El calentamiento súbito de la estratosfera en el Ártico amenaza con romper este mes el vórtice polar y traer a España frío extremo y nevadas

Modelo del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas (ECMWF).
Modelo del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas (ECMWF).
ECMWF
Modelo del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas (ECMWF).
Modelo del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas (ECMWF) del comportamiento del vórtice polar.
ECMWF - NOAA

El verdadero invierno podría llegar en febrero y se está gestando ahora en la región polar del Ártico. Aunque es pronto para hacer previsiones meteorológicas, los modelos advierten de que a finales de este mes de enero podría producirse una desestabilización del vórtice polar, la corriente de vientos que mantienen el frío glacial 'encerrado' cerca del Polo Norte. Si esa corriente se rompe, el frío escapa hacia el sur, a zonas mucho más alejadas del Ártico, y podría llegar a España.

"Seguramente a finales de mes se produzca un calentamiento súbito estratosférico en la región polar, que viene a ser un aumento repentino de la temperatura en la estratosfera, y eso puede tener como consecuencia una rotura del vórtice polar, que es una zona en la que se almacena mucho frío. Si se produce esa rotura, podría traducirse en descuelgues o entradas de aire muy frío que afectarían a latitudes más bajas", explica Samuel Biener, geógrafo de Meteored.

El vórtice polar es una gran área de baja presión y aire frío que rodea los polos de la Tierra. 

"En principio, si se produce este calentamiento súbito estratosférico sería a finales de enero y las consecuencias se notarían, si las hay, a partir de febrero", añade.

En la misma línea se ha expresado Juan Jesús González Alemán, doctor en Física y meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), quien afirma que "empieza a haber fuertes evidencias para un calentamiento súbito estratosférico" y que el modelo IFS europeo "muestra potencial" para "una gran perturbación en el vórtice polar" a finales de mes.

No obstante, para que ese "calentamiento súbito estratosférico" provoque la rotura del vórtice polar "debe trasladarse primero a capas más bajas de la atmósfera", subraya Biener: "Muchas veces los calentamientos súbitos no se trasladan a la baja atmósfera (troposfera), que es cuando alteran la circulación atmosférica y notamos las consecuencias".

"En las próximas dos semanas tendremos más clara la situación porque los modelos meteorológicos, a pesar de los grandes avances tecnológicos, siguen teniendo sus limitaciones cuando hablamos de plazos tan largos. Es algo que hay que ir siguiendo semana a semana. Si es un calentamiento estratosférico potente y se traslada a la baja atmósfera, sí que hablaríamos de temporales invernales bastante potentes de frío y nieve en algunas zonas del hemisferio norte", destaca.

Pero la rotura del vórtice polar tampoco asegura que vayamos a tener una segunda Filomena en España porque es pronto para saber hacia qué dirección se descolgará el frío polar del Ártico: "Es muy complicado saber dónde puede pasar porque prácticamente puede suceder en cualquier parte del hemisferio norte y hasta pocos días antes de que se produzca no se puede concretar más".

Y para que el frío vaya acompañado de nieve "dependerá de cómo se posicionen los centros de acción, los anticiclones y las borrascas", apunta el geógrafo de Meteored: "Por ejemplo, si tenemos anticiclones de bloqueo en Escandinavia o Centroeuropa, sí que podrían arrastrar aire siberiano o aire muy frío del este de Europa".

Más frío a partir de la próxima semana

Es todavía pronto para saber con exactitud si el frío polar nos visitará a principios de febrero, pero es probable que tengamos un aperitivo de ese crudo invierno a partir de la próxima semana.

"Parece que el chorro polar, que es el que dirige la circulación atmosférica en nuestras latitudes, va a ondularse más y eso podría traernos un tiempo más variable y situaciones que no hemos tenido este invierno en España, por ejemplo, con descuelgues o entradas de aire muy frío", afirma Biener.

"La incertidumbre es alta, pero sí parece que va a cambiar la situación a partir del fin de semana. A día de hoy, parece bastante probable que la semana que viene va a ser más fría e inestable en España", asevera.

Y no solo hablamos de frío, la semana que viene también podría venir acompañada de nieve: "Podrían producirse nevadas importantes en el Cantábrico y la cara norte del Pirineo porque entraría una masa de aire bastante fría con vientos del norte. Las previsiones van cambiando cada día y ya veremos cómo nos afectan, pero la semana que viene tendremos un tiempo más variable y posiblemente más frío".

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