plus de madurez, autorrealización, una clara conciencia de fortaleza familiar y una red de apoyo, que muchas veces no están esperando crear su modelo familiar, sino que ya han creado uno". 

Proceso de adopción especial

El proceso para adoptar a un niño con necesidades especiales consta de diferentes pasos que son prácticamente iguales en todas las comunidades autónomas, salvo ligeras variaciones de contenido. En concreto, consta de seis fases:

  1. Ofrecimiento: la familia se ofrece a través de una instancia para adopciones especiales.
  2. Reunión informativa: cada cierto tiempo, se les explica la realidad de la adopción, las familias que hacen falta y se les pregunta si quieren seguir adelante.
  3. Formación: el grupo, ya reducido a la mitad, acude a un curso de formación de varias sesiones, para prepararse y reflexionar sobre el significado de la adopción y, en el caso de adopción especial, lo que supone el acompañamiento del niño, su aceptación, defensa ante terceros, integración en la familia, etc.
  4. Estudio psicosocial: psicólogo y trabajadora social realizan las entrevistas y visitas oportunas a la familia.
  5. Valoración y aceptación del ofrecimiento por parte de la Comisión de Tutela del Menor.
  6. Periodo de espera hasta que se necesite el ofrecimiento. Llegado el momento, se hace la propuesta a la familia, acepta y se inicia la convivencia con la familia.

La Comunidad de Madrid abre cada cinco años un registro de personas que se ofrecen a la adopción nacional, en un plazo que se cierran a los tres meses habitualmente. Sin embargo, la adopción especial siempre está abierta. "Si alguien se quiere ofrecer para adopciones especiales se puede presentar en cualquier momento", aclara el jefe de adopciones de la Comunidad de Madrid.

Los adultos esperan hasta que hagan falta. El que no espera nunca es el niño

Captación de familias

En adopción, cuenta Ferrandis, prima una máxima: "Los adultos esperan hasta que hagan falta. El que no espera nunca es el niño". Por ello, "siempre tiene que haber un número de familias entrevistadas, preparadas y formadas para que, en el momento que haya un niño abandonado y necesite una familia definitiva, en el plazo de 15 días la tenga. Nosotros tenemos siempre unas cinco familias preparadas para la discapacidad psíquica, dos o tres para discapacidad sensorial y dos o tres familias para enfermedad física".

A pesar de que siempre hay ofrecimientos suficientes, subraya Ferrandis, es necesario seguir buscando familias "dispuestas a afrontar el desafío". Para ello, la Comunidad de Madrid colabora con el Consejo Nacional de Enfermería, la Fundación Síndrome de Down, la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), entre otras. "Es frecuente encontrar familias que se ofrecen para situaciones muy leves, mientras que las que se ofrecen para casos verdaderamente necesarios suelen surgir de este tipo de estrategias", añade.

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