Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La lección de Raphael en esta Nochebuena

Raphael y el silencio
Raphael y el silencio
RTVE
Raphael y el silencio

"A lo largo de mis sesenta años de carrera, me he dado cuenta de que para mí lo mejor de la música son los silencios. El silencio entre canciones, el silencio entre conciertos, el silencio antes de salir al escenario, el silencio tras el aplauso. La emoción y el griterío. El silencio de las primeras notas de la noche. Los silencios son tan bonitos, que sin que nos demos cuenta dan sentido a toda nuestra vida. Sin ellos, vosotros no me comprenderíais y yo no hubiera tenido la oportunidad de quereros, tanto". Palabras de Raphael, compartidas en su tradicional especial de Nochebuena que ha repetido en La 1 de Televisión Española en este 2022. 

Razón no le falta. Hay silencios para respirar. Hay silencios para tragar saliva. Hay silencios para entender. Hay silencios cómodos. Incluso incómodos. Y Raphael reúne todas las tipologías de silencios, juntas, a la vez, casi al unísono, cuando pisa el escenario. Silencios con los que mira con una atención patidifusa al espectador. Aunque, en realidad, sólo vea el objetivo negro de una cámara. 

Así consigue que cada uno de sus especiales navideños se sienta como un evento único, a pesar de llevar realizando lo mismo durante décadas en Televisión Española. Cuántas veces ha cantado el Tamborilero en prime time el 24 de diciembre. Cuántas veces ha rapeado Escándalo en los estudios de Prado del Rey. Anoche, una más. Pero no parecía otra más.

La realización juega con el encuadre y los juegos de luz
La realización juega con el encuadre y los juegos de luz
RTVE

Sus programas especiales en los que se ejerce un intercambio generacional con curtidos y jóvenes de la música siguen vigentes porque Raphael representa la televisión que pervivirá siempre: la televisión con autoría, que cuida la forma y el fondo. Hasta vuelve a la esencia teatral de la televisión más antigua que amortigua la monotonía de las pantallas de leds. De esta forma, en este 2022, la interpretación del artista se ha vuelto a vestir con una realización, iluminación y escenografía que ha buscado tener tanto carisma como él. La belleza del encuadre seguro de sí mismo ha estado por encima del plano general tambaleante, que es el gotelé de la televisión. Sólo intenta tapar falta de ensayo. 

No es el caso de esta 'gala' que no se veía como una 'gala', ya que el programa de Raphael ha sabido fusionar la fuerza de la música con la inmortalidad de la imaginación televisiva. Imaginación que va más allá de los patrones corrientes de un escenario convencional para inventarse universos propios al jugar con formas, elementos, perspectivas y espacios hasta permitir soñar al espectador. Eso es la televisión. Eso es Raphael. Por eso, su show sigue siendo nuevo aunque sea tan veterano. Raphael mira a lo joven, lo invita a su especial, lo exprime, lo hace suyo... Lo interpreta sin mesuras y con la seguridad que da creerse su personaje. Es más, con la firmeza que le otorga pensar que él lo hizo ya todo antes. Televisión Española, también. El problema es que no siempre permiten a RTVE fantasear y creérselo tanto como a Raphael.

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